/ lunes 27 de agosto de 2018

Infame acoso

Luis Cotero Bernal


Es una realidad innegable que existe el acoso de acuerdo a las nuevas teorías psicológicas y psiquiátricas que se han vertido, particularmente en la convivencia o las relaciones de cualquier naturaleza entre hombres y mujeres.

Con la más noble intención me permito hacer algunas ponderaciones a este tema del acoso que social, profesional y laboralmente pareciera que son una constante donde especialmente las damas son las victimas de esa conducta por algunos compañeros de escuela, de trabajo, de instituciones públicas en las que supuestamente el éxito laboral de las mujeres se concede solamente a cambio de alguna relación más allá de lo natural o profesional, entre un hombre y una mujer, no tan solo para acceder a un espacio mejor del que se tiene, sino que también para que se mantenga en el que se tiene regularmente y que a últimas fechas ha sido una preocupación relevante del Gobierno en turno ya que se ha llevado la información suficiente del tema a las distintas dependencias de Gobierno para orientar en el tema, tanto a los hombres como a las mujeres, unos para que no la permitan y otros para que no incurran en esa conducta.

Es de reconocerse y agradecerse la labor que hace la autoridad estatal en sus distintas instituciones para dar la orientación a que me he referido en el párrafo anterior, pero considero que bastaría con orientar a toda aquella persona que fuera acosada para impedirlo y hasta denunciarlo en su momento y que en ese supuesto se cumpla cabalmente con el principio de la presunción de inocencia escuchando a la parte denunciada antes de dar a la luz pública cualquier nota al respecto, ya que al hacer un juicio a priori y donde pudiera ser falsa la imputación se hará un daño de graves consecuencias, tanto familiares como sociales y laborales para aquel denunciado sin razón y que resulte absuelto de una imputación falsa y que desafortunadamente hasta nuestros días no se han ejercido consecuencias o derechos contra quien dolosamente causo un daño de esta naturaleza.

Me parece que el manejo de este tema debe ser con toda responsabilidad y puntualidad, que no traiga consecuencias al sector femenino que pareciera es la única víctima, socialmente hablando, toda vez que el exceso puede generarles, sobre todo, consecuencias laborales que las hará victimas a su vez del desempleo, es por ello que me pareció necesario tratar el tema en esta ocasión para que se guarden las proporciones debidamente y no se dañe en ningún sentido a las personas en el espacio en que se desempeñan cotidianamente, ya que si bien es cierto que en el derecho el hombre y la mujer tienen el mismo estatus, pero en la realidad se tienen que cuidar el derecho de unos y otros.


locb15@hotmail.com


Luis Cotero Bernal


Es una realidad innegable que existe el acoso de acuerdo a las nuevas teorías psicológicas y psiquiátricas que se han vertido, particularmente en la convivencia o las relaciones de cualquier naturaleza entre hombres y mujeres.

Con la más noble intención me permito hacer algunas ponderaciones a este tema del acoso que social, profesional y laboralmente pareciera que son una constante donde especialmente las damas son las victimas de esa conducta por algunos compañeros de escuela, de trabajo, de instituciones públicas en las que supuestamente el éxito laboral de las mujeres se concede solamente a cambio de alguna relación más allá de lo natural o profesional, entre un hombre y una mujer, no tan solo para acceder a un espacio mejor del que se tiene, sino que también para que se mantenga en el que se tiene regularmente y que a últimas fechas ha sido una preocupación relevante del Gobierno en turno ya que se ha llevado la información suficiente del tema a las distintas dependencias de Gobierno para orientar en el tema, tanto a los hombres como a las mujeres, unos para que no la permitan y otros para que no incurran en esa conducta.

Es de reconocerse y agradecerse la labor que hace la autoridad estatal en sus distintas instituciones para dar la orientación a que me he referido en el párrafo anterior, pero considero que bastaría con orientar a toda aquella persona que fuera acosada para impedirlo y hasta denunciarlo en su momento y que en ese supuesto se cumpla cabalmente con el principio de la presunción de inocencia escuchando a la parte denunciada antes de dar a la luz pública cualquier nota al respecto, ya que al hacer un juicio a priori y donde pudiera ser falsa la imputación se hará un daño de graves consecuencias, tanto familiares como sociales y laborales para aquel denunciado sin razón y que resulte absuelto de una imputación falsa y que desafortunadamente hasta nuestros días no se han ejercido consecuencias o derechos contra quien dolosamente causo un daño de esta naturaleza.

Me parece que el manejo de este tema debe ser con toda responsabilidad y puntualidad, que no traiga consecuencias al sector femenino que pareciera es la única víctima, socialmente hablando, toda vez que el exceso puede generarles, sobre todo, consecuencias laborales que las hará victimas a su vez del desempleo, es por ello que me pareció necesario tratar el tema en esta ocasión para que se guarden las proporciones debidamente y no se dañe en ningún sentido a las personas en el espacio en que se desempeñan cotidianamente, ya que si bien es cierto que en el derecho el hombre y la mujer tienen el mismo estatus, pero en la realidad se tienen que cuidar el derecho de unos y otros.


locb15@hotmail.com