/ miércoles 19 de mayo de 2021

Elecciones: ¿Mandará el equilibrio?

Con base en los antecedentes y el imaginable futuro, el factor que podría tener más peso durante las votaciones de junio próximo, sería la necesidad de mantener el equilibrio político en el país, para que así se conserve en un nivel siquiera aceptable, el equilibrio económico.

¿Qué quiere decir esto?

Que de acuerdo con los expertos, en los comicios no podrá haber un ganador absoluto, sino un reparto más o menos equitativo de las posiciones que están en juego. Esto desde luego como resultado del ánimo de los electores, que también se concentran principalmente en dos bandos.

¿Cuáles son esos dos grandes contingentes? Bueno, pues eso quién no lo sabe. Ha sido tan amplia la propaganda electoral tanto en uno como en otro sentido, que hasta los más tranquilos están enterados de que el partido Morena y sus simpatizantes forman un equipo a favor de la Cuarta Transformación, encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Y que por la parte contraria, están para empezar el partido Movimiento Ciudadano, el grupo de gobernadores denominado Alianza Federalista, en la cual destaca como se sabe nuestro gobernador Enrique Alfaro Anguiano, junto con individualidades (que no lo son tanto) del sector negocios, así como algunos partidos hoy minoritarios, que por cierto y dadas las circunstancias, en un momento podrían inclinar la balanza.

Esto desde luego no es una novedad, ya que el “estira y afloja” se ha venido observando desde hace bastante tiempo y se ha acentuado en la actual etapa pre-electoral.

Y si esto es así, ¿cómo podría no reflejarse tal situación en las urnas, durante el proceso que tendrá lugar dentro de prácticamente 3 semanas?

Debemos aclarar que desde luego, este horizonte que se comenta, seguramente no es compartido por los dos contendientes principales, que obviamente apuestan todo a su bando y se manifiestan como seguros ganadores de las elecciones. Y desde luego que así tiene que ser, porque es precisamente la determinación en un propósito, lo que da la fuerza para salir adelante.

Imagínense que un partido se diera por vencido desde antes de iniciar la lucha. No sería partido y no tendría fuerza. Ni simpatía ni “pegue” para avanzar en sus postulados.

Los participantes están encendidos y así habrá de permanecer inclusive hasta el mismo día de los comicios. Los que, no obstante, se espera que sean pacíficos, para que al mismo tiempo que decisión, los contendientes demuestren su alto grado de civismo. La época de las cavernas ya quedó atrás y los trogloditas no tienen cabida en el mundo actual. La violencia debe quedar descartada.

Se luchará con la fuerza de la razón, el ejemplo y el trabajo. De eso debemos estar seguros.

Y también debemos confiar en que la decisión de los electores será salomónica. Van a ver que así va a ser.

* Periodista

Con base en los antecedentes y el imaginable futuro, el factor que podría tener más peso durante las votaciones de junio próximo, sería la necesidad de mantener el equilibrio político en el país, para que así se conserve en un nivel siquiera aceptable, el equilibrio económico.

¿Qué quiere decir esto?

Que de acuerdo con los expertos, en los comicios no podrá haber un ganador absoluto, sino un reparto más o menos equitativo de las posiciones que están en juego. Esto desde luego como resultado del ánimo de los electores, que también se concentran principalmente en dos bandos.

¿Cuáles son esos dos grandes contingentes? Bueno, pues eso quién no lo sabe. Ha sido tan amplia la propaganda electoral tanto en uno como en otro sentido, que hasta los más tranquilos están enterados de que el partido Morena y sus simpatizantes forman un equipo a favor de la Cuarta Transformación, encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Y que por la parte contraria, están para empezar el partido Movimiento Ciudadano, el grupo de gobernadores denominado Alianza Federalista, en la cual destaca como se sabe nuestro gobernador Enrique Alfaro Anguiano, junto con individualidades (que no lo son tanto) del sector negocios, así como algunos partidos hoy minoritarios, que por cierto y dadas las circunstancias, en un momento podrían inclinar la balanza.

Esto desde luego no es una novedad, ya que el “estira y afloja” se ha venido observando desde hace bastante tiempo y se ha acentuado en la actual etapa pre-electoral.

Y si esto es así, ¿cómo podría no reflejarse tal situación en las urnas, durante el proceso que tendrá lugar dentro de prácticamente 3 semanas?

Debemos aclarar que desde luego, este horizonte que se comenta, seguramente no es compartido por los dos contendientes principales, que obviamente apuestan todo a su bando y se manifiestan como seguros ganadores de las elecciones. Y desde luego que así tiene que ser, porque es precisamente la determinación en un propósito, lo que da la fuerza para salir adelante.

Imagínense que un partido se diera por vencido desde antes de iniciar la lucha. No sería partido y no tendría fuerza. Ni simpatía ni “pegue” para avanzar en sus postulados.

Los participantes están encendidos y así habrá de permanecer inclusive hasta el mismo día de los comicios. Los que, no obstante, se espera que sean pacíficos, para que al mismo tiempo que decisión, los contendientes demuestren su alto grado de civismo. La época de las cavernas ya quedó atrás y los trogloditas no tienen cabida en el mundo actual. La violencia debe quedar descartada.

Se luchará con la fuerza de la razón, el ejemplo y el trabajo. De eso debemos estar seguros.

Y también debemos confiar en que la decisión de los electores será salomónica. Van a ver que así va a ser.

* Periodista