/ martes 16 de octubre de 2018

De todo un poco / AMLO, ¿un buen juez?

Hace algunos años conocí a un Juez, ya retirado, que se hizo famoso por dar a todos la razón cuando recibía a los litigantes, dirigiéndose a él para plantearle sus "alegatos de oreja" que los abogados acostumbramos poco antes de que se dicte sentencia en los juicios respectivos. El juez escuchaba con mucha atención el alegato del abogado, hasta por media hora, asintiendo con la inclinación constante de su cabeza ante los argumentos vehementes del litigante, y al final del discurso, el impartidor de justicia exclamaba con entusiasmo: -"Tiene usted toda la razón, estimado colega".

El abogado salía reconfortado del despacho del Juez con una gran esperanza que no le cabía en el pecho. El problema consistía en que el juez observaba la misma conducta cuando el abogado de la contraparte en el mismo juicio le planteaba su propio "alegato de oreja", consintiendo y animando al abogado al expresarle que también tenía la razón.

Cuando el juez dictaba su sentencia, el abogado perdedor pedía audiencia reclamándole al juzgador sobre el porqué había favorecido a la parte contraria cuando le había dado la razón al perdedor en sus alegatos de oreja. Después del encendido reclamo del ofendido, el Juez volvía a exclamar: -"Tiene usted toda la razón en reclamar, estimado colega". Cuando esa lamentable actitud del juez se viralizó y creó fama fundada en todos los abogados litigantes y del Poder Judicial en general, por la vieja amistad que me liga con dicho juez quien además es mi compañero de generación, lo invité a comer para hablar sobre el asunto que era la comidilla del día en la familia de litigantes de Jalisco. Terminamos de comer y ya en la plática de sobremesa le traté el caso de la inconveniencia que representaba su conducta al darle la razón a ambas partes en los litigios, aunque se trate de "alegatos de oreja", pues creaba un ambiente de confusión que a nadie convenía y menos al juez impartidor de justicia, quien está obligado a guardar compostura y seriedad en su trato con las partes.

Después de mi largo, efusivo y bien intencionado discurso, observé los ojos emocionados de mi amigo, quien a punto del aplauso exclamó: -¡Tienes toda la razón, estimado compañero! Esa es la conducta que está observando AMLO, presidente electo de México, en su gira de agradecimiento por todo el país, pues en cada estado que visita le está diciendo a la gente lo que quiere oír, y no estamos seguros hasta donde le puede favorecer esa estrategia, ante tantos obstáculos que enfrentará una vez que entre en funciones como Presidente de la República en un país con problemas muy complicados que no podrá resolver en su totalidad. Creo que AMLO se comporta como si todavía estuviera en campaña. Tiene razón AMLO cuando dice que la Presa "El Zapotillo" ya ha costado mucho dinero y hay que hacer algo con ella. Igualmente podría decir lo mismo en cuanto a la guerra que nos heredaron Fox, Calderón y Peña:- Hay que hacer algo respecto. !Desaparecerla! Posiblemente, si AMLO llegara a leer este artículo pudiera expresar la famosa frase del Juez a que me refiero al principio del presente artículo: -"¡Tienes toda la razón! … corazoncito.", pero habría que esperar a la sentencia definitiva del que será el próximo presidente de México a partir de diciembre próximo para encaminarnos hacia donde apunte su dedito.

*Doctor en Ciencias. Universidad de Guadalajara.

mail: arechiga260@gmail.com


Hace algunos años conocí a un Juez, ya retirado, que se hizo famoso por dar a todos la razón cuando recibía a los litigantes, dirigiéndose a él para plantearle sus "alegatos de oreja" que los abogados acostumbramos poco antes de que se dicte sentencia en los juicios respectivos. El juez escuchaba con mucha atención el alegato del abogado, hasta por media hora, asintiendo con la inclinación constante de su cabeza ante los argumentos vehementes del litigante, y al final del discurso, el impartidor de justicia exclamaba con entusiasmo: -"Tiene usted toda la razón, estimado colega".

El abogado salía reconfortado del despacho del Juez con una gran esperanza que no le cabía en el pecho. El problema consistía en que el juez observaba la misma conducta cuando el abogado de la contraparte en el mismo juicio le planteaba su propio "alegato de oreja", consintiendo y animando al abogado al expresarle que también tenía la razón.

Cuando el juez dictaba su sentencia, el abogado perdedor pedía audiencia reclamándole al juzgador sobre el porqué había favorecido a la parte contraria cuando le había dado la razón al perdedor en sus alegatos de oreja. Después del encendido reclamo del ofendido, el Juez volvía a exclamar: -"Tiene usted toda la razón en reclamar, estimado colega". Cuando esa lamentable actitud del juez se viralizó y creó fama fundada en todos los abogados litigantes y del Poder Judicial en general, por la vieja amistad que me liga con dicho juez quien además es mi compañero de generación, lo invité a comer para hablar sobre el asunto que era la comidilla del día en la familia de litigantes de Jalisco. Terminamos de comer y ya en la plática de sobremesa le traté el caso de la inconveniencia que representaba su conducta al darle la razón a ambas partes en los litigios, aunque se trate de "alegatos de oreja", pues creaba un ambiente de confusión que a nadie convenía y menos al juez impartidor de justicia, quien está obligado a guardar compostura y seriedad en su trato con las partes.

Después de mi largo, efusivo y bien intencionado discurso, observé los ojos emocionados de mi amigo, quien a punto del aplauso exclamó: -¡Tienes toda la razón, estimado compañero! Esa es la conducta que está observando AMLO, presidente electo de México, en su gira de agradecimiento por todo el país, pues en cada estado que visita le está diciendo a la gente lo que quiere oír, y no estamos seguros hasta donde le puede favorecer esa estrategia, ante tantos obstáculos que enfrentará una vez que entre en funciones como Presidente de la República en un país con problemas muy complicados que no podrá resolver en su totalidad. Creo que AMLO se comporta como si todavía estuviera en campaña. Tiene razón AMLO cuando dice que la Presa "El Zapotillo" ya ha costado mucho dinero y hay que hacer algo con ella. Igualmente podría decir lo mismo en cuanto a la guerra que nos heredaron Fox, Calderón y Peña:- Hay que hacer algo respecto. !Desaparecerla! Posiblemente, si AMLO llegara a leer este artículo pudiera expresar la famosa frase del Juez a que me refiero al principio del presente artículo: -"¡Tienes toda la razón! … corazoncito.", pero habría que esperar a la sentencia definitiva del que será el próximo presidente de México a partir de diciembre próximo para encaminarnos hacia donde apunte su dedito.

*Doctor en Ciencias. Universidad de Guadalajara.

mail: arechiga260@gmail.com


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