Héctor Manuel Ramos
Se promocionan en periodiquitos comerciales, con atractivos anuncios en los que ponen fotografías de gente joven y atractiva, ofreciendo dinero rápido, sin aval, sin consulta del buró de crédito, con intereses accesibles y forma de pago según la capacidad del solicitante. Demasiado atractivo para ser verdad, ¿o no?
Hacen firmar extensos contratos (lo que dificulta poner cuidado en las cláusulas leoninas) meticulosamente elaborados en los que previsiblemente, el cliente no cumplirá con alguno de los requisitos solicitados, para con ese pretexto, luego negarle el crédito.
A los incautos que atrapan les dicen que su crédito ya está autorizado y que sólo falta que paguen (generalmente) 5 mil pesos por la gestoría. El cliente termina por depositar ante la necesidad urgente y la promesa de que en cuanto pague la gestoría, obtendrá el dinero. Una vez que el cliente paga, empiezan los pretextos como: Algo raro pasó, por fallas del sistema no se ha liberado el dinero, en México nos están tardando la respuesta, etc. Posteriormente la persona con quien trató ya no contestará el teléfono y al final otra le dirá que por su culpa no se pudo lograr el crédito y que la empresa cobra por su gestoría los 5 mil pesos pagados.
Este tipo de fraude hormiga genera al año ingresos millonarios a sus autores porque la gestión del crédito es simulada y nunca algún cliente ha recibido el dinero prometido. Esta tan bien planeado y calculado que se “protegen” con los contratos de gestoría, frecuentemente cambian de domicilio y razón social, no son instituciones financieras reguladas por la CONDUSEF, saben que por 5 mil pesos ningún abogado defenderá al defraudado y que en el sistema de justicia penal lo que priva es la impunidad. En el peor de los escenarios negociarán con alguna víctima luchona alguna reparación del daño.
Miles de personas han sido afectadas por estos vivales, la mayoría ha denunciado ante la Fiscalía General del Estado y se han quejado en la Profeco, sin obtener el más mínimo apoyo, ya no se diga de justicia. Ha habido casos en los que se han robado autos de clientes que dejaron la factura en garantía. En la etapa de Eduardo Almaguer al frente de la Fiscalía estatal se trató de combatir estos delitos, pero sólo quedó en el intento. Hoy ante el fin de sexenio y la crisis por la que pasa la FGE, se ha incrementado la incidencia de estos fraudes, sin que nadie se preocupe por las víctimas.
Esperemos que el gobierno venidero se sacuda la modorra justiciera y combata a estos inescrupulosos vivales que ya hicieron del fraude en agravio de los necesitados su modus vivendi afectando a personas que buscan dinero rápido porque tienen un familiar hospitalizado o quieren salvar su negocio y terminan en una situación peor.
