/ martes 17 de julio de 2018

Nuestra responsabilidad

La semana pasada, la más amarga de mi vida, que tal vez usted amigo lector y lo más seguro es que no le interese mis tragedias, pero lo traigo a comentar porque el estado de cosas que guarda nuestra Patria, en todos sus ámbitos, es mi responsabilidad o mi satisfacción si fuera positivo el diario vivir de todos y cada uno de nosotros.

El Estado que guarda mi entorno es mi responsabilidad y no del gobierno o de desgobierno si así lo quiero ver, porque una y otra cosa se da porque yo lo permito o porque yo lo construyo, me parece que ya basta de sólo estarme doliendo de lo que sucede y hoy que el presidente electo ha planteado públicamente un gran número de medidas tendientes para abatir los excesos y las negligencias de quienes ejercen el poder y donde los ciudadanos que callamos somos, por omisión, igualmente responsables, es por eso que considero conveniente que me aparte de la crítica destructiva y tal vez sería bueno que usted amable lector también lo hiciera, para que de uno en uno fuéramos tejiendo un escenario y un estatus más digno, decoroso y cierto, partiendo de la más elemental honestidad en todos y cada uno de mis escenarios en que me toca desempeñarme y de esa manera, además de tener la legitimidad para exigir el cumplimiento del deber de los demás estaré forjando una sociedad más justa, más libre, más cierta y con ello hacer un legado digno para quienes me sucedan en este mundo ya que en el momento actual nos evidencia un estado nada digno de presumir.

Es de reconocer que el actual estado de cosas no es producto de cinco o seis años atrás sino de varias décadas en las que los gobernantes de diferentes credos, ideologías, partidos políticos y de diversas profesiones que nos gobernaron en el municipio, el estado y la federación, consintieron y tal vez crearon un gobierno sobre el otro y que el no oficial, ha impuesto su poder sobre el supuestamente legítimo que con leyes, con instituciones y armas ha propiciado la anarquía en que vivimos y que es de todo mundo conocido quien tiene el dominio de la cuadra, del barrio, de la ciudad, del estado y hasta de la nación, gozando de toda impunidad y permitiendo el imperio de la corrupción en todos los niveles, es urgente a mi juicio que todos hagamos un examen de conciencia en particular los de cincuenta y más que estamos legando un escenario a los que se queden, por demás inseguro en lo jurídico, en lo material, en lo humano, que hace imposible la convivencia y el desarrollo de pobres y ricos, chicos y grandes y de mujeres y hombres, en el contexto que lo queramos ponderar, lo invito que seamos mejores mexicanos en toda la extensión de la palabra para crear el espacio de vida que permita a nuestros hijos y nietos disfrutar de una patria más digna y más decorosa.


locb15@hotmail.com

La semana pasada, la más amarga de mi vida, que tal vez usted amigo lector y lo más seguro es que no le interese mis tragedias, pero lo traigo a comentar porque el estado de cosas que guarda nuestra Patria, en todos sus ámbitos, es mi responsabilidad o mi satisfacción si fuera positivo el diario vivir de todos y cada uno de nosotros.

El Estado que guarda mi entorno es mi responsabilidad y no del gobierno o de desgobierno si así lo quiero ver, porque una y otra cosa se da porque yo lo permito o porque yo lo construyo, me parece que ya basta de sólo estarme doliendo de lo que sucede y hoy que el presidente electo ha planteado públicamente un gran número de medidas tendientes para abatir los excesos y las negligencias de quienes ejercen el poder y donde los ciudadanos que callamos somos, por omisión, igualmente responsables, es por eso que considero conveniente que me aparte de la crítica destructiva y tal vez sería bueno que usted amable lector también lo hiciera, para que de uno en uno fuéramos tejiendo un escenario y un estatus más digno, decoroso y cierto, partiendo de la más elemental honestidad en todos y cada uno de mis escenarios en que me toca desempeñarme y de esa manera, además de tener la legitimidad para exigir el cumplimiento del deber de los demás estaré forjando una sociedad más justa, más libre, más cierta y con ello hacer un legado digno para quienes me sucedan en este mundo ya que en el momento actual nos evidencia un estado nada digno de presumir.

Es de reconocer que el actual estado de cosas no es producto de cinco o seis años atrás sino de varias décadas en las que los gobernantes de diferentes credos, ideologías, partidos políticos y de diversas profesiones que nos gobernaron en el municipio, el estado y la federación, consintieron y tal vez crearon un gobierno sobre el otro y que el no oficial, ha impuesto su poder sobre el supuestamente legítimo que con leyes, con instituciones y armas ha propiciado la anarquía en que vivimos y que es de todo mundo conocido quien tiene el dominio de la cuadra, del barrio, de la ciudad, del estado y hasta de la nación, gozando de toda impunidad y permitiendo el imperio de la corrupción en todos los niveles, es urgente a mi juicio que todos hagamos un examen de conciencia en particular los de cincuenta y más que estamos legando un escenario a los que se queden, por demás inseguro en lo jurídico, en lo material, en lo humano, que hace imposible la convivencia y el desarrollo de pobres y ricos, chicos y grandes y de mujeres y hombres, en el contexto que lo queramos ponderar, lo invito que seamos mejores mexicanos en toda la extensión de la palabra para crear el espacio de vida que permita a nuestros hijos y nietos disfrutar de una patria más digna y más decorosa.


locb15@hotmail.com