/ lunes 10 de diciembre de 2018

Enrique Alfaro es gobernador

El presente y el futuro están separados por una secuencia de instantes infinitesimales que se engarzan uno a uno para crear eventos que conforman la realidad primaria de un individuo, que, a su vez, se unen con cadenas propias de otros sujetos que se interrelacionan, conformando fenómenos sociales que se manifiestan de diversa manera. El liderazgo de una persona puede modificar estas “cadenas de tiempo” e impulsar mediante un sueño la cosmovisión de cientos de personas hacia un anhelo multitudinario, forjando así un destino colectivo que construya una gran historia.

En días pasados fuimos testigos de la toma de posesión del ingeniero Enrique Alfaro Ramírez como Gobernador de Jalisco, representación que ganó en la elección del pasado primero de julio, siendo este un momento histórico para nuestra entidad, lo cual nos permite generar tres puntos de vista:

En primer término, habría que decir que llega al poder el representante de una nueva generación de políticos jaliscienses que se forjaron en la lucha, no solo por la búsqueda del poder, sino en la conformación de una nueva forma de hacer política; de ahí que el cambio que se está experimentando en nuestro estado también significa la modificación de dinámicas en el desarrollo de políticas públicas y en la toma de decisiones, tanto al interior del grupo que llega, como frente a la ciudadanía, por lo que se podrán experimentar alternativas distintas de comunicación entre el inquilino de Casa Jalisco y los ciudadanos que generen una retroalimentación positiva.

Alfaro sabe cómo hablarle a su pueblo, ha recorrido toda la entidad varias veces, ha palpado la pobreza y la desesperación de miles de personas que no tienen nada, ha visto cómo la negligencia y el descuido de lo básico dejaron postradas a regiones enteras de nuestra entidad; por eso, deberá entender la necesidad imperante de actuar y hacerlo bien, con honestidad y eficacia.

En segundo término, habría que decir que en el país se vive una nueva forma de ver la política; quienes ahora ocupan los puestos de mayor relevancia, tanto en la nación como en el estado, son políticos forjados en la trinchera de la lucha social. En el caso de Andrés Manuel López Obrador podemos decir que supo mantener su convicción por años, se esforzó sobremanera para lograr su objetivo, no solo buscando el poder, sino con la convicción de establecer valores sociales y principios que impactaran a la sociedad; se enfrentó a los intereses de grupos muy poderosos y pudo sobreponerse a diversas vicisitudes hasta llegar a ocupar la máxima magistratura de nuestro país. En el caso de Alfaro, las cosas no son diferentes, también ha sabido luchar contra viento y marea, fijar su ruta de acción y encontrar las formas para lograr su meta; en su esfuerzo ha tenido que enfrentar visiones diferentes, pero eso no lo detuvo, consolidando su proyecto con el triunfo electoral de su movimiento, que ahora está presente en todo Jalisco, desplazando de manera irremediable a cacicazgos añejos que parecían no tener fin, y de una clase política que se alejó de la sociedad con actitudes banales y apego a la frivolidad, que privilegiaron la forma y se olvidaron del fondo, que perdieron el piso engolados por el poder y la fortuna, abandonando al pueblo a su suerte y renegando de principios, ideología y valores.

En tercer término, habría que decir que los eventos que se avecinan no serán fáciles, ni para el presidente López Obrador ni para el gobernador Enrique Alfaro; el país está en una situación muy difícil, la inseguridad y la criminalidad han avasallado a los ciudadanos y se convierten en una de las asignaturas más importantes. El problema social también se agudiza al presentarse los conflictos que provoca la pobreza y la inequidad en diversos sectores de la sociedad; de ahí que se debe de privilegiar la agenda de gobierno y avocarse a escuchar al ciudadano, responder a la necesidad de respeto y trato digno de la sociedad, pero, sobre todo, estar del lado de los más necesitados, acompañarlos, sentarse a dialogar, escuchar y encontrar la forma de forjar un canal de comunicación eficaz con el pueblo que desea la compañía de sus representantes.

Sabemos que no será fácil, que Jalisco es una entidad muy grande y pujante, que la problemática es diversa y cada día que pase se encontrarán nuevos retos qué enfrentar, pero, también sabemos que esta nueva generación de políticos templados en el terreno de la brega podrán resolver estos problemas y lograr que de nueva cuenta el ciudadano recupere su territorio, que efectivamente se castigue a los delincuentes y se haga justicia conforme lo marcan las leyes, y una vez que lo hagan, construir nuevos sueños y alcanzarlos.

Jalisco está ante una oportunidad inmejorable para crecer, cuenta con todos los elementos para desarrollarse como la entidad más importante de la República Mexicana, es autosuficiente y se ha convertido en un punto estratégico del continente; aquí convergen vectores económicos de importancia que se conectan con todo el mundo; de ahí que se debe de aprovechar la coyuntura histórica para crecer y forjar nuevos horizontes.

Tenemos un gobernador que se esforzó mucho para lograr su sueño; de ahí que estamos seguros de que sabrá valorar con creses lo que significa estar al frente del destino de Jalisco, nuestra tierra hermosa, y por ello, podrá tomar las decisiones que dignifiquen a nuestra patria chica, pero, sobre todo, que enorgullezcan a sus ciudadanos, honrando con sus actos la prosapia de nuestros antecesores ¿No creen estimados lectores?

reacolaborador@yahoo.com.mx

El presente y el futuro están separados por una secuencia de instantes infinitesimales que se engarzan uno a uno para crear eventos que conforman la realidad primaria de un individuo, que, a su vez, se unen con cadenas propias de otros sujetos que se interrelacionan, conformando fenómenos sociales que se manifiestan de diversa manera. El liderazgo de una persona puede modificar estas “cadenas de tiempo” e impulsar mediante un sueño la cosmovisión de cientos de personas hacia un anhelo multitudinario, forjando así un destino colectivo que construya una gran historia.

En días pasados fuimos testigos de la toma de posesión del ingeniero Enrique Alfaro Ramírez como Gobernador de Jalisco, representación que ganó en la elección del pasado primero de julio, siendo este un momento histórico para nuestra entidad, lo cual nos permite generar tres puntos de vista:

En primer término, habría que decir que llega al poder el representante de una nueva generación de políticos jaliscienses que se forjaron en la lucha, no solo por la búsqueda del poder, sino en la conformación de una nueva forma de hacer política; de ahí que el cambio que se está experimentando en nuestro estado también significa la modificación de dinámicas en el desarrollo de políticas públicas y en la toma de decisiones, tanto al interior del grupo que llega, como frente a la ciudadanía, por lo que se podrán experimentar alternativas distintas de comunicación entre el inquilino de Casa Jalisco y los ciudadanos que generen una retroalimentación positiva.

Alfaro sabe cómo hablarle a su pueblo, ha recorrido toda la entidad varias veces, ha palpado la pobreza y la desesperación de miles de personas que no tienen nada, ha visto cómo la negligencia y el descuido de lo básico dejaron postradas a regiones enteras de nuestra entidad; por eso, deberá entender la necesidad imperante de actuar y hacerlo bien, con honestidad y eficacia.

En segundo término, habría que decir que en el país se vive una nueva forma de ver la política; quienes ahora ocupan los puestos de mayor relevancia, tanto en la nación como en el estado, son políticos forjados en la trinchera de la lucha social. En el caso de Andrés Manuel López Obrador podemos decir que supo mantener su convicción por años, se esforzó sobremanera para lograr su objetivo, no solo buscando el poder, sino con la convicción de establecer valores sociales y principios que impactaran a la sociedad; se enfrentó a los intereses de grupos muy poderosos y pudo sobreponerse a diversas vicisitudes hasta llegar a ocupar la máxima magistratura de nuestro país. En el caso de Alfaro, las cosas no son diferentes, también ha sabido luchar contra viento y marea, fijar su ruta de acción y encontrar las formas para lograr su meta; en su esfuerzo ha tenido que enfrentar visiones diferentes, pero eso no lo detuvo, consolidando su proyecto con el triunfo electoral de su movimiento, que ahora está presente en todo Jalisco, desplazando de manera irremediable a cacicazgos añejos que parecían no tener fin, y de una clase política que se alejó de la sociedad con actitudes banales y apego a la frivolidad, que privilegiaron la forma y se olvidaron del fondo, que perdieron el piso engolados por el poder y la fortuna, abandonando al pueblo a su suerte y renegando de principios, ideología y valores.

En tercer término, habría que decir que los eventos que se avecinan no serán fáciles, ni para el presidente López Obrador ni para el gobernador Enrique Alfaro; el país está en una situación muy difícil, la inseguridad y la criminalidad han avasallado a los ciudadanos y se convierten en una de las asignaturas más importantes. El problema social también se agudiza al presentarse los conflictos que provoca la pobreza y la inequidad en diversos sectores de la sociedad; de ahí que se debe de privilegiar la agenda de gobierno y avocarse a escuchar al ciudadano, responder a la necesidad de respeto y trato digno de la sociedad, pero, sobre todo, estar del lado de los más necesitados, acompañarlos, sentarse a dialogar, escuchar y encontrar la forma de forjar un canal de comunicación eficaz con el pueblo que desea la compañía de sus representantes.

Sabemos que no será fácil, que Jalisco es una entidad muy grande y pujante, que la problemática es diversa y cada día que pase se encontrarán nuevos retos qué enfrentar, pero, también sabemos que esta nueva generación de políticos templados en el terreno de la brega podrán resolver estos problemas y lograr que de nueva cuenta el ciudadano recupere su territorio, que efectivamente se castigue a los delincuentes y se haga justicia conforme lo marcan las leyes, y una vez que lo hagan, construir nuevos sueños y alcanzarlos.

Jalisco está ante una oportunidad inmejorable para crecer, cuenta con todos los elementos para desarrollarse como la entidad más importante de la República Mexicana, es autosuficiente y se ha convertido en un punto estratégico del continente; aquí convergen vectores económicos de importancia que se conectan con todo el mundo; de ahí que se debe de aprovechar la coyuntura histórica para crecer y forjar nuevos horizontes.

Tenemos un gobernador que se esforzó mucho para lograr su sueño; de ahí que estamos seguros de que sabrá valorar con creses lo que significa estar al frente del destino de Jalisco, nuestra tierra hermosa, y por ello, podrá tomar las decisiones que dignifiquen a nuestra patria chica, pero, sobre todo, que enorgullezcan a sus ciudadanos, honrando con sus actos la prosapia de nuestros antecesores ¿No creen estimados lectores?

reacolaborador@yahoo.com.mx

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