/ domingo 2 de enero de 2022

El final de los gobiernos fariseos

Como todos sabemos el fariseo es el hipócrita, el mentiroso, el traidor, el falso, el cruel, el cínico, el pillo y desde luego sin escrúpulo alguno, los mexicanos y en particular los jaliscienses, transitamos durante los tres últimos años una de las peores épocas en todos los sentidos, porque desde la naturaleza agravio a varios sectores de la humanidad y lo más seguro que lo hizo en busca de restablecer su condición para regresarnos un estatus natural que deviene por sí solo.

Quienes gobiernan nos ofrecieron -desde sus campañas- la seguridad publica total y en todos los aspectos y hasta el día de hoy se sufre un crimen que toleran, respetan y protegen absolutamente; prometieron un estado de derecho cierto que haría realidad la justicia y su procuración, que hoy peor que nunca en la historia, se manipula a capricho y conveniencia de esa élite de fariseos, que hace tres años accedieron al poder y que hoy con el más absoluto y total descaro y falta de respeto a la supuesta palabra que decían promulgar, la que hoy resulto un farsa tangible y visible por el mundo entero, fortaleciendo con tales actos lo que prometieron combatir, como lo es la corrupción, la inseguridad, la delincuencia, el nepotismo, de lo que nada se ha cumplido, ni sus actos reflejan la más mínima intención de hacerlo.

Se prometió la atención de la salud pública de forma inmediata, sin escatimar recursos materiales ni humanos; la realidad es lo contrario, pues indecible la cantidad de niños, jóvenes y adultos qué por la irresponsable y traicionera actitud del gobierno federal, en especial, sosteniendo con un nombramiento de segundo nivel a un traidor a la patria, pero vil vasallo del presidente de la república, que hizo que le callera como anillo al dedo la pandemia del COVID19. Que Jalisco no tiene nada que presumir, qué por el jerarca de aquí, se sostienen magistrados, jueces, fiscales y consejeros de la judicatura, que sólo sirven a nuestro emperador local, que manipula a diestra y siniestra al legislativo y al judicial, siendo la mentira más evidente que cualquier mortal percibe y que, el sentir de la sociedad poco o nada les interesa, lo único de su interés son las obras faraónicas de miles de millones de pesos.

Estoy convencido de que, es por demás, el señalar a la autoridad, mi inconformidad, respecto a su desempeño, pero déjeme expresar mi estimado lector, el refrán que dice: “a chillidos de puerco, oídos de carnicero”, pues a tres años de la administración federal y estatal, nos queda claro que el pseudo comunismo federal, no es otra cosa que la locura de un amargado rencoroso que, a destiempo accedió al poder y que esos muchos que según las encuestas, están de acuerdo con su administración, habrá que pedirles que recuperen la conciencia y vean la realidad en que nos encontramos, nada decoroso en ningún sentido y peor aún sin rumbo cierto, solamente con un ejército denostado, degradado, agraviado, ausente de patriotismo y sometido al primer comandante que no es la patria, aunque sea su representante, pues constitucionalmente es el encargado de la soberanía nacional y no de los mandados que se le antoje, por muy su comandante que sea, pues no es sin disciplina el someter al crimen organizado que ha rebasado al gobierno de la nación y de los estados con su consentimiento.

Señor secretario de la defensa nacional, la constitución le impone el deber de guardar y hacer guardar el respeto a su institución y garantizar la soberanía nacional que es su única responsabilidad constitucional.

Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Pública de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara.

Como todos sabemos el fariseo es el hipócrita, el mentiroso, el traidor, el falso, el cruel, el cínico, el pillo y desde luego sin escrúpulo alguno, los mexicanos y en particular los jaliscienses, transitamos durante los tres últimos años una de las peores épocas en todos los sentidos, porque desde la naturaleza agravio a varios sectores de la humanidad y lo más seguro que lo hizo en busca de restablecer su condición para regresarnos un estatus natural que deviene por sí solo.

Quienes gobiernan nos ofrecieron -desde sus campañas- la seguridad publica total y en todos los aspectos y hasta el día de hoy se sufre un crimen que toleran, respetan y protegen absolutamente; prometieron un estado de derecho cierto que haría realidad la justicia y su procuración, que hoy peor que nunca en la historia, se manipula a capricho y conveniencia de esa élite de fariseos, que hace tres años accedieron al poder y que hoy con el más absoluto y total descaro y falta de respeto a la supuesta palabra que decían promulgar, la que hoy resulto un farsa tangible y visible por el mundo entero, fortaleciendo con tales actos lo que prometieron combatir, como lo es la corrupción, la inseguridad, la delincuencia, el nepotismo, de lo que nada se ha cumplido, ni sus actos reflejan la más mínima intención de hacerlo.

Se prometió la atención de la salud pública de forma inmediata, sin escatimar recursos materiales ni humanos; la realidad es lo contrario, pues indecible la cantidad de niños, jóvenes y adultos qué por la irresponsable y traicionera actitud del gobierno federal, en especial, sosteniendo con un nombramiento de segundo nivel a un traidor a la patria, pero vil vasallo del presidente de la república, que hizo que le callera como anillo al dedo la pandemia del COVID19. Que Jalisco no tiene nada que presumir, qué por el jerarca de aquí, se sostienen magistrados, jueces, fiscales y consejeros de la judicatura, que sólo sirven a nuestro emperador local, que manipula a diestra y siniestra al legislativo y al judicial, siendo la mentira más evidente que cualquier mortal percibe y que, el sentir de la sociedad poco o nada les interesa, lo único de su interés son las obras faraónicas de miles de millones de pesos.

Estoy convencido de que, es por demás, el señalar a la autoridad, mi inconformidad, respecto a su desempeño, pero déjeme expresar mi estimado lector, el refrán que dice: “a chillidos de puerco, oídos de carnicero”, pues a tres años de la administración federal y estatal, nos queda claro que el pseudo comunismo federal, no es otra cosa que la locura de un amargado rencoroso que, a destiempo accedió al poder y que esos muchos que según las encuestas, están de acuerdo con su administración, habrá que pedirles que recuperen la conciencia y vean la realidad en que nos encontramos, nada decoroso en ningún sentido y peor aún sin rumbo cierto, solamente con un ejército denostado, degradado, agraviado, ausente de patriotismo y sometido al primer comandante que no es la patria, aunque sea su representante, pues constitucionalmente es el encargado de la soberanía nacional y no de los mandados que se le antoje, por muy su comandante que sea, pues no es sin disciplina el someter al crimen organizado que ha rebasado al gobierno de la nación y de los estados con su consentimiento.

Señor secretario de la defensa nacional, la constitución le impone el deber de guardar y hacer guardar el respeto a su institución y garantizar la soberanía nacional que es su única responsabilidad constitucional.

Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Pública de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara.