/ lunes 16 de septiembre de 2019

Solo recordamos, nada celebramos

No podemos olvidar a los hombres y mujeres que nos dieron patria, con sus defectos y virtudes, que si los defectos fueron muchos, las virtudes, aunque pocas, fueron muy valiosas, entre otras, como las del Siervo de la Nación, que así se asumió el cura Don José María Morelos y Pavón, cuando se pretendió por un grupo de insurgentes, rendirle un homenaje por su desempeño en la gesta independentista.

Aquellos hombres que nos dieron patria, estoy cierto, que si volvieran a nacer en esta época, se morirían de nuevo, de tristeza y decepción, al ver el desgobierno que padecemos los Mexicanos y que nosotros mismos hemos encumbrado y que poco o nada hemos hecho para reivindicarlos, sometiéndolos a juicio por su castrada y corrupta actuación frente a un poderoso crimen organizado, que lo ha sometido, no obstante de existir un marco constitucional y legal que le permite al gobernante restablecer el orden severamente alterado en nuestros días, no obstante la perturbación grave de la paz pública, que la Constitución Federal, en su artículo 29 garantiza.

La semana pasada y en esta que inicia hemos escuchado y escucharemos informes de gobierno estatal y municipales, que todo lo que puedan presumir de bien hecho en pro de la colectividad, es irrelevante frente al drama cotidiano de la muerte, a todas horas, en cualquier parte y de cualquier modo, ya sea por el crimen organizado al que mucho se ha dicho que así dejaron los que se fueron en las administraciones pasadas, como justificación y como dice la Primera Ministra Alemana Angela Merkel, “no se puede invocar el pasado, que cuando se accede al poder, es para superar aquel, no para justificarse en él”, por lo que es evidente, que quienes hoy detentan el poder, les falta talento, valor y amor a la patria y anteponer a cualquier otro beneficio, la paz pública y el orden jurídico, en todos sus términos, lo cual se logra con determinación sin límite de recursos materiales y humanos, que bien los vale tal propósito, ya que justificarse que las muertes entre delincuentes, son válidas, aunque no se diga, sino solo se pretende justificar estos homicidios, argumentando que son ajustes entre ellos, como si esto fuera legal y hasta ahorita la legislación en ninguna parte de su texto, así lo reconoce, vamos la sociedad en general y los académicos haciendo acopio de nuestro valor civil y de nuestro interés familiar y personal, obligando al Estado a que haga uso de la fuerza de la que está dotado legalmente, sin más regateos ni justificaciones de buenos propósitos y bondadosas y sanas intenciones.

En el pasado no muy lejano hubo gobernantes con agallas, decididos hasta matar para tener un control y poder absoluto sobre las instituciones para enriquecerse sin misericordia y sacrificio del pueblo y que toleraron el nacimiento y desarrollo del crimen organizado, que hasta hoy no hay un líder que nos conduzca a ser un país digno, dentro y fuera, con una actitud respetuosa y respetable, que no es tan solo el ser, sino también hay que parecer. ¡VIVA MÉXICO! y los héroes que nos dieron patria.


* Profesor Investigador de la División de Estudios Jurídicos de la UdeG.

Contacto:

locb15@hotmail.com

No podemos olvidar a los hombres y mujeres que nos dieron patria, con sus defectos y virtudes, que si los defectos fueron muchos, las virtudes, aunque pocas, fueron muy valiosas, entre otras, como las del Siervo de la Nación, que así se asumió el cura Don José María Morelos y Pavón, cuando se pretendió por un grupo de insurgentes, rendirle un homenaje por su desempeño en la gesta independentista.

Aquellos hombres que nos dieron patria, estoy cierto, que si volvieran a nacer en esta época, se morirían de nuevo, de tristeza y decepción, al ver el desgobierno que padecemos los Mexicanos y que nosotros mismos hemos encumbrado y que poco o nada hemos hecho para reivindicarlos, sometiéndolos a juicio por su castrada y corrupta actuación frente a un poderoso crimen organizado, que lo ha sometido, no obstante de existir un marco constitucional y legal que le permite al gobernante restablecer el orden severamente alterado en nuestros días, no obstante la perturbación grave de la paz pública, que la Constitución Federal, en su artículo 29 garantiza.

La semana pasada y en esta que inicia hemos escuchado y escucharemos informes de gobierno estatal y municipales, que todo lo que puedan presumir de bien hecho en pro de la colectividad, es irrelevante frente al drama cotidiano de la muerte, a todas horas, en cualquier parte y de cualquier modo, ya sea por el crimen organizado al que mucho se ha dicho que así dejaron los que se fueron en las administraciones pasadas, como justificación y como dice la Primera Ministra Alemana Angela Merkel, “no se puede invocar el pasado, que cuando se accede al poder, es para superar aquel, no para justificarse en él”, por lo que es evidente, que quienes hoy detentan el poder, les falta talento, valor y amor a la patria y anteponer a cualquier otro beneficio, la paz pública y el orden jurídico, en todos sus términos, lo cual se logra con determinación sin límite de recursos materiales y humanos, que bien los vale tal propósito, ya que justificarse que las muertes entre delincuentes, son válidas, aunque no se diga, sino solo se pretende justificar estos homicidios, argumentando que son ajustes entre ellos, como si esto fuera legal y hasta ahorita la legislación en ninguna parte de su texto, así lo reconoce, vamos la sociedad en general y los académicos haciendo acopio de nuestro valor civil y de nuestro interés familiar y personal, obligando al Estado a que haga uso de la fuerza de la que está dotado legalmente, sin más regateos ni justificaciones de buenos propósitos y bondadosas y sanas intenciones.

En el pasado no muy lejano hubo gobernantes con agallas, decididos hasta matar para tener un control y poder absoluto sobre las instituciones para enriquecerse sin misericordia y sacrificio del pueblo y que toleraron el nacimiento y desarrollo del crimen organizado, que hasta hoy no hay un líder que nos conduzca a ser un país digno, dentro y fuera, con una actitud respetuosa y respetable, que no es tan solo el ser, sino también hay que parecer. ¡VIVA MÉXICO! y los héroes que nos dieron patria.


* Profesor Investigador de la División de Estudios Jurídicos de la UdeG.

Contacto:

locb15@hotmail.com