/ lunes 24 de febrero de 2020

El manoseo de AMLO

El teólogo y pensador uruguayo, Luis Pérez Aguirre, cita en su obra “Desnudo de seguridades”, que: “… Cada vez que un político, un clérigo o un educador juega con el dolor de los demás y ofrece lo que sabe que no es solución, está manoseando lo más sagrado que tiene la sociedad: la esperanza de que un día podríamos llegar a ser más humanos…”


Me parece que es aplicable de una manera muy clara a la intención bastarda del Presidente, al decir que esta la derecha de la manifestación convocada para el día lunes 09 nueve de marzo, con el ánimo indiscutible de distorsionar la por demás noble intención de repudiar la infame realidad que vive este país, tan cruenta y sangrante, por todos los rumbos de la patria, a la que ya de por sí herida y más severamente durante su primer año de gobierno, herida a la que le agrega sal, cuando dice combatir la delincuencia con abrazos y no balazos.

Y quienes tenemos la desgracia de estar sufriendo tal situación, nos arde y nos enardece escuchar semejantes estulticias que agravan el dolor, al escucharle decir que los delincuentes también son seres humanos que tienen derechos, lejos de hacer un planteamiento objetivo, realista, honesto, congruente, cierto, digno de un gobernante, que verdaderamente siente y vive la tragedia de sus gobernados y tiene la obligada intención o idea de cambiar el estado de cosas y que a sabiendas que con sus expresiones nada ofrece para mitigar el dolor y resolver el problema tan acentuado en su mandato, pero no por eso debe de desistirse de la marcha convocada y no tan solo para las mujeres sino para todo el ser humano bien nacido, que se abra de sumar y solidarizar con el propósito de esa manifestación.

Tal vez el miedo a que el pueblo empiece a solidarizarse en busca de un gobierno eficiente, honesto, cierto, responsable, inteligente, que tenga el talento, la capacidad y el valor suficiente para atreverse a hacer lo necesario, sin miedo al juicio de la historia, que de ningún modo será negativo, cumpliendo con el deber de cumplir y hacer cumplir la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de esta emanan, sin ninguna manipulación aviesa, a preservar el poder, lejos del manejo arbitrario y ocurrente, fuera del contexto eminentemente jurídico, que reestablezca la paz social y reoriente el destino de la patria.

¡Vamos mexicanos! la patria nos demanda una conciencia cívica congruente, sin escatimar esfuerzos que nuestra realidad nos obliga a despojarnos del confort de la cobardía, la negligencia, la indiferencia y la deslealtad con nuestras familias y semejantes, que vivimos y estamos expuestos a vivir las peores tragedias que día con día acontecen por todas partes a todas horas y en todas formas, en el silencio sepulcral y poco decoroso que hasta hoy hemos guardado.


* Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Publica de la División de Estudios Jurídicos de la UdeG.

locb15@hotmail.com

El teólogo y pensador uruguayo, Luis Pérez Aguirre, cita en su obra “Desnudo de seguridades”, que: “… Cada vez que un político, un clérigo o un educador juega con el dolor de los demás y ofrece lo que sabe que no es solución, está manoseando lo más sagrado que tiene la sociedad: la esperanza de que un día podríamos llegar a ser más humanos…”


Me parece que es aplicable de una manera muy clara a la intención bastarda del Presidente, al decir que esta la derecha de la manifestación convocada para el día lunes 09 nueve de marzo, con el ánimo indiscutible de distorsionar la por demás noble intención de repudiar la infame realidad que vive este país, tan cruenta y sangrante, por todos los rumbos de la patria, a la que ya de por sí herida y más severamente durante su primer año de gobierno, herida a la que le agrega sal, cuando dice combatir la delincuencia con abrazos y no balazos.

Y quienes tenemos la desgracia de estar sufriendo tal situación, nos arde y nos enardece escuchar semejantes estulticias que agravan el dolor, al escucharle decir que los delincuentes también son seres humanos que tienen derechos, lejos de hacer un planteamiento objetivo, realista, honesto, congruente, cierto, digno de un gobernante, que verdaderamente siente y vive la tragedia de sus gobernados y tiene la obligada intención o idea de cambiar el estado de cosas y que a sabiendas que con sus expresiones nada ofrece para mitigar el dolor y resolver el problema tan acentuado en su mandato, pero no por eso debe de desistirse de la marcha convocada y no tan solo para las mujeres sino para todo el ser humano bien nacido, que se abra de sumar y solidarizar con el propósito de esa manifestación.

Tal vez el miedo a que el pueblo empiece a solidarizarse en busca de un gobierno eficiente, honesto, cierto, responsable, inteligente, que tenga el talento, la capacidad y el valor suficiente para atreverse a hacer lo necesario, sin miedo al juicio de la historia, que de ningún modo será negativo, cumpliendo con el deber de cumplir y hacer cumplir la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de esta emanan, sin ninguna manipulación aviesa, a preservar el poder, lejos del manejo arbitrario y ocurrente, fuera del contexto eminentemente jurídico, que reestablezca la paz social y reoriente el destino de la patria.

¡Vamos mexicanos! la patria nos demanda una conciencia cívica congruente, sin escatimar esfuerzos que nuestra realidad nos obliga a despojarnos del confort de la cobardía, la negligencia, la indiferencia y la deslealtad con nuestras familias y semejantes, que vivimos y estamos expuestos a vivir las peores tragedias que día con día acontecen por todas partes a todas horas y en todas formas, en el silencio sepulcral y poco decoroso que hasta hoy hemos guardado.


* Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Publica de la División de Estudios Jurídicos de la UdeG.

locb15@hotmail.com