/ miércoles 24 de noviembre de 2021

Alza en Impuestos y en el costo de vida

Nada favorable se presenta el futuro inmediato para la ciudadanía, puesto que el alza en los impuestos, que se encuentra en proceso, repercutiría irremisiblemente en perjuicio de la economía popular, al elevarse una vez más, ahora en el 2020, el costo de vida.

Aquí en nuestro estado ha sido el aumento en las tarifas del agua lo que ha disparado la atención del público en el problema, debido a que en algunas áreas, el incremento se considera desmesurado. Empero, esto no es todo, porque en días pasados ya se anunció un aumento similar en la generalidad de las contribuciones a nivel estatal.

El panorama de ajuste económico se repite: el sector público se ve en apuros por la insuficiencia de recursos y para resolver su quebranto recurre a la estrategia de aplicar mayores impuestos a la población. Y como fácilmente se ve, los gobernantes sí tienen esa posibilidad para salir de su embrollo, pero ¡oh desgracia! los ciudadanos no tienen para dónde hacerse y -sobre todos los estratos bajos- paso a paso se van quedando atrás en lo que trata a poder adquisitivo y niveles de vida. Debemos aclarar que este juego de disparidades no es de ahora, sino que se viene repitiendo desde hace bastantes decenios, con el agravante de que lógicamente, cada año la situación viene empeorando más y más, en detrimento lamentable de los que menos tienen.

La administración pública tiene el pretexto de que necesita recaudar más dinero para poder cumplir con los programas de gobierno, lo cual ve como una inaplazable necesidad política y social. Aunque estos propósitos han sido cuestionados más de una vez por los críticos y por la población abierta. Y para muestra un botón: El servicio del agua potable es malo a la vista de todos los consumidores. Y aún así, no hay empacho para cobrarlo más caro.

Tenemos de esta forma, un punto más en que -por lo que trata al contexto histórico- gobernantes y gobernados parecen no estar de acuerdo. Y tristemente no se observa un acercamiento en lo que trata a los niveles de unidad y entendimiento, de cercanía y coordinación, que es el ideal de todo sistema de vida. La unión hace la fuerza y la gente anhela el momento en que se trabaje de esa manera.

Mientras tanto, gran parte de la población espera con innegable preocupación, el momento en que se le comiencen a aplicar los nuevos gravámenes y pensando desde ahora, en lo que puede hacer para salir avante. Aunque no faltan los que piensan que no hay más remedio en que seguir rezando para que la situación mejore.

La autoridad afirma y promete que ahora sí, los fondos públicos se van a aplicar correctamente - con tino y con transparencia- de tal forma que la acción gubernamental se refleje claramente en beneficio de la población. Los observadores aseguran a su vez, que los ciudadanos están con los brazos abiertos y las palmas de las manos extendidas, listos para aplaudir fuerte y sinceramente, el momento en que surtan efecto estas acciones.

* Periodista

Nada favorable se presenta el futuro inmediato para la ciudadanía, puesto que el alza en los impuestos, que se encuentra en proceso, repercutiría irremisiblemente en perjuicio de la economía popular, al elevarse una vez más, ahora en el 2020, el costo de vida.

Aquí en nuestro estado ha sido el aumento en las tarifas del agua lo que ha disparado la atención del público en el problema, debido a que en algunas áreas, el incremento se considera desmesurado. Empero, esto no es todo, porque en días pasados ya se anunció un aumento similar en la generalidad de las contribuciones a nivel estatal.

El panorama de ajuste económico se repite: el sector público se ve en apuros por la insuficiencia de recursos y para resolver su quebranto recurre a la estrategia de aplicar mayores impuestos a la población. Y como fácilmente se ve, los gobernantes sí tienen esa posibilidad para salir de su embrollo, pero ¡oh desgracia! los ciudadanos no tienen para dónde hacerse y -sobre todos los estratos bajos- paso a paso se van quedando atrás en lo que trata a poder adquisitivo y niveles de vida. Debemos aclarar que este juego de disparidades no es de ahora, sino que se viene repitiendo desde hace bastantes decenios, con el agravante de que lógicamente, cada año la situación viene empeorando más y más, en detrimento lamentable de los que menos tienen.

La administración pública tiene el pretexto de que necesita recaudar más dinero para poder cumplir con los programas de gobierno, lo cual ve como una inaplazable necesidad política y social. Aunque estos propósitos han sido cuestionados más de una vez por los críticos y por la población abierta. Y para muestra un botón: El servicio del agua potable es malo a la vista de todos los consumidores. Y aún así, no hay empacho para cobrarlo más caro.

Tenemos de esta forma, un punto más en que -por lo que trata al contexto histórico- gobernantes y gobernados parecen no estar de acuerdo. Y tristemente no se observa un acercamiento en lo que trata a los niveles de unidad y entendimiento, de cercanía y coordinación, que es el ideal de todo sistema de vida. La unión hace la fuerza y la gente anhela el momento en que se trabaje de esa manera.

Mientras tanto, gran parte de la población espera con innegable preocupación, el momento en que se le comiencen a aplicar los nuevos gravámenes y pensando desde ahora, en lo que puede hacer para salir avante. Aunque no faltan los que piensan que no hay más remedio en que seguir rezando para que la situación mejore.

La autoridad afirma y promete que ahora sí, los fondos públicos se van a aplicar correctamente - con tino y con transparencia- de tal forma que la acción gubernamental se refleje claramente en beneficio de la población. Los observadores aseguran a su vez, que los ciudadanos están con los brazos abiertos y las palmas de las manos extendidas, listos para aplaudir fuerte y sinceramente, el momento en que surtan efecto estas acciones.

* Periodista