El día diez del mes en curso la mayoría que integran las comisiones unidas de justicia y estudios legislativos segunda del senado de la república, de la forma mas vil, inmoral, dolosa, de mala fe, cobarde, servil y traidora, han aprobado, entre otras barbaridades, pero ninguna como la de esta fecha, en la que se aprobó la iniciativa de reforma a los artículos 129 y 148 de la ley de amparo, preceptos que contienen el alma de la constitución y de la historia de esta patria, ya que en tales dispositivos, hasta en este momento, son el instrumento que el gobernado tiene como defensa frente al estado; que hoy con tan bárbara iniciativa al ser aprobada por el pleno del congreso se acaba con la historia, en todos los sentidos de este país, echando por la borda la vida de todos aquellos hombres que ofrendaron su vida, su esfuerzo, su dedicación, su talento, para establecer en nuestro sistema jurídico una institución que ha tenido una trascendencia por su contenido y esencia en el contexto universal del derecho.
Resulta inconcebible que la sociedad jurídica de este país no reaccione en consecuencia, haciendo uso en todos sus términos del derecho a manifestarse, ya sea por los medios legales nacionales como internacionales, así como los materiales, intelectuales y físicos que sean necesarios para la defensa de esa institución que es el juicio de amparo, que con las reformas pretendidas en comento, que agravia cruelmente al pueblo mexicano y que tiene trascendencia al exterior y que solo beneficia a alguien que pretenda en erigirse en dictador, que decida el destino de las vidas y patrimonio de quienes conformamos este pueblo.
Este acontecimiento que hoy me ocupa es de llamar la atención con urgencia, además del foro, a todo el sector académico en particular de la profesión jurídica, a las propias instituciones académicas, públicas y privadas, a los docentes y a todos los encargados de la procuración y administración de la justicia, que como conocedores y estudiosos del derecho e interesados en el atentado que transcurre en este momento con el propósito de destruir el orden jurídico de este país se da la obligación por el mas elemental sentido de responsabilidad de enfrentar a esa gavilla de senadores que criminalmente atacan a este pueblo al que lejos de afectar, deberían proteger y servir.
Dejemos el confort de la cobardía, del no se puede, del que nadie hace nada y enfrentemos este ataque tan severo que ya camina a la destrucción de nuestro estado de derecho y por ende a nuestra composición republicana, vamos todos ya, por todos los medios al alcance a impedir la consumación del crimen jurídico.
MTRO. LUIS OCTAVIO COTERO BERNAL.
