/ jueves 29 de octubre de 2020

¿Tiene razón el botón?

Hoy comienza a operar el Botón de Emergencia, las reglas son claras y aunque existe descontento entre la población porque se sacrificará Transporte, horarios de trabajo y logística cotidiana, queda claro que el objetivo es una especie de: Quédate en casa versión 2.0 , pero que en este caso no contempla un paro total de actividades como aquellos 5 primeros días donde se nos dijo que se mediría la efectividad de cerrarle al virus la puerta.

Sin embargo, desde Julio en Casa Jalisco ya se tenía el panorama previsible, quizá de la cifra que tenemos hoy, sin embargo el tiempo transcurrido trajo el tinte político, la afrenta entre el Gobierno del estado con la Secretaria de salud Federal y se pasó de una acción entendida a una guerra verbal donde las cifras se convirtieron en datos, dando a entender por sí mismo un pleito de números y no de la dimensión misma de una pandemia que cobraba vidas cada día.

El regreso, todos sabemos fue en la fase Cero, ese distintivo que se anunció en base a una serie de requerimientos que el sector industrial, empresarial y de comercio tenían que cumplir para reabrir fue un largo peregrinar y quedó en eso al final, todos terminaron abriendo y al tiempo y ante lo cotidiano ( como sucedió con las multas a quien no portara cubre bocas ) se convirtió en algo que se dejó de hacer, porque simplemente la gente consideró ajeno el hecho de que el virus estaba ahí, desestimando que estaba cada vez más cerca.

La gente seguía sin usar cubre bocas, las agresiones eran comunes entre quienes defendían el hecho de que las medidas podían ayudar contra las que seguían refutando que el COVID 19 era un invento para manipular a la gente; asi se veía en bares, restaurantes, llenos, sin la sana distancia, sin control sanitario, muchos de los empresarios dueños de esos lugares se quejan hoy del Botón pero nunca aceptaron que son corresponsables de que sus empleados permitieron que eso sucediera.

Fiestas, reuniones, graduaciones; los fines de semana que eran parte de la vieja realidad se mostraban como algo ya común, primero en la clandestinidad y luego descaradamente abierta, incluso bajo la sospecha de que autoridades tenían el conocimiento y displicencia para unos y otros no; resalta que por un lado, los alcaldes ahora, en esta fase de Botón piden denunciar esta clase de actividades, pero al mismo tiempo se justifican con el limitado número de inspectores para afrontar eso en el que coincidimos todos: el comportamiento de quienes siguen sin creer y a todas luces han salido librados una y otra vez, sin considerar que una persona puede contagiar al menos a 400 en serie.

Sería un verdadero engaño predecir que estos 14 dias frenarán el contagio en Jalisco, eso no sucederá, por el contrario tendremos un incremento en las cifras, producto de los días previos al botón, y será en lo sucesivo una medida de la nueva realidad, horarios escalonados de nueva cuenta, limitaciones de horario y un posible nuevo cierre parcial a final de año y principio de 2021 como lo adelantó Xavier Orendain el presidente de la CANACO, al referirse al cambio de clima y la protección a la salud en una época donde las ventas son bajas por periodo vacacional.

No habrá ventas nocturnas del Buen Fin, tampoco se vislumbran las posadas corporativas y este principio de botón más allá de la crítica, debe ser una especie de momento de reflexión comunitaria que la salud está por encima de todo y se requiere para sacar adelante el barco que mueve a la sociedad. La razón de este anuncio es ese, concientizar en serio más allá de si el gobierno es bueno o malo, centrarnos en que es una medida que llegó para combatir algo mucho peor que el Covid: la incredulidad y la falta de empatía, es momento de hacer de esto algo de valor a quien les ha valido, pero eso es al tiempo o a la experiencia de lo que sólo alguien que ha padecido de este mal lo puede contar.

Hoy comienza a operar el Botón de Emergencia, las reglas son claras y aunque existe descontento entre la población porque se sacrificará Transporte, horarios de trabajo y logística cotidiana, queda claro que el objetivo es una especie de: Quédate en casa versión 2.0 , pero que en este caso no contempla un paro total de actividades como aquellos 5 primeros días donde se nos dijo que se mediría la efectividad de cerrarle al virus la puerta.

Sin embargo, desde Julio en Casa Jalisco ya se tenía el panorama previsible, quizá de la cifra que tenemos hoy, sin embargo el tiempo transcurrido trajo el tinte político, la afrenta entre el Gobierno del estado con la Secretaria de salud Federal y se pasó de una acción entendida a una guerra verbal donde las cifras se convirtieron en datos, dando a entender por sí mismo un pleito de números y no de la dimensión misma de una pandemia que cobraba vidas cada día.

El regreso, todos sabemos fue en la fase Cero, ese distintivo que se anunció en base a una serie de requerimientos que el sector industrial, empresarial y de comercio tenían que cumplir para reabrir fue un largo peregrinar y quedó en eso al final, todos terminaron abriendo y al tiempo y ante lo cotidiano ( como sucedió con las multas a quien no portara cubre bocas ) se convirtió en algo que se dejó de hacer, porque simplemente la gente consideró ajeno el hecho de que el virus estaba ahí, desestimando que estaba cada vez más cerca.

La gente seguía sin usar cubre bocas, las agresiones eran comunes entre quienes defendían el hecho de que las medidas podían ayudar contra las que seguían refutando que el COVID 19 era un invento para manipular a la gente; asi se veía en bares, restaurantes, llenos, sin la sana distancia, sin control sanitario, muchos de los empresarios dueños de esos lugares se quejan hoy del Botón pero nunca aceptaron que son corresponsables de que sus empleados permitieron que eso sucediera.

Fiestas, reuniones, graduaciones; los fines de semana que eran parte de la vieja realidad se mostraban como algo ya común, primero en la clandestinidad y luego descaradamente abierta, incluso bajo la sospecha de que autoridades tenían el conocimiento y displicencia para unos y otros no; resalta que por un lado, los alcaldes ahora, en esta fase de Botón piden denunciar esta clase de actividades, pero al mismo tiempo se justifican con el limitado número de inspectores para afrontar eso en el que coincidimos todos: el comportamiento de quienes siguen sin creer y a todas luces han salido librados una y otra vez, sin considerar que una persona puede contagiar al menos a 400 en serie.

Sería un verdadero engaño predecir que estos 14 dias frenarán el contagio en Jalisco, eso no sucederá, por el contrario tendremos un incremento en las cifras, producto de los días previos al botón, y será en lo sucesivo una medida de la nueva realidad, horarios escalonados de nueva cuenta, limitaciones de horario y un posible nuevo cierre parcial a final de año y principio de 2021 como lo adelantó Xavier Orendain el presidente de la CANACO, al referirse al cambio de clima y la protección a la salud en una época donde las ventas son bajas por periodo vacacional.

No habrá ventas nocturnas del Buen Fin, tampoco se vislumbran las posadas corporativas y este principio de botón más allá de la crítica, debe ser una especie de momento de reflexión comunitaria que la salud está por encima de todo y se requiere para sacar adelante el barco que mueve a la sociedad. La razón de este anuncio es ese, concientizar en serio más allá de si el gobierno es bueno o malo, centrarnos en que es una medida que llegó para combatir algo mucho peor que el Covid: la incredulidad y la falta de empatía, es momento de hacer de esto algo de valor a quien les ha valido, pero eso es al tiempo o a la experiencia de lo que sólo alguien que ha padecido de este mal lo puede contar.