/ domingo 14 de octubre de 2018

¿Y la ciencia?

La definición más común y digerible para el intelecto más escaso es el siguiente: Conjunto de conocimientos metódicamente adquiridos y sistemáticamente construidos, como el simple mortal que nunca dejare de ser, sea servidor público o no, mi conciencia y el civismo que me inculcaron durante el paso por la secundaria me obligan, al margen de lo que pudiera suceder, pensar o decir, la actual administración de gobierno y la que está por acceder, que ésta ya ponga atención de manera urgente en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, que no obstante que se le haya vinculado en mi persona a un escándalo al que es totalmente ajeno y pese a que por todos los medios se trató de optimizar los servicios que por ley está obligado a prestar y que con la más bárbara arbitrariedad e irresponsabilidad, supuestamente se corregiría lo que nunca fue incorrecto.

Se tiro por la borda todo el esfuerzo de los peritos en capacitarse y la obtención del equipo de la más alta tecnología otorgada por el gobierno federal y norteamericano, lo que hizo posible obtener la acreditación internacional forense como un órgano certificado que se ajustaba a los protocolos y reglamentos establecidos para los laboratorios donde los responsables de cada uno obtuvieron las más altas calificaciones durante la capacitación y que hoy en día fueron removidos de su función y sustituidos por quienes no tienen la capacitación suficiente y desde luego tampoco la certificación que obtuvieron por el organismo acreditador ya que además quienes dirigen ahora el cómo y el qué, son elementos de la Fiscalía y hasta de la Secretaría de Administración y Finanzas del gobierno del Estado, lo que va a permitir a los abogados defensores, en las audiencias de juicio oral exigir a los jueces la descalificación de tales dictámenes ya que carecen del sustento científico otorgado por un elemento capacitado y acreditado para ello, a lo que el juez no podrá negarse, legalmente hablando, lo que vendrá a agravar la impunidad en el estado.

Es urgente se intervenga al interior del Instituto de Ciencias Forenses para que se reestablezca su actividad científica que no se la da el solo hecho de cambiar de director y que intervengan personajes armados dentro de la institución que deberán de intimidar de algún modo a los peritos para emitir sus dictámenes en estricto apego a la honestidad y la ciencia a que están obligados, aunque pareciera que es el afán de no hacer las cosas de tal manera y que les permita a los peritos defender eficazmente la información de sus dictámenes que se emiten en cualquier actuación jurisdiccional en que participen, ya que esta institución dictamina en cualquier tipo de proceso y materia jurídica que sea requerido.

Sin otro ánimo, más que el buscar que no se deteriore la imagen nacional como internacional que había obtenido el Instituto de Ciencias Forenses, no en función de mi desempeño, sino en el de los peritos y el equipamiento que se obtuvo para lograr tal condición y que como parte de esta sociedad y también víctima de la delincuencia, es que considero que no hay que callar lo que se debe decir cuando se debe hablar.

Ojalá que quienes están en este momento al frente del Instituto, reconsideren su proceder y que en la función del mismo, sólo su personal actúe y se retiren desde los elementos de la Fiscalía como de cualquier otra área del gobierno del estado por muy gobierno que sean si no tienen ninguna función en ese organismo eminentemente científico.

locb15@hotmail.com


La definición más común y digerible para el intelecto más escaso es el siguiente: Conjunto de conocimientos metódicamente adquiridos y sistemáticamente construidos, como el simple mortal que nunca dejare de ser, sea servidor público o no, mi conciencia y el civismo que me inculcaron durante el paso por la secundaria me obligan, al margen de lo que pudiera suceder, pensar o decir, la actual administración de gobierno y la que está por acceder, que ésta ya ponga atención de manera urgente en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, que no obstante que se le haya vinculado en mi persona a un escándalo al que es totalmente ajeno y pese a que por todos los medios se trató de optimizar los servicios que por ley está obligado a prestar y que con la más bárbara arbitrariedad e irresponsabilidad, supuestamente se corregiría lo que nunca fue incorrecto.

Se tiro por la borda todo el esfuerzo de los peritos en capacitarse y la obtención del equipo de la más alta tecnología otorgada por el gobierno federal y norteamericano, lo que hizo posible obtener la acreditación internacional forense como un órgano certificado que se ajustaba a los protocolos y reglamentos establecidos para los laboratorios donde los responsables de cada uno obtuvieron las más altas calificaciones durante la capacitación y que hoy en día fueron removidos de su función y sustituidos por quienes no tienen la capacitación suficiente y desde luego tampoco la certificación que obtuvieron por el organismo acreditador ya que además quienes dirigen ahora el cómo y el qué, son elementos de la Fiscalía y hasta de la Secretaría de Administración y Finanzas del gobierno del Estado, lo que va a permitir a los abogados defensores, en las audiencias de juicio oral exigir a los jueces la descalificación de tales dictámenes ya que carecen del sustento científico otorgado por un elemento capacitado y acreditado para ello, a lo que el juez no podrá negarse, legalmente hablando, lo que vendrá a agravar la impunidad en el estado.

Es urgente se intervenga al interior del Instituto de Ciencias Forenses para que se reestablezca su actividad científica que no se la da el solo hecho de cambiar de director y que intervengan personajes armados dentro de la institución que deberán de intimidar de algún modo a los peritos para emitir sus dictámenes en estricto apego a la honestidad y la ciencia a que están obligados, aunque pareciera que es el afán de no hacer las cosas de tal manera y que les permita a los peritos defender eficazmente la información de sus dictámenes que se emiten en cualquier actuación jurisdiccional en que participen, ya que esta institución dictamina en cualquier tipo de proceso y materia jurídica que sea requerido.

Sin otro ánimo, más que el buscar que no se deteriore la imagen nacional como internacional que había obtenido el Instituto de Ciencias Forenses, no en función de mi desempeño, sino en el de los peritos y el equipamiento que se obtuvo para lograr tal condición y que como parte de esta sociedad y también víctima de la delincuencia, es que considero que no hay que callar lo que se debe decir cuando se debe hablar.

Ojalá que quienes están en este momento al frente del Instituto, reconsideren su proceder y que en la función del mismo, sólo su personal actúe y se retiren desde los elementos de la Fiscalía como de cualquier otra área del gobierno del estado por muy gobierno que sean si no tienen ninguna función en ese organismo eminentemente científico.

locb15@hotmail.com