/ domingo 6 de diciembre de 2020

Lo único cierto son, la impunidad y la criminalidad

Ante tal realidad social, me surge la inquietud de saber, por un lado, por qué razón, tanto el gobierno federal como el estatal, no enfrentan al crimen con la urgencia que se requiere y por otro lado, por qué la sociedad somos tan tolerantes ante la omisión de dicho deber.

La crítica al desempeño del gobierno estatal de nada sirve por mucho que se exprese, pues es lo que menos le importa y lo expreso así, teniendo como referente la tragedia social que vivimos día con día, aunado a todo el contexto de un estado como el nuestro, en el que diariamente se asesinan a hombres y mujeres. A lo largo y ancho de nuestro estado, se desaparecen a hombres y mujeres de todos los estratos sociales, de todas las edades, no menos importante referirime a las muertes tan violentas en las que se priva de la vida a esas tantas mujeres, sin importar la edad de cada una de ellas. No obstante lo anterior, el gobierno asegura que, gracias a las estrategias de seguridad, se ha reducido la criminalidad y expresarlo con esa claridad, cuando nuestra realidad social no es acorde a tal expresión, es lo mismo que, decírselo al ser más imbécil para sólo así mentirle con toda facilidad. Lo cierto es que, hasta la fecha, la sangre sigue corriendo por doquier.

Será acaso que, a la autoridad le falta talento, inteligencia, capacidad, honestidad, valor para tomar las decisiones, las acciones y las medidas indispensables para garantizar el estado de derecho, inclusive, a costa de la restricción de los derechos humanos, pero no salir con semejante babosada, respecto a que, en dos años no ha habido medidas violentas de la autoridad para someter al crimen, expresión que sólo se hace pública cuando deriva del grado de estupidez de la propia autoridad, pues se permite presumir tal actitud, sin importar lo que ha sucedido y lo que seguirá sucediendo, al grado tal que, como nos pasa aquí en Jalisco, un estado en el que, así como se asesina al ciudadano común, también se asesina a los servidores públicos de cualquier nivel del gobierno y cuando eso sucede, haciendo uso de discursos banales, algunos servidores público con voz y mando, se dan a la tarea de prometer a los deudos, situaciones y aspectos que no cumplirán y para corroborar lo anterior, habrá que ir a preguntarles a las viudas de ministerios públicos, de policías investigadores, de policías municipales y confirmar si, las banalidades expresadas por los gobernantes al momento de que, muere un elemento operativo, realmente se han cumplido al pie de la letra, pues puedo afirmar que, si acaso se hace algo por los sucesores de las víctimas, ese apoyo o beneficio se les da a cuenta gotas y a capricho de las autoridades, no obstante que, son ellas quienes no sólo tienen la facultad, sino la obligación de hacerlo de manera oportuna.

Gobernador ¡ya basta!, basta de que sea tan versátil al expresarse, respecto a diversas temáticas, algunas de ellas de las que muy poco conoce, menos aún al tratarse de derecho, no obstante que, lleva en las venas sangre de un abogado, a quien he podido conocer y a quien le ha tocado enfrentar situaciones críticas.

Es hora de que se deje de confrontaciones estériles e inútiles con los diferentes poderes, pues es urgente, le haga frente al poder fáctico que mata, que roba, que desaparece, que descuartiza. Importante es que, todo ese tiempo malgastado en su proyecto político, lo dedique mejor a frenar la violencia que reviste a nuestro estado. Haga uso de todo su talento, toda su inteligencia y todos los recursos materiales y humanos de los que dispone para enfrentar al crimen, ese crimen al que, durante la administración pasada le permitieron crecer.

Es hora de quitarse de justificaciones y cumplir con la que es su responsabilidad, la de brindarnos seguridad pública y garantizar la paz social, totalmente ausente al día de hoy. Temas como el covid y diversas problemáticas de salud, déjeselos a los especialistas y usted, en su calidad de autoridad, capacite, habilite, arme y fortalezca al personal de las instituciones encargadas de la procuración y la administración de justicia y no simplemente se dedique a manipularlas a su antojo como hasta ahora lo ha venido haciendo.

Estoy seguro de que toda la sociedad está clamando su eficiencia y resultados, derivados éstos, a través de los hechos, no esos resultados de los que, usted habla en sus discursos políticos o en las estadísticas a modo en las que suelen basarse sus discursos y para cuando la ciudadanía percibamos esos resultados, también seremos solidarios con las medidas por las que deba de optar, por severas que éstas sean y así, sumarnos a ese esfuerzo, el cual hasta el día de hoy no se ha visto, porque si ello fuera cierto, la sociedad se lo reconoceríamos y sólo entonces usted habrá cumplido con su promesa del deber cumplido.

* Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Pública de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara.

Ante tal realidad social, me surge la inquietud de saber, por un lado, por qué razón, tanto el gobierno federal como el estatal, no enfrentan al crimen con la urgencia que se requiere y por otro lado, por qué la sociedad somos tan tolerantes ante la omisión de dicho deber.

La crítica al desempeño del gobierno estatal de nada sirve por mucho que se exprese, pues es lo que menos le importa y lo expreso así, teniendo como referente la tragedia social que vivimos día con día, aunado a todo el contexto de un estado como el nuestro, en el que diariamente se asesinan a hombres y mujeres. A lo largo y ancho de nuestro estado, se desaparecen a hombres y mujeres de todos los estratos sociales, de todas las edades, no menos importante referirime a las muertes tan violentas en las que se priva de la vida a esas tantas mujeres, sin importar la edad de cada una de ellas. No obstante lo anterior, el gobierno asegura que, gracias a las estrategias de seguridad, se ha reducido la criminalidad y expresarlo con esa claridad, cuando nuestra realidad social no es acorde a tal expresión, es lo mismo que, decírselo al ser más imbécil para sólo así mentirle con toda facilidad. Lo cierto es que, hasta la fecha, la sangre sigue corriendo por doquier.

Será acaso que, a la autoridad le falta talento, inteligencia, capacidad, honestidad, valor para tomar las decisiones, las acciones y las medidas indispensables para garantizar el estado de derecho, inclusive, a costa de la restricción de los derechos humanos, pero no salir con semejante babosada, respecto a que, en dos años no ha habido medidas violentas de la autoridad para someter al crimen, expresión que sólo se hace pública cuando deriva del grado de estupidez de la propia autoridad, pues se permite presumir tal actitud, sin importar lo que ha sucedido y lo que seguirá sucediendo, al grado tal que, como nos pasa aquí en Jalisco, un estado en el que, así como se asesina al ciudadano común, también se asesina a los servidores públicos de cualquier nivel del gobierno y cuando eso sucede, haciendo uso de discursos banales, algunos servidores público con voz y mando, se dan a la tarea de prometer a los deudos, situaciones y aspectos que no cumplirán y para corroborar lo anterior, habrá que ir a preguntarles a las viudas de ministerios públicos, de policías investigadores, de policías municipales y confirmar si, las banalidades expresadas por los gobernantes al momento de que, muere un elemento operativo, realmente se han cumplido al pie de la letra, pues puedo afirmar que, si acaso se hace algo por los sucesores de las víctimas, ese apoyo o beneficio se les da a cuenta gotas y a capricho de las autoridades, no obstante que, son ellas quienes no sólo tienen la facultad, sino la obligación de hacerlo de manera oportuna.

Gobernador ¡ya basta!, basta de que sea tan versátil al expresarse, respecto a diversas temáticas, algunas de ellas de las que muy poco conoce, menos aún al tratarse de derecho, no obstante que, lleva en las venas sangre de un abogado, a quien he podido conocer y a quien le ha tocado enfrentar situaciones críticas.

Es hora de que se deje de confrontaciones estériles e inútiles con los diferentes poderes, pues es urgente, le haga frente al poder fáctico que mata, que roba, que desaparece, que descuartiza. Importante es que, todo ese tiempo malgastado en su proyecto político, lo dedique mejor a frenar la violencia que reviste a nuestro estado. Haga uso de todo su talento, toda su inteligencia y todos los recursos materiales y humanos de los que dispone para enfrentar al crimen, ese crimen al que, durante la administración pasada le permitieron crecer.

Es hora de quitarse de justificaciones y cumplir con la que es su responsabilidad, la de brindarnos seguridad pública y garantizar la paz social, totalmente ausente al día de hoy. Temas como el covid y diversas problemáticas de salud, déjeselos a los especialistas y usted, en su calidad de autoridad, capacite, habilite, arme y fortalezca al personal de las instituciones encargadas de la procuración y la administración de justicia y no simplemente se dedique a manipularlas a su antojo como hasta ahora lo ha venido haciendo.

Estoy seguro de que toda la sociedad está clamando su eficiencia y resultados, derivados éstos, a través de los hechos, no esos resultados de los que, usted habla en sus discursos políticos o en las estadísticas a modo en las que suelen basarse sus discursos y para cuando la ciudadanía percibamos esos resultados, también seremos solidarios con las medidas por las que deba de optar, por severas que éstas sean y así, sumarnos a ese esfuerzo, el cual hasta el día de hoy no se ha visto, porque si ello fuera cierto, la sociedad se lo reconoceríamos y sólo entonces usted habrá cumplido con su promesa del deber cumplido.

* Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Pública de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara.