/ lunes 28 de diciembre de 2020

Vacunación justa y humanitaria

Muy oportuno ha sido el posicionamiento del gobierno de Andrés Manuel López Obrador respecto al permiso que tendrán las empresas privadas para importar la vacuna contra el covid-19 y ponerla a disposición de quienes puedan y quieran comprarla.

Esta disposición natural de la autoridad federal, se da en momentos en que comenzaba a surgir entre los mexicanos, la inquietud acerca del derecho que todo ciudadano tiene para proteger su salud en la medida de sus posibilidades y en este caso concreto, a adquirir el biológico que puede ponerlo a salvo de la temible enfermedad.

Se llegó a temer que el gobierno monopolizara el producto, su distribución y aplicación, dejando de lado a otros conductos que pueden y deben existir. Hubo quienes temieran que se les privara del derecho a cuidar su salud. Pero por fortuna no ha sido así y en buena hora se puntualizó la situación y el asunto empieza a dilucidarse.

En México, como en muchas partes del mundo, tenemos una economía mixta y por extensión, un sistema médico-asistencial del mismo estilo. La gente que puede, se atiende con médicos y en hospitales privados. En tanto que las mayorías cuentan con las instituciones oficiales de salud, que incluyen las consultas y la posibilidad de internarse en nosocomios como el IMSS o el ISSSTE.

Y este mismo modelo se va a aplicar en lo que trata a los programas de inmunización contra el coronavirus, que ya han iniciado. Hay razones para esperar que de esta manera, los resultados sean tan efectivos como lo demanda la contingencia.

Ahora que, sin necesidad de ser tan agudos, se observa desde estas fechas, que en el horizonte que divisamos, hay ángulos dignos de tomarse en cuenta, como por ejemplo el hecho de que las personas que cuentan con recursos, podrán adelantarse en la compra y aplicación de la vacuna, sin tener que esperar al turno que le correspondería según la calendarización la autoridad sanitaria del país. Pero quienes no dispongan de tal posibilidad económica, habrán de ajustarse al programa oficial.

Sin embargo, esto de la economía mixta tiene también sus innegables ventajas, porque si no estuviera abierta tal posibilidad de compra del biológico en lo particular, toda la cobertura en tiempo y espacio tendría que sujetarse a la acción del gobierno. Pero abriéndose esta posibilidad anunciada, para que también los particulares por su cuenta participen en la inmunización, tendremos que finalmente, la contingencia se atacará por dos frentes y la cobertura de protección será más amplia, en beneficio del país y de todos los que lo habitamos.

La compra y aplicación de la vacuna por personas particulares, se sumará a lo que hace el gobierno.

Un punto más a favor de quienes tienen confianza en el sistema económico-político que nos rige y que tal como lo apuntamos, puede dar los mejores resultados en la medida que en al accionar de todos los sectores, predominen la buena fe, la coordinación y la consecuente eficiencia.


* Periodista

Muy oportuno ha sido el posicionamiento del gobierno de Andrés Manuel López Obrador respecto al permiso que tendrán las empresas privadas para importar la vacuna contra el covid-19 y ponerla a disposición de quienes puedan y quieran comprarla.

Esta disposición natural de la autoridad federal, se da en momentos en que comenzaba a surgir entre los mexicanos, la inquietud acerca del derecho que todo ciudadano tiene para proteger su salud en la medida de sus posibilidades y en este caso concreto, a adquirir el biológico que puede ponerlo a salvo de la temible enfermedad.

Se llegó a temer que el gobierno monopolizara el producto, su distribución y aplicación, dejando de lado a otros conductos que pueden y deben existir. Hubo quienes temieran que se les privara del derecho a cuidar su salud. Pero por fortuna no ha sido así y en buena hora se puntualizó la situación y el asunto empieza a dilucidarse.

En México, como en muchas partes del mundo, tenemos una economía mixta y por extensión, un sistema médico-asistencial del mismo estilo. La gente que puede, se atiende con médicos y en hospitales privados. En tanto que las mayorías cuentan con las instituciones oficiales de salud, que incluyen las consultas y la posibilidad de internarse en nosocomios como el IMSS o el ISSSTE.

Y este mismo modelo se va a aplicar en lo que trata a los programas de inmunización contra el coronavirus, que ya han iniciado. Hay razones para esperar que de esta manera, los resultados sean tan efectivos como lo demanda la contingencia.

Ahora que, sin necesidad de ser tan agudos, se observa desde estas fechas, que en el horizonte que divisamos, hay ángulos dignos de tomarse en cuenta, como por ejemplo el hecho de que las personas que cuentan con recursos, podrán adelantarse en la compra y aplicación de la vacuna, sin tener que esperar al turno que le correspondería según la calendarización la autoridad sanitaria del país. Pero quienes no dispongan de tal posibilidad económica, habrán de ajustarse al programa oficial.

Sin embargo, esto de la economía mixta tiene también sus innegables ventajas, porque si no estuviera abierta tal posibilidad de compra del biológico en lo particular, toda la cobertura en tiempo y espacio tendría que sujetarse a la acción del gobierno. Pero abriéndose esta posibilidad anunciada, para que también los particulares por su cuenta participen en la inmunización, tendremos que finalmente, la contingencia se atacará por dos frentes y la cobertura de protección será más amplia, en beneficio del país y de todos los que lo habitamos.

La compra y aplicación de la vacuna por personas particulares, se sumará a lo que hace el gobierno.

Un punto más a favor de quienes tienen confianza en el sistema económico-político que nos rige y que tal como lo apuntamos, puede dar los mejores resultados en la medida que en al accionar de todos los sectores, predominen la buena fe, la coordinación y la consecuente eficiencia.


* Periodista