/ sábado 6 de octubre de 2018

Tema de estudio / Romería tradicional

El mes de octubre es simbólico en Guadalajara por la tradicional Romería de la Virgen de Zapopan, efectuada el día 12 de este mes, conocida igualmente como la llevada de la virgen, o bien, el regreso de la imagen de la Catedral de Guadalajara a su Basílica de Zapopan, donde tiene su residencia desde que el fraile fray Antonio de Segovia la donó al pueblo de Zapopan.

Este fraile, se dice que llegó de España allá por 1525, a la edad de 40 años y a su paso por Michoacán (1530-1531) mandó elaborar la imagen de la Purísima Concepción que posteriormente se llamaría Nuestra Señora de Zapopan, imagen que lo acompañó durante su recorrido pastoral por las diferentes poblaciones y rincones del reino de la Nueva Galicia, ahora estado de Jalisco.

Este fraile trabajó mucho para pacificar la rebelión de los indios allá por 1541 cuando la famosa guerra de El Mixtón, pues se convirtió en un puente entre los líderes de la rebelión y los españoles, siendo reconocido como el “Apóstol de la Nueva Galicia” a quien el padre fray Antonio Tello, lo identifica pos sus constantes ayunos y penitencias.

Agrega que caminaba a pie y a todos los lugares que visitaba, solía pedir por amor a Dios su sustento, pues nunca llevaba consigo bastimento. En su vejez perdió la vista, pero eso no fue obstáculo para seguir trabajando sobre todo en la confesión. Falleció en la capital de Nueva Galicia en el año de 1570 a los 84 años después de haber desparramado su vida en estas tierras por espacio de 44 años.

Sus restos fueron sepultados en el templo de San Francisco, de Guadalajara, templo que sufrió importantes daños con motivo de la construcción de la línea tres del Tren Ligero y que esperemos pueda ser reparado por su importante arquitectura y significado para los habitantes de esta ciudad, que junto con el templo de Aranzazú forman un binomio emblemático.

Esta imagen de pequeña estatura, pero de grandes méritos por sus constantes hazañas y milagros que se le atribuyen, durante varios meses cada año recorre diferentes templos de la ciudad de Guadalajara y la Zona Metropolitana, en los que siempre es recibida con gran devoción por los sacerdotes y las personas de todos los niveles que habitan en las comunidades eclesiales.

A su paso por las calles que recorre y que son adornadas por los vecinos con arcos y flores con mensajes reflexivos y una alfombra generalmente elaborada con fresca alfalfa, es acompañada por numerosos fieles con gran fervor y veneración, de manera notable por las personas enfermas y de tercera edad que salen a la calle a saludarla a su paso.

En su peregrinar ha recibido un sinnúmero de reconocimientos, siendo algunos de ellos cuando en 1695, salvó a los pobladores de la zona después de una serie de epidemias e inundaciones; en 1734, se convirtió en la patrona contra los rayos, tempestades y epidemias, lo que originó que fuera sacada de su residencia para llevarla a diferentes comunidades y pedirle su intercesión para prevenir estas catástrofes.

Además de otros títulos recibidos es conducida como “La Generala” a través de aproximadamente ocho kilómetros acompañada de un numeroso contingente de personas, danzas, charros, pajareros, bandas y asociaciones eclesiales que acuden voluntariamente y rezan y cantan durante el traslado de la patrona de la Arquidiócesis de Guadalajara, ahora convertida en una gran manifestación de fe.

jjesusvah@hotmail.com


El mes de octubre es simbólico en Guadalajara por la tradicional Romería de la Virgen de Zapopan, efectuada el día 12 de este mes, conocida igualmente como la llevada de la virgen, o bien, el regreso de la imagen de la Catedral de Guadalajara a su Basílica de Zapopan, donde tiene su residencia desde que el fraile fray Antonio de Segovia la donó al pueblo de Zapopan.

Este fraile, se dice que llegó de España allá por 1525, a la edad de 40 años y a su paso por Michoacán (1530-1531) mandó elaborar la imagen de la Purísima Concepción que posteriormente se llamaría Nuestra Señora de Zapopan, imagen que lo acompañó durante su recorrido pastoral por las diferentes poblaciones y rincones del reino de la Nueva Galicia, ahora estado de Jalisco.

Este fraile trabajó mucho para pacificar la rebelión de los indios allá por 1541 cuando la famosa guerra de El Mixtón, pues se convirtió en un puente entre los líderes de la rebelión y los españoles, siendo reconocido como el “Apóstol de la Nueva Galicia” a quien el padre fray Antonio Tello, lo identifica pos sus constantes ayunos y penitencias.

Agrega que caminaba a pie y a todos los lugares que visitaba, solía pedir por amor a Dios su sustento, pues nunca llevaba consigo bastimento. En su vejez perdió la vista, pero eso no fue obstáculo para seguir trabajando sobre todo en la confesión. Falleció en la capital de Nueva Galicia en el año de 1570 a los 84 años después de haber desparramado su vida en estas tierras por espacio de 44 años.

Sus restos fueron sepultados en el templo de San Francisco, de Guadalajara, templo que sufrió importantes daños con motivo de la construcción de la línea tres del Tren Ligero y que esperemos pueda ser reparado por su importante arquitectura y significado para los habitantes de esta ciudad, que junto con el templo de Aranzazú forman un binomio emblemático.

Esta imagen de pequeña estatura, pero de grandes méritos por sus constantes hazañas y milagros que se le atribuyen, durante varios meses cada año recorre diferentes templos de la ciudad de Guadalajara y la Zona Metropolitana, en los que siempre es recibida con gran devoción por los sacerdotes y las personas de todos los niveles que habitan en las comunidades eclesiales.

A su paso por las calles que recorre y que son adornadas por los vecinos con arcos y flores con mensajes reflexivos y una alfombra generalmente elaborada con fresca alfalfa, es acompañada por numerosos fieles con gran fervor y veneración, de manera notable por las personas enfermas y de tercera edad que salen a la calle a saludarla a su paso.

En su peregrinar ha recibido un sinnúmero de reconocimientos, siendo algunos de ellos cuando en 1695, salvó a los pobladores de la zona después de una serie de epidemias e inundaciones; en 1734, se convirtió en la patrona contra los rayos, tempestades y epidemias, lo que originó que fuera sacada de su residencia para llevarla a diferentes comunidades y pedirle su intercesión para prevenir estas catástrofes.

Además de otros títulos recibidos es conducida como “La Generala” a través de aproximadamente ocho kilómetros acompañada de un numeroso contingente de personas, danzas, charros, pajareros, bandas y asociaciones eclesiales que acuden voluntariamente y rezan y cantan durante el traslado de la patrona de la Arquidiócesis de Guadalajara, ahora convertida en una gran manifestación de fe.

jjesusvah@hotmail.com


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