/ miércoles 30 de septiembre de 2020

Sexo Responsable, la Solución

En estos últimos días y en una decena de estados del país, se ha agudizado el debate sobre la condena del aborto o su legalización. Y se han llevado a cabo marchas feministas que han rayado en la violencia.

Sin embargo, ante tales opiniones extremas, que se han expuesto en un tono nada encomiable, surge una tercera propuesta, más racional y si los lectores lo exigen, de más categoría: el sexo responsable.

Ante las exigencias para que el aborto sea declarado legal, los críticos de línea dura considerarían que acceder a tales demandas, equivaldría a legalizar la irresponsabilidad. El aborto sería una puerta falsa, algo así como como una salida nada decorosa, para personas que han incurrido en imperdonables descuidos al satisfacer sus inclinaciones sexuales, que ciertamente, muchas veces son irrefrenables.

Pero precisamente en eso consiste el moldeo de la personalidad y el desarrollo de la sociedad: en educarse para evitar problemas y llevar una vida sana.

Ciertamente en algunos lugares el aborto ya se ha legalizado. Pero el hecho de que en otros lugares los legisladores tomen decisiones cuestionables, no quiere decir que aquí forzosamente tengamos que seguir los mismos pasos.

Siguiendo la línea dura de los críticos, éstos señalarían que los diputados tienen la facultad, pero no la autoridad, para aprobar aquello que se les venga a la cabeza. Y que inclusive ello ha dado lugar a que el estado de derecho en algunos lugares, resulte en la práctica algo que muchos ven como ciertamente chueco.

El Papa ha dicho que el placer culinario, así como el sexual, son algo divino. Y nadie se lo va a discutir. Aunque Schopenhauer, para no ir tan lejos, en su excelente exposición sobre el tema, nos da una gran lección al señalar que el sexo es un instinto (al que denomina duende del sexo), el cual debemos conocer y reconocer, para manejarlo de la mejor manera posible. Que en lugar de ser nuestro enemigo, sea nuestro mejor amigo.

Por lo tanto, la práctica de un sexo responsable podría ser la mejor opción para no tener que llegar al exceso de legalizar los graves descuidos.

Sexo responsable. Hasta podría ser una materia escolar si aspiramos a convertirnos en una sociedad de primer nivel.

Ah, y otra cosa, a la hora de los reclamos y de la educación, tendría que incluirse también la responsabilidad de los chicos, de los varones, que hasta ahora se lavan las manos después de haber saciado sus ganas y dejar a una chica embarazada… en los dos sentidos de la palabra.

No tiene porqué dejarse toda la carga a la mujer.


En estos últimos días y en una decena de estados del país, se ha agudizado el debate sobre la condena del aborto o su legalización. Y se han llevado a cabo marchas feministas que han rayado en la violencia.

Sin embargo, ante tales opiniones extremas, que se han expuesto en un tono nada encomiable, surge una tercera propuesta, más racional y si los lectores lo exigen, de más categoría: el sexo responsable.

Ante las exigencias para que el aborto sea declarado legal, los críticos de línea dura considerarían que acceder a tales demandas, equivaldría a legalizar la irresponsabilidad. El aborto sería una puerta falsa, algo así como como una salida nada decorosa, para personas que han incurrido en imperdonables descuidos al satisfacer sus inclinaciones sexuales, que ciertamente, muchas veces son irrefrenables.

Pero precisamente en eso consiste el moldeo de la personalidad y el desarrollo de la sociedad: en educarse para evitar problemas y llevar una vida sana.

Ciertamente en algunos lugares el aborto ya se ha legalizado. Pero el hecho de que en otros lugares los legisladores tomen decisiones cuestionables, no quiere decir que aquí forzosamente tengamos que seguir los mismos pasos.

Siguiendo la línea dura de los críticos, éstos señalarían que los diputados tienen la facultad, pero no la autoridad, para aprobar aquello que se les venga a la cabeza. Y que inclusive ello ha dado lugar a que el estado de derecho en algunos lugares, resulte en la práctica algo que muchos ven como ciertamente chueco.

El Papa ha dicho que el placer culinario, así como el sexual, son algo divino. Y nadie se lo va a discutir. Aunque Schopenhauer, para no ir tan lejos, en su excelente exposición sobre el tema, nos da una gran lección al señalar que el sexo es un instinto (al que denomina duende del sexo), el cual debemos conocer y reconocer, para manejarlo de la mejor manera posible. Que en lugar de ser nuestro enemigo, sea nuestro mejor amigo.

Por lo tanto, la práctica de un sexo responsable podría ser la mejor opción para no tener que llegar al exceso de legalizar los graves descuidos.

Sexo responsable. Hasta podría ser una materia escolar si aspiramos a convertirnos en una sociedad de primer nivel.

Ah, y otra cosa, a la hora de los reclamos y de la educación, tendría que incluirse también la responsabilidad de los chicos, de los varones, que hasta ahora se lavan las manos después de haber saciado sus ganas y dejar a una chica embarazada… en los dos sentidos de la palabra.

No tiene porqué dejarse toda la carga a la mujer.