Ante la incertidumbre de la solución de esta enfermedad conocida como coronavirus o Covid-19, los seres humanos experimentamos el miedo a la muerte o a enfermarnos por esta pandemia que se ha apoderado de nuestro entorno social, trabajo, escuela, deporte, familia y religión. Los semáforos de la vida creados por las instituciones de salud a nivel federal y local prenden sus luces conforme al aumento de la enfermedad y la ocupación hospitalaria, donde hoy estamos en rojo, mañana en naranja y quizás el verde no sea una realidad por algunos días, semanas, meses o años.
Las dosis de las compras de las vacunas en México, comenzaron con tres mil y así paulatinamente van en aumento, sin conocer hasta el momento el compromiso de compra del gobierno de la República, para la adquisición de los ciento treinta millones de vacunas que se necesitan para que la población recupere su confianza a la vida.
Con la aplicación de esta vacuna que primero, se inició con los trabajadores de la salud, donde no existe hasta el momento una planeación objetiva para la distribución de esta vacuna por el gobierno federal hacia los Estados de la República y sus municipios.
Iniciamos el noveno mes de la crisis de la salud en México que ha costado la vida a más de ciento veintidós mil seres humanos, que por cuestiones de la vida fueron contagiados por esta enfermedad Covid-19, los hospitales se encuentran a su máxima capacidad de pacientes, los respiradores no solamente son insuficientes sino también su capacidad y su función se encuentra limitada por la falta de estructura eléctrica en los hospitales públicos, lo que hace más complicada la recuperación de los pacientes que se encuentran en piso Covid o en terapia intensiva.
El fenómeno de emergencia sanitaria ante la falta de apoyos económicos para los empresarios y la población, ha hecho que un millón de empresas cierren sus puertas ante la quiebra de las mismas, despidiendo a miles de trabajadores y aumentando el número de desempleados en esta nación, creando una crisis económica, donde se ve complicada hasta el momento la recuperación económica dentro del primer trimestre del 2021.
La salud y el trabajo son la prioridad de la vida, asimismo, son elementos esenciales para el desarrollo de la estructura económica, social y política, la Constitución de México así lo establece en sus artículos cuarto y ciento veintitrés, que dice: “Todas las personas tenemos derecho a la salud y a un trabajo digno”, por lo que estos dos conceptos de la salud y el trabajo, el Estado está obligado a conservarlos.
La salud representa la vida y para conservar la vida de los seres humanos es sumamente necesario el trabajo, el cuál debe conservarse apoyando a los emprendedores que por circunstancias de emergencia sanitaria han despedido a sus trabajadores y cerrado sus empresas, sin salud y trabajo, no hay desarrollo económico, social y político.
* Profesor de Derecho la Universidad de Guadalajara y Miembro del Observatorio sobre Seguridad y Justicia.
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