/ miércoles 3 de agosto de 2022

Los Hechos | Los mil y un usos de la palabra Amor


En un caso por demás curioso del lenguaje, históricamente se ha dado a la palabra Amor, dos acepciones no solamente diferentes, sino que en ocasiones llegan a ser definitivamente opuestas. Porque no es lo mismo “dar amor” que “hacer el amor”, aunque en los dos casos el término esté autorizado por la norma internacional.

La palabra tiene dos acepciones principales, pero al mismo tiempo un sinfín de aplicaciones. Y el caso, con ser gramaticalmente serio, puede ser motivo de diversión.

Veamos por qué.

En el contexto básico, la palabra Amor es la más importante de la historia universal en lo que trata a la paz y la convivencia social, ya que define una fórmula de conducta considerada perfecta. Claro que por ser ideal, no siempre está al completo alcance de la comunidad, pero se hace lo que se puede. El hombre es imperfecto por naturaleza y su rededor también.

Los ejemplos son variados y los principales usos que se dan a la palabra son: el “Amor al Prójimo”, que es la base para una vida de armonía y felicidad; refiere una expresión de respeto y piedad, al mismo tiempo; “Por el Amor de Dios”, que se trata de una rogativa de ayuda, o una invocación para obtener un bien o un acuerdo básico; “Amor de Madre”, que tiene un valor verdaderamente alto en el cuidado de la familia; “Amor Filial”, que funciona a la inversa, aun cuando no con igual efectividad; “Amor Fraternal”, que tiene un parecido con la connotación principal.

Esto por un lado.

Pero por el otro, tenemos que el uso de “Amor” como término popular y en ocasiones ligado a la atracción sexual, es extremadamente variado y por demás interesante: “Amor de mis Amores”, que trata de un cariño superior a los demás; “Amor mío”, con que se llama al ser querido; “El Amor de mi Vida”, que es el que se había buscado y por fin llegó; “Amorcito Corazón”, otra manera de llamar al ser amado; “Amor Platónico”, que se sostiene imaginariamente sin que haya relación física; “Amor Perdido”, como forma de resignación; “Amor Prohibido”, muy censurado pero muy socorrido; “Amor de la Calle”, que sería para denominar de manera comprensiva a la que practica el comercio carnal; “Amor Fatal”, el que conduce a la muerte; “El Mil Amores”, que trata del individuo pródigo en repartir o robar cariño por todos lados, según se le quiera ver; “Amor sin Esperanza”, cuando se tiene todo perdido; “Ingrato Amor”, el que paga con desprecios; “Amor Chiquito”, otra forma de expresión cariñosa; “Bendito Amor”, el que se agradece con el alma por todo el bien que nos trae; “Amor de Lejos”, se dice como algo muy ilusorio; “Por amor al arte”, se dice de algo que se hace sin cobrarlo; “Amar hasta la muerte”, en que no importa perder la vida con tal de conservarlo; “Amor comprado”, una censura al que hace erogaciones o artificios para tener la cercanía de otra persona; “Amor Tormentoso”, aquel que está rodeado de inconveniencias y complicaciones; “Amor Ideal”, que es al contrario, una mezcla de cariño y paz celestial; “Amor de mi Vida”, el que siempre había querido y no cambiaría por nada.

Y así sucesivamente, nos perdemos y nos volvemos a encontrar en el uso liberal de esta bendita cuanto polémica palabra. Lo que es motivo para decir “Salud” con otro sorbo de café.


En un caso por demás curioso del lenguaje, históricamente se ha dado a la palabra Amor, dos acepciones no solamente diferentes, sino que en ocasiones llegan a ser definitivamente opuestas. Porque no es lo mismo “dar amor” que “hacer el amor”, aunque en los dos casos el término esté autorizado por la norma internacional.

La palabra tiene dos acepciones principales, pero al mismo tiempo un sinfín de aplicaciones. Y el caso, con ser gramaticalmente serio, puede ser motivo de diversión.

Veamos por qué.

En el contexto básico, la palabra Amor es la más importante de la historia universal en lo que trata a la paz y la convivencia social, ya que define una fórmula de conducta considerada perfecta. Claro que por ser ideal, no siempre está al completo alcance de la comunidad, pero se hace lo que se puede. El hombre es imperfecto por naturaleza y su rededor también.

Los ejemplos son variados y los principales usos que se dan a la palabra son: el “Amor al Prójimo”, que es la base para una vida de armonía y felicidad; refiere una expresión de respeto y piedad, al mismo tiempo; “Por el Amor de Dios”, que se trata de una rogativa de ayuda, o una invocación para obtener un bien o un acuerdo básico; “Amor de Madre”, que tiene un valor verdaderamente alto en el cuidado de la familia; “Amor Filial”, que funciona a la inversa, aun cuando no con igual efectividad; “Amor Fraternal”, que tiene un parecido con la connotación principal.

Esto por un lado.

Pero por el otro, tenemos que el uso de “Amor” como término popular y en ocasiones ligado a la atracción sexual, es extremadamente variado y por demás interesante: “Amor de mis Amores”, que trata de un cariño superior a los demás; “Amor mío”, con que se llama al ser querido; “El Amor de mi Vida”, que es el que se había buscado y por fin llegó; “Amorcito Corazón”, otra manera de llamar al ser amado; “Amor Platónico”, que se sostiene imaginariamente sin que haya relación física; “Amor Perdido”, como forma de resignación; “Amor Prohibido”, muy censurado pero muy socorrido; “Amor de la Calle”, que sería para denominar de manera comprensiva a la que practica el comercio carnal; “Amor Fatal”, el que conduce a la muerte; “El Mil Amores”, que trata del individuo pródigo en repartir o robar cariño por todos lados, según se le quiera ver; “Amor sin Esperanza”, cuando se tiene todo perdido; “Ingrato Amor”, el que paga con desprecios; “Amor Chiquito”, otra forma de expresión cariñosa; “Bendito Amor”, el que se agradece con el alma por todo el bien que nos trae; “Amor de Lejos”, se dice como algo muy ilusorio; “Por amor al arte”, se dice de algo que se hace sin cobrarlo; “Amar hasta la muerte”, en que no importa perder la vida con tal de conservarlo; “Amor comprado”, una censura al que hace erogaciones o artificios para tener la cercanía de otra persona; “Amor Tormentoso”, aquel que está rodeado de inconveniencias y complicaciones; “Amor Ideal”, que es al contrario, una mezcla de cariño y paz celestial; “Amor de mi Vida”, el que siempre había querido y no cambiaría por nada.

Y así sucesivamente, nos perdemos y nos volvemos a encontrar en el uso liberal de esta bendita cuanto polémica palabra. Lo que es motivo para decir “Salud” con otro sorbo de café.