Estamos en pleno proceso electoral para renovar presidencia de la República y gubernaturas. Nada nuevo. Ese tipo de situaciones las vivimos las y los mexicanos cada seis años, sin embargo, este es el año en el que una cuestión sí es evidente: las mujeres han tomado los espacios públicos, y en muchas de las candidaturas, las postulantes son mujeres.
Muy bien por ello. Además de que hemos decidido hacer el espacio público nuestro, no debe omitirse que también han existido algunas acciones afirmativas que han coadyuvado a que el piso político se empareje un poquito más. Sin embargo, saltan a la vista una serie de noticias que debe ponernos en alerta para no perder las batallas ya ganadas.
Lastimosamente, no es poco frecuente escuchar que las dos candidatas presidenciales “son manipuladas y manejadas” por hombres que están o estuvieron en el poder, como si ellas no tuvieran capacidad de hacerlo bien ni por sí mismas. Luego, tenemos al magistrado presidente de lo electoral en el Estado de Jalisco que violentó a una de sus compañeras de trabajo. En caso de existir una controversia relacionada con violencia política contra las mujeres, ésta es una de las personas que deberá resolver. Finalmente, tenemos a la candidata a la gubernatura de Jalisco denunciando a otro candidato por la misma razón.
Los ejemplos antes mencionados, solo vislumbran que para las mujeres siempre ha sido más complicado el camino, y lo electoral no es la excepción. Si queremos tener un país que se acerque más al respeto de los derechos humanos de las mujeres, debemos mejorar nuestras instituciones, capacitar a las y los operadores encargados de los procesos electorales. Como ciudadanía, es importante que tengamos en consideración cuáles candidatos y candidatas están apostando por este tema.
Maestra en Transparencia y Protección de Datos Especialista en Estudios de Género*
Twitter: @Nataliamese
