/ lunes 5 de noviembre de 2018

Elecciones siniestras

En la vida de las naciones hay momentos capicúa, hechos históricos que marcan para siempre su presencia en la humanidad. Han emergido y desaparecido grandes imperios que forjaron sus sendas de distinta manera, unos a base de la voluntad, otros, de la ciencia, los más de la fuerza de la guerra; el devenir de su existencia está ligado a la toma de decisiones de sus líderes y el activismo o pasividad de sus pueblos.

El día de hoy se realizan elecciones en el vecino país del norte; los norteamericanos acuden a votar con el propósito de elegir a sus representantes, principalmente en las cámaras. Esta es la primera elección después de que Donald Trump llegara al poder; estando en juego el dominio de la cámara baja, 33 escaños del Senado, así como la elección de 36 gobernadores estatales, por lo que esta situación nos provoca generar tres puntos de vista:

En primer término, habría que decir que la elección que ahora se está realizando en Estados Unidos, es quizás una de las más importantes de los últimos tiempos, ya que con ella podremos saber cuál será el derrotero que seguirá esa nación por los próximos años; no solo se le debe de ver como un referéndum para Trump, sino también como un test a la voluntad popular para saber cuál es su verdadero modo de ver los problemas de su país y del mundo. Con ello podríamos conocer cómo interpretar el mensaje que se lance en las urnas hacia toda la comunidad internacional, y así establecer derroteros que nos permitan lidiar con las decisiones de nuestros vecinos.

En segundo término, habría que decir que hay una situación de presión externa que se ha aprovechado por parte del partido oficial, generándose una percepción de urgencia provocada por las caravanas de migrantes que se dirigen a la frontera de México con Estados Unidos. Es claro que sin ser el tema más importante de la agenda de los norteamericanos ha sido muy bien utilizado por parte de los estrategas de los republicanos para generar una situación de miedo y desazón en el elector promedio, y así, empujarlo a votar por los programas antiinmigrantes, el muro y las estrategias de línea dura que han sido tan socorridas por la Casa Blanca. De la misma manera sirve para seguir inflamando el espíritu nacionalista que empujó a Trump a la Oficina Oval y podría utilizarse para derrotar de nueva cuenta a sus acérrimos contrincantes, que digamos, no son solamente los demócratas, sino todas las fuerzas progresistas que existen dentro del país de las barras y las estrellas. Ha sido tal el impulso de esa mentalidad que la militarización de la frontera con México es un hecho sin que medie un conflicto entre los dos países y provocado por personas de otras nacionalidades que nada tienen que ver con la relación bilateral entre los mismos, pero que pondrán al rojo vivo esa zona del mundo en donde cualquier incidente podría generar graves conflictos dentro del marco del Derecho Internacional.

En tercer término, hay que decir que gane quien gane la elección en los Estados Unidos, estamos viendo el inicio de una hoja de ruta que desencadenará acontecimientos inéditos que generarán una dinámica política estridente y contenciosa al interior del país más poderoso del mundo, ya que si el partido oficial logra dominar las cámaras, lo más seguro es que se reafirmarán los programas de la administración vigente y se estará dando la plataforma para que busque su reelección el magnate Donald Trump. Pero si los que se ven favorecidos por el voto del pueblo norteamericano son los demócratas, también estaremos viendo el inicio de una reacción política organizada que podrá hacer frente a la fuerza ideológica que domina en Washington, y así diseñar un nuevo programa de recuperación del gobierno federal, frenando así el embate de las ideas radicales de derecha y retomando un agenda más conciliadora en cuanto a temas que atañen al mundo.

El país más poderoso del orbe se convulsiona y busca tomar una de las decisiones más importantes de su historia; en las manos de los ciudadanos norteamericanos está el destino de millones de seres humanos en los próximos años, ya que al votar estarán premiando o castigando no solo a un gobernante, sino a toda una cosmovisión de nuestro momento, es estar manifestando un fenómeno social del cual sus efectos durarán por años y las consecuencias de dichas decisiones serán experimentadas por ellos, pero, también por todos los habitantes del planeta. Se miran frente a frente las ideas revisionistas frente al progreso, el sentimiento nacionalista ante el desarrollo global, la apertura comercial ante el proteccionismo, el imperio de la ciencia y la tecnología frente al armamentismo, las tradiciones exacerbadas ante la cultura universal, el respeto a los derechos humanos frente a la imposición de creencias y destinos, la existencia de las libertades civiles ante la hegemonía del poder central, el crecimiento del mundo ante la permanencia de su dominio, la concepción del hombre como ente individual y racional ante la idea de que las personas deben estar tuteladas por el gobierno; se trata de escoger entre empujar hacia el futuro o quedarse en el mismo lugar por décadas.

Si bien es cierto que la elección es en el vecino país del norte, también lo es que todo el mundo está observando cuál será la decisión que tomen los habitantes de Norteamérica, y con ello, entender cuál debe ser nuestra postura ante los nuevos designios de la historia, ya que cada nación tiene su propio derrotero y merece ser grande con, sin y a pesar de las decisiones de otros ¿No creen estimados lectores?

reacolaborador@yahoo.com.mx

En la vida de las naciones hay momentos capicúa, hechos históricos que marcan para siempre su presencia en la humanidad. Han emergido y desaparecido grandes imperios que forjaron sus sendas de distinta manera, unos a base de la voluntad, otros, de la ciencia, los más de la fuerza de la guerra; el devenir de su existencia está ligado a la toma de decisiones de sus líderes y el activismo o pasividad de sus pueblos.

El día de hoy se realizan elecciones en el vecino país del norte; los norteamericanos acuden a votar con el propósito de elegir a sus representantes, principalmente en las cámaras. Esta es la primera elección después de que Donald Trump llegara al poder; estando en juego el dominio de la cámara baja, 33 escaños del Senado, así como la elección de 36 gobernadores estatales, por lo que esta situación nos provoca generar tres puntos de vista:

En primer término, habría que decir que la elección que ahora se está realizando en Estados Unidos, es quizás una de las más importantes de los últimos tiempos, ya que con ella podremos saber cuál será el derrotero que seguirá esa nación por los próximos años; no solo se le debe de ver como un referéndum para Trump, sino también como un test a la voluntad popular para saber cuál es su verdadero modo de ver los problemas de su país y del mundo. Con ello podríamos conocer cómo interpretar el mensaje que se lance en las urnas hacia toda la comunidad internacional, y así establecer derroteros que nos permitan lidiar con las decisiones de nuestros vecinos.

En segundo término, habría que decir que hay una situación de presión externa que se ha aprovechado por parte del partido oficial, generándose una percepción de urgencia provocada por las caravanas de migrantes que se dirigen a la frontera de México con Estados Unidos. Es claro que sin ser el tema más importante de la agenda de los norteamericanos ha sido muy bien utilizado por parte de los estrategas de los republicanos para generar una situación de miedo y desazón en el elector promedio, y así, empujarlo a votar por los programas antiinmigrantes, el muro y las estrategias de línea dura que han sido tan socorridas por la Casa Blanca. De la misma manera sirve para seguir inflamando el espíritu nacionalista que empujó a Trump a la Oficina Oval y podría utilizarse para derrotar de nueva cuenta a sus acérrimos contrincantes, que digamos, no son solamente los demócratas, sino todas las fuerzas progresistas que existen dentro del país de las barras y las estrellas. Ha sido tal el impulso de esa mentalidad que la militarización de la frontera con México es un hecho sin que medie un conflicto entre los dos países y provocado por personas de otras nacionalidades que nada tienen que ver con la relación bilateral entre los mismos, pero que pondrán al rojo vivo esa zona del mundo en donde cualquier incidente podría generar graves conflictos dentro del marco del Derecho Internacional.

En tercer término, hay que decir que gane quien gane la elección en los Estados Unidos, estamos viendo el inicio de una hoja de ruta que desencadenará acontecimientos inéditos que generarán una dinámica política estridente y contenciosa al interior del país más poderoso del mundo, ya que si el partido oficial logra dominar las cámaras, lo más seguro es que se reafirmarán los programas de la administración vigente y se estará dando la plataforma para que busque su reelección el magnate Donald Trump. Pero si los que se ven favorecidos por el voto del pueblo norteamericano son los demócratas, también estaremos viendo el inicio de una reacción política organizada que podrá hacer frente a la fuerza ideológica que domina en Washington, y así diseñar un nuevo programa de recuperación del gobierno federal, frenando así el embate de las ideas radicales de derecha y retomando un agenda más conciliadora en cuanto a temas que atañen al mundo.

El país más poderoso del orbe se convulsiona y busca tomar una de las decisiones más importantes de su historia; en las manos de los ciudadanos norteamericanos está el destino de millones de seres humanos en los próximos años, ya que al votar estarán premiando o castigando no solo a un gobernante, sino a toda una cosmovisión de nuestro momento, es estar manifestando un fenómeno social del cual sus efectos durarán por años y las consecuencias de dichas decisiones serán experimentadas por ellos, pero, también por todos los habitantes del planeta. Se miran frente a frente las ideas revisionistas frente al progreso, el sentimiento nacionalista ante el desarrollo global, la apertura comercial ante el proteccionismo, el imperio de la ciencia y la tecnología frente al armamentismo, las tradiciones exacerbadas ante la cultura universal, el respeto a los derechos humanos frente a la imposición de creencias y destinos, la existencia de las libertades civiles ante la hegemonía del poder central, el crecimiento del mundo ante la permanencia de su dominio, la concepción del hombre como ente individual y racional ante la idea de que las personas deben estar tuteladas por el gobierno; se trata de escoger entre empujar hacia el futuro o quedarse en el mismo lugar por décadas.

Si bien es cierto que la elección es en el vecino país del norte, también lo es que todo el mundo está observando cuál será la decisión que tomen los habitantes de Norteamérica, y con ello, entender cuál debe ser nuestra postura ante los nuevos designios de la historia, ya que cada nación tiene su propio derrotero y merece ser grande con, sin y a pesar de las decisiones de otros ¿No creen estimados lectores?

reacolaborador@yahoo.com.mx

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