/ miércoles 8 de diciembre de 2021

Le va a interesar esta historia

En Los Alpes, se encuentra el Mont Blanc que con sus casi cinco mil metros de altura, es la montaña más elevada de la Unión Europea entre los Valles de Aosta en Italia y del Departamento Francés de Alta Saboya. Lamentablemente allí se desarrolla una contrastante historia; la tragedia y la honradez. Inconexo, pero siga leyendo, le aseguro que le va a interesar la historia.

Hace 71 años, el 3 de noviembre de 1950 se estrelló en esa zona un avión de Air India; una aeronave Lockheed Constelation de cuatro mogtores que iba de Bombay a Londres con escala en Ginebra, y con 48 pasajeros a bordo sin sobrevivientes; 16 años después en ese mismo macizo de estrelló otro avión, esta vez un Boeing 707 también de Air India con 117 personas a bordo. Su travesía era de Bombay a Nueva York con escalas en Londres y Ginebra. Tampoco hubo sobrevivientes.

Pues resulta que un montalista al hacer su recorrido por esos escenarios al igual de maravillosos que peligrosos, de manera completamemnte fortuita se encontró con una caja.

Detuvo su marcha y se apresuró a ver su contenido; grande fué su sorpresa al ver que en su interior había una gran cantidad de piedras preciosas; esmeraldas, rubíes y zafiros; puso la misteriosa caja en su mochila, se aseguró que no se fuera a abrir durante su bajada y emprendió el regreso a Chamomix.

Contrariamente a lo que pudiera suponerse en torno a ese afortunado hallazgo, el alpinista una vez que descendió de la montaña se apresuró a llevar la caja a la autoridad policiaca de Chamonix, un que se encuentra en los Alpes Franceses, en la región del Ródano y en el que se dice que durante la segunda guerra mundial, allí existía un Hoigar para niños que permitió que decenas de pequeños judíos sobrevivieran al Holocausto en ese refugio y donde anualmente se enrega el trofeo de El piolet de oro a los mejores alpinistas del mundo.

La policía local recibió la caja con su contenido íntegro y felicitó al Alpinista por la devolución de la caja; le pidió sus datos e inició la búsqueda del titular de las piedras preciosas, presumiendo que podrían pertenecer a alguno de los pasajeros de esos dos desastres aéreos, el de 1950 y el de 1966.

La investigación que duró 8 años -se inició en el año 2013- comprendió a la India, Francia, Inglaterra y Suiza y fué infructuosa; la policía no localizó al propietario de las Gemas.

8 años después del hallazgo del alpinista, las autoridades Francesas conforme sus mandamientos legales, le entregaron la mitad del tesoro, valudado en 170 mil dólares, y se reservó para la comuna la otra mitad.

Tan simple como que el alpinista se hubiera quedado callado, sin dar parte a las autoridades y se hubiera quedado con las joyas. Tan simple como que la autoridad se hubiera abstenido de investigar y los elementos a cargo se hubieran repartido un botín sin darle nada al alpinista honrado.

No fué así. Pudo más la honorabilidad; pudo más la honradez. Si algo no es tuyo debe ser de alguien más. Pudo más la decencia de la autoridad policial. Cuestión de valores y educación, nada más.

Necesitamos un cambio de mentalidad. No mas gandallismo. Empecemos con nuestros hijos pequeños, enseñándolos a respetar lo que no es suyo, a respetar a los demás, a respetarse a sí mismos, y en la siguiente generación tendremos la dicha de que haya muchos como el alpinista y los policías Franceses y nuestro México sea como lo hemos soñado.


* Doctor en Derecho

En Los Alpes, se encuentra el Mont Blanc que con sus casi cinco mil metros de altura, es la montaña más elevada de la Unión Europea entre los Valles de Aosta en Italia y del Departamento Francés de Alta Saboya. Lamentablemente allí se desarrolla una contrastante historia; la tragedia y la honradez. Inconexo, pero siga leyendo, le aseguro que le va a interesar la historia.

Hace 71 años, el 3 de noviembre de 1950 se estrelló en esa zona un avión de Air India; una aeronave Lockheed Constelation de cuatro mogtores que iba de Bombay a Londres con escala en Ginebra, y con 48 pasajeros a bordo sin sobrevivientes; 16 años después en ese mismo macizo de estrelló otro avión, esta vez un Boeing 707 también de Air India con 117 personas a bordo. Su travesía era de Bombay a Nueva York con escalas en Londres y Ginebra. Tampoco hubo sobrevivientes.

Pues resulta que un montalista al hacer su recorrido por esos escenarios al igual de maravillosos que peligrosos, de manera completamemnte fortuita se encontró con una caja.

Detuvo su marcha y se apresuró a ver su contenido; grande fué su sorpresa al ver que en su interior había una gran cantidad de piedras preciosas; esmeraldas, rubíes y zafiros; puso la misteriosa caja en su mochila, se aseguró que no se fuera a abrir durante su bajada y emprendió el regreso a Chamomix.

Contrariamente a lo que pudiera suponerse en torno a ese afortunado hallazgo, el alpinista una vez que descendió de la montaña se apresuró a llevar la caja a la autoridad policiaca de Chamonix, un que se encuentra en los Alpes Franceses, en la región del Ródano y en el que se dice que durante la segunda guerra mundial, allí existía un Hoigar para niños que permitió que decenas de pequeños judíos sobrevivieran al Holocausto en ese refugio y donde anualmente se enrega el trofeo de El piolet de oro a los mejores alpinistas del mundo.

La policía local recibió la caja con su contenido íntegro y felicitó al Alpinista por la devolución de la caja; le pidió sus datos e inició la búsqueda del titular de las piedras preciosas, presumiendo que podrían pertenecer a alguno de los pasajeros de esos dos desastres aéreos, el de 1950 y el de 1966.

La investigación que duró 8 años -se inició en el año 2013- comprendió a la India, Francia, Inglaterra y Suiza y fué infructuosa; la policía no localizó al propietario de las Gemas.

8 años después del hallazgo del alpinista, las autoridades Francesas conforme sus mandamientos legales, le entregaron la mitad del tesoro, valudado en 170 mil dólares, y se reservó para la comuna la otra mitad.

Tan simple como que el alpinista se hubiera quedado callado, sin dar parte a las autoridades y se hubiera quedado con las joyas. Tan simple como que la autoridad se hubiera abstenido de investigar y los elementos a cargo se hubieran repartido un botín sin darle nada al alpinista honrado.

No fué así. Pudo más la honorabilidad; pudo más la honradez. Si algo no es tuyo debe ser de alguien más. Pudo más la decencia de la autoridad policial. Cuestión de valores y educación, nada más.

Necesitamos un cambio de mentalidad. No mas gandallismo. Empecemos con nuestros hijos pequeños, enseñándolos a respetar lo que no es suyo, a respetar a los demás, a respetarse a sí mismos, y en la siguiente generación tendremos la dicha de que haya muchos como el alpinista y los policías Franceses y nuestro México sea como lo hemos soñado.


* Doctor en Derecho