/ martes 26 de junio de 2018

Expresión ciudadana / Guía para el voto indeciso

A unos días de verificarse el proceso electoral más concurrido de nuestra historia, varias encuestas señalan que los indecisos están en segundo lugar; razón por la cual los candidatos han enfocado sus baterías en pos del voto de ese conglomerado de electores. Si usted amable lector pertenece a ese segmento y no ha decidido qué hacer con su voto. Aquí le damos una guía, basada en el trabajo del investigador jalisciense Andrés Valdez.

Voto racional: El ciudadano decide de manera libre, individual y racional, la orientación de su voto, de acuerdo a los intereses que están en juego en la elección, a la información que recogen los ciudadanos de las campañas y al cálculo que hacen sobre beneficios, ventajas y desventajas que obtendrían con su voto.

Voto personalizado (por el candidato): El elector decide votar tomando en consideración quién es el candidato que se postula, más que el partido o la plataforma electoral que se propone.

Voto de ira, de protesta o negativo: Se genera motivado por el hartazgo, el descontento, la inconformidad, el malestar y la irritación social en contra de algunos de los partidos contendientes o sus candidatos y/o sus plataformas político-ideológicas.

Voto de hambre o utilitario: Esos votantes ven en las campañas electorales la oportunidad para obtener un beneficio inmediato, como puede ser una despensa, material para construcción, algún objeto utilitario o, incluso, algún ingreso económico directo. Se basa en la paradoja de que “la política es el arte de obtener el dinero de los ricos y el voto de los pobres con el pretexto de proteger a los unos de los otros.

Voto del miedo: Motivado por una serie de temores, amenazas, intimidaciones e incertidumbres sobre el presente y el futuro de una determinada colectividad.

Voto circunstancial o contextual: La coyuntura o circunstancia en la que se realiza la elección, influye en el comportamiento del electorado. La crisis generada por el gobierno en turno, lo hace perder estos votos.

Voto ganador: Los electores votan por aquellos candidatos o partidos que es probable que resulten ganadores (tendencia a ponerse del lado ganador).

Voto plebiscitario: Los electores evalúan el desempeño de los partidos y sus gobernantes y en razón de esta evaluación, deciden orientar su voto.

El voto de plástico: Moldeable e influenciable por diferentes estímulos comunicacionales que recibe el elector.

Voto nulo: Es aquel sufragio que no tiene validez en los conteos electorales, porque no reúne los requisitos que la ley electoral establece. En comicios muy cerrados los votos nulos pueden ser determinantes para ganar o perder una elección.

Voto útil: Se genera cuando el elector convierte a su segunda preferencia en la primera opción preferencial para evitar que un tercero, con el que discrepa y/o considera riesgoso, pueda ganar la elección.

Voto clasista: Se genera por la ubicación del elector en función de la clase social a la que pertenece.

Voto relacional: Es aquel sufragio que se genera a partir de una relación positiva, grata y placentera entre el partido, sus candidatos y sus gobiernos con los votantes en una perspectiva de corto, mediano y largo plazo.

Sea como sea ¡Todos a votar este 1 de Julio!


A unos días de verificarse el proceso electoral más concurrido de nuestra historia, varias encuestas señalan que los indecisos están en segundo lugar; razón por la cual los candidatos han enfocado sus baterías en pos del voto de ese conglomerado de electores. Si usted amable lector pertenece a ese segmento y no ha decidido qué hacer con su voto. Aquí le damos una guía, basada en el trabajo del investigador jalisciense Andrés Valdez.

Voto racional: El ciudadano decide de manera libre, individual y racional, la orientación de su voto, de acuerdo a los intereses que están en juego en la elección, a la información que recogen los ciudadanos de las campañas y al cálculo que hacen sobre beneficios, ventajas y desventajas que obtendrían con su voto.

Voto personalizado (por el candidato): El elector decide votar tomando en consideración quién es el candidato que se postula, más que el partido o la plataforma electoral que se propone.

Voto de ira, de protesta o negativo: Se genera motivado por el hartazgo, el descontento, la inconformidad, el malestar y la irritación social en contra de algunos de los partidos contendientes o sus candidatos y/o sus plataformas político-ideológicas.

Voto de hambre o utilitario: Esos votantes ven en las campañas electorales la oportunidad para obtener un beneficio inmediato, como puede ser una despensa, material para construcción, algún objeto utilitario o, incluso, algún ingreso económico directo. Se basa en la paradoja de que “la política es el arte de obtener el dinero de los ricos y el voto de los pobres con el pretexto de proteger a los unos de los otros.

Voto del miedo: Motivado por una serie de temores, amenazas, intimidaciones e incertidumbres sobre el presente y el futuro de una determinada colectividad.

Voto circunstancial o contextual: La coyuntura o circunstancia en la que se realiza la elección, influye en el comportamiento del electorado. La crisis generada por el gobierno en turno, lo hace perder estos votos.

Voto ganador: Los electores votan por aquellos candidatos o partidos que es probable que resulten ganadores (tendencia a ponerse del lado ganador).

Voto plebiscitario: Los electores evalúan el desempeño de los partidos y sus gobernantes y en razón de esta evaluación, deciden orientar su voto.

El voto de plástico: Moldeable e influenciable por diferentes estímulos comunicacionales que recibe el elector.

Voto nulo: Es aquel sufragio que no tiene validez en los conteos electorales, porque no reúne los requisitos que la ley electoral establece. En comicios muy cerrados los votos nulos pueden ser determinantes para ganar o perder una elección.

Voto útil: Se genera cuando el elector convierte a su segunda preferencia en la primera opción preferencial para evitar que un tercero, con el que discrepa y/o considera riesgoso, pueda ganar la elección.

Voto clasista: Se genera por la ubicación del elector en función de la clase social a la que pertenece.

Voto relacional: Es aquel sufragio que se genera a partir de una relación positiva, grata y placentera entre el partido, sus candidatos y sus gobiernos con los votantes en una perspectiva de corto, mediano y largo plazo.

Sea como sea ¡Todos a votar este 1 de Julio!


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