Desde que López Obrador asumió la Presidencia, cada mes que pasa en México se convierte en una nueva confirmación de que el Gobierno Federal falla en su función primaria de garantizar las condiciones necesarias para que las familias mexicanas gocen, sin contratiempos, de una vida rodeada de dignidad, paz y seguridad patrimonial.
En México ya es un desesperanzador hábito público el presenciar cada vez la misma actitud desde la Presidencia: 1) Distraer; 2) No aceptar los errores y 3) Resistirse a corregir el rumbo; y el nuevo ejemplo de esto es la REFORMA ELÉCTRICA impulsada por el Gobierno de López Obrador y Morena que busca el monopolio del estado en la conducción del Sistema Eléctrico Nacional, a través de la Comisión Federal de Electricidad.
Actores económicos estratégicos han destacado las consecuencias nocivas de esta propuesta, que sin duda afectará económicamente a todo México, que hoy por hoy, atraviesa un momento poco deseable con la inflación más grave en los últimos 20 años y con 6 millones de mexicanas y mexicanos que dejaron de pertenecer a la clase media en los últimos años.
La empresa financiera internacional JP Morgan alerta que esta reforma pone en riesgo la economía mexicana, ya que de avalarse, podrían desencadenarse rebajas a la calificación soberana de México.
Esta situación se torna aún más grave si consideramos el anuncio dado a conocer por la institución financiera Bank of America, tomando en cuenta los últimos datos del Indicador Global de Actividad Económica, proporcionado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, respecto a que la economía mexicana sumaría dos trimestres consecutivos de bajas respecto a sus trimestres anteriores, lo que significa que México está entrando en una recesión técnica.
Si de verdad se piensa en este país y en las familias mexicano es necesario que se replantee el camino de las políticas públicas -como esta Reforma Eléctrica- y que cese el discurso de odio contra un amplio sector de actores estratégicos para el desarrollo económico y creación de empleos en nuestro país, como lo son empresarios e inversionistas.
En el PAN estamos convencidos que las instituciones públicas nacionales -comenzando por la Presidencia de la República- deben concentrarse en buscar soluciones para resolver los problemas que cada vez acercan a nuestro país hacia una tormenta económica perfecta. Desde el Grupo Parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados, insistiremos para que en el segundo periódo de sesiones, próximo a comenzar, se discuta y analice con toda la responsabilidad la propuesta de reforma eléctrica del Presidente, escuchando a los actores económicos del país, porque lo que está en juego es precisamente el bienestar y los recursos con los que subsisten las familias mexicanas.
* Diputada federal PAN
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