/ jueves 28 de mayo de 2020

A salir… no importa como

El presidente Andrés Manuel López Obrador saldrá de gira la próxima semana, su prioridad es reencontrarse en las entidades, con el pueblo bueno, aquí no pasa nada, lo declaró ayer jueves: Hemos domado a la Pandemia, mientras las cifras de esta semana no bajan de más de 450 en promedio.

El presidente sabe que sus niveles de popularidad han bajado, que sus discursos mañaneros han caído más en ocurrencias que en acciones materializadas, al grado de convertir Palacio Nacional en un set de televisión, donde ya vemos a todas horas transmisiones desde un salón, desde otro, desde los jardines, contenidos que distraen, formas para que la figura del presidente no desaparezca del imaginario colectivo.

El presidente viajará a reactivar la economía, bien por eso, pero al mismo tiempo lo hará con una idea separada de la realidad, la medición de la felicidad en medio de un país que colapsó por una pandemia que dejará según Coneval 12 millones de Pobres en el país, una cifra que estoy seguro para nada está de acuerdo con el discurso que hace unos días el mandatario expresó al referirse que un par de zapatos, una camisa y un auto modesto era lo único necesario para vivir.

Lo que seguro veremos la próxima semana estaré en varios escenarios: el crecimiento de casos de contagios, el discurso de Hugo López Gatell ahora en la aceptación de esa gráfica que se “filtró” en la conferencia vespertina del martes y que daba cuenta de miles de muertos no presentados en sus láminas diarias, el Presidente dando banderazos de obras, el reinicio de las actividades económicas en varios estados y un inminente crecimiento de la delincuencia por falta de trabajo.

En medio de esta realidad los estados están haciendo lo propio, la federación concentra el recurso que ya está etiquetado para los programas sociales, para los créditos y lo que resulte, por lo que algunos han tenido que recurrir al endeudamiento, algunos con cantidades en exceso, pero se justifican con que serán usados para las medidas más apremiantes: circulante, empleo; necesidades que son apremiantes porque los más de 70 das ya cobraron factura.

Durante estos días podemos sumar las “ocurrencias” que tuvieron que ser desmentidas, el hacer del INEGI una policía fiscal, o desaparecer los fideicomisos para el cine o las artes, o que me dicen del Gobernador de Puebla que se adueña de la educación privada o ahora como el presidente amenaza periodistas, y de ahí la burla que se filtra de los diputados de Morena de ese partido justificando que en ese estado la gente, los padres de familia están felices, contentos con la decisión tomada. Parecen querer hacer un territorio donde el pueblo es ciego y el rey tuerto.

El lunes pese a lo que dicen algunos científicos no es conveniente aún la salida a la Nueva Normalidad, pero ahora sabemos que el asunto es meramente político, donde el presidente sabe que hay un tirador franco a la silla, el Gobernador de Jalisco y ahí hay que poner énfasis de que hoy pareciera que ambos necesitan salir, no importa cómo.

El presidente Andrés Manuel López Obrador saldrá de gira la próxima semana, su prioridad es reencontrarse en las entidades, con el pueblo bueno, aquí no pasa nada, lo declaró ayer jueves: Hemos domado a la Pandemia, mientras las cifras de esta semana no bajan de más de 450 en promedio.

El presidente sabe que sus niveles de popularidad han bajado, que sus discursos mañaneros han caído más en ocurrencias que en acciones materializadas, al grado de convertir Palacio Nacional en un set de televisión, donde ya vemos a todas horas transmisiones desde un salón, desde otro, desde los jardines, contenidos que distraen, formas para que la figura del presidente no desaparezca del imaginario colectivo.

El presidente viajará a reactivar la economía, bien por eso, pero al mismo tiempo lo hará con una idea separada de la realidad, la medición de la felicidad en medio de un país que colapsó por una pandemia que dejará según Coneval 12 millones de Pobres en el país, una cifra que estoy seguro para nada está de acuerdo con el discurso que hace unos días el mandatario expresó al referirse que un par de zapatos, una camisa y un auto modesto era lo único necesario para vivir.

Lo que seguro veremos la próxima semana estaré en varios escenarios: el crecimiento de casos de contagios, el discurso de Hugo López Gatell ahora en la aceptación de esa gráfica que se “filtró” en la conferencia vespertina del martes y que daba cuenta de miles de muertos no presentados en sus láminas diarias, el Presidente dando banderazos de obras, el reinicio de las actividades económicas en varios estados y un inminente crecimiento de la delincuencia por falta de trabajo.

En medio de esta realidad los estados están haciendo lo propio, la federación concentra el recurso que ya está etiquetado para los programas sociales, para los créditos y lo que resulte, por lo que algunos han tenido que recurrir al endeudamiento, algunos con cantidades en exceso, pero se justifican con que serán usados para las medidas más apremiantes: circulante, empleo; necesidades que son apremiantes porque los más de 70 das ya cobraron factura.

Durante estos días podemos sumar las “ocurrencias” que tuvieron que ser desmentidas, el hacer del INEGI una policía fiscal, o desaparecer los fideicomisos para el cine o las artes, o que me dicen del Gobernador de Puebla que se adueña de la educación privada o ahora como el presidente amenaza periodistas, y de ahí la burla que se filtra de los diputados de Morena de ese partido justificando que en ese estado la gente, los padres de familia están felices, contentos con la decisión tomada. Parecen querer hacer un territorio donde el pueblo es ciego y el rey tuerto.

El lunes pese a lo que dicen algunos científicos no es conveniente aún la salida a la Nueva Normalidad, pero ahora sabemos que el asunto es meramente político, donde el presidente sabe que hay un tirador franco a la silla, el Gobernador de Jalisco y ahí hay que poner énfasis de que hoy pareciera que ambos necesitan salir, no importa cómo.