/ lunes 21 de febrero de 2022

Violencia extrema: feminicidios

El famoso violentómetro, es una herramienta creada hace más de 10 años por la Dra. Martha Alicia Tronco Rosas del Instituto Politécnico Nacional con la finalidad de mostrar de manera gráfica y sencilla las manifestaciones cotidianas de violencia. Este medidor es como una regla y va del 1 al 30, donde el último nivel es el asesinato. A propósito de ello, es importante recordar que la muerte violenta de mujeres por razones de género está tipificada en el Código Penal Federal como feminicidio y es reconocida como la forma más extrema de violencia contra las mujeres.

Este Código Federal lo tipifica en el artículo 325 y establece que existen siete circunstancias por las que un feminicidio puede ser considerado como tal, ya sea que se presente solo una o varias de ellas: 1) que la victima presente signos de violencia sexual de cualquier tipo; 2) que se le hayan infligido lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes, previas o posteriores a la privación de la vida o actos de necrofilia; 3) que existan antecedentes o datos de cualquier tipo de violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar, del sujeto activo en contra de la víctima; 4) que haya existido entre la persona agresora y la victima una relación sentimental, afectiva o de confianza; 5) que existan datos que establezcan que hubo amenazas relacionadas con el hecho delictuoso, acoso o lesiones de la persona agresora en contra de la víctima; 6) que la víctima haya sido incomunicada, cualquiera que sea el tiempo previo a la privación de la vida y ; 7) que el cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público.

En el caso del Código Penal de Jalisco, en su Artículo 232-Bis, además de estas siete circunstancias consideradas a nivel federal, se contemplan otras más, como que se hayan cometido actos de odio o misoginia contra la víctima o que se haya actuado por motivos de homofobia. Por protocolo, los homicidios de mujeres deberían investigarse bajo la figura de feminicidio, sin embargo, existen estimaciones por parte de la sociedad civil que sostienen que a solo uno de cada cinco son investigados como tal y que aunque ocurra así, la falta de perspectiva de género termina mermando la investigación, por lo que las cifras oficiales en realidad reflejan una subestimación del problema.

Para muestra un botón: en la entidad, 2021 cerró en tercer lugar nacional en este delito con 68 casos de feminicidio pero adicionalmente ocurrieron 200 homicidios dolosos de mujeres, es decir, hay una importante diferencia entre una cifra y otra que cuando menos, nos hace cuestionar que los delitos estén siendo investigados correctamente. Lo digo también considerando que existe otro gran problema: la impunidad. Incluso tomando como referente las cifras oficiales, en nuestra entidad han ocurrido más de 400 feminicidios en los últimos diez años y la cantidad de sentencias condenatorias rebasa con creces las 50, eso significa que la tasa de impunidad es del 90%.

Como triste recordatorio: 2022 arrancó en Jalisco con una oleada de feminicidios que alcanza casi las dos decenas en lo que va del año y esto parece no impactar ni a las autoridades ni a la sociedad de manera generalizada. El 8M está próximo y sin duda una de las grandes exigencias que sonarán al unísono será nuevamente que vivas nos queremos y que no queremos ni una asesinada más, porque la violencia machista que arrebata nuestras vidas sigue siendo un problema desatendido y creciente que a nivel nacional, nos arrebata a más de 10 mujeres al día.

* Vicepresidenta de Hagamos

El famoso violentómetro, es una herramienta creada hace más de 10 años por la Dra. Martha Alicia Tronco Rosas del Instituto Politécnico Nacional con la finalidad de mostrar de manera gráfica y sencilla las manifestaciones cotidianas de violencia. Este medidor es como una regla y va del 1 al 30, donde el último nivel es el asesinato. A propósito de ello, es importante recordar que la muerte violenta de mujeres por razones de género está tipificada en el Código Penal Federal como feminicidio y es reconocida como la forma más extrema de violencia contra las mujeres.

Este Código Federal lo tipifica en el artículo 325 y establece que existen siete circunstancias por las que un feminicidio puede ser considerado como tal, ya sea que se presente solo una o varias de ellas: 1) que la victima presente signos de violencia sexual de cualquier tipo; 2) que se le hayan infligido lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes, previas o posteriores a la privación de la vida o actos de necrofilia; 3) que existan antecedentes o datos de cualquier tipo de violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar, del sujeto activo en contra de la víctima; 4) que haya existido entre la persona agresora y la victima una relación sentimental, afectiva o de confianza; 5) que existan datos que establezcan que hubo amenazas relacionadas con el hecho delictuoso, acoso o lesiones de la persona agresora en contra de la víctima; 6) que la víctima haya sido incomunicada, cualquiera que sea el tiempo previo a la privación de la vida y ; 7) que el cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público.

En el caso del Código Penal de Jalisco, en su Artículo 232-Bis, además de estas siete circunstancias consideradas a nivel federal, se contemplan otras más, como que se hayan cometido actos de odio o misoginia contra la víctima o que se haya actuado por motivos de homofobia. Por protocolo, los homicidios de mujeres deberían investigarse bajo la figura de feminicidio, sin embargo, existen estimaciones por parte de la sociedad civil que sostienen que a solo uno de cada cinco son investigados como tal y que aunque ocurra así, la falta de perspectiva de género termina mermando la investigación, por lo que las cifras oficiales en realidad reflejan una subestimación del problema.

Para muestra un botón: en la entidad, 2021 cerró en tercer lugar nacional en este delito con 68 casos de feminicidio pero adicionalmente ocurrieron 200 homicidios dolosos de mujeres, es decir, hay una importante diferencia entre una cifra y otra que cuando menos, nos hace cuestionar que los delitos estén siendo investigados correctamente. Lo digo también considerando que existe otro gran problema: la impunidad. Incluso tomando como referente las cifras oficiales, en nuestra entidad han ocurrido más de 400 feminicidios en los últimos diez años y la cantidad de sentencias condenatorias rebasa con creces las 50, eso significa que la tasa de impunidad es del 90%.

Como triste recordatorio: 2022 arrancó en Jalisco con una oleada de feminicidios que alcanza casi las dos decenas en lo que va del año y esto parece no impactar ni a las autoridades ni a la sociedad de manera generalizada. El 8M está próximo y sin duda una de las grandes exigencias que sonarán al unísono será nuevamente que vivas nos queremos y que no queremos ni una asesinada más, porque la violencia machista que arrebata nuestras vidas sigue siendo un problema desatendido y creciente que a nivel nacional, nos arrebata a más de 10 mujeres al día.

* Vicepresidenta de Hagamos