/ martes 4 de septiembre de 2018

De todo un poco/ Sube Chapala, sube

Las estadísticas nos muestran que el Lago de Chapala está en plena recuperación y en esta temporada ha ganado arriba de un metro, encontrándose ya a más del sesenta por ciento de su capacidad, faltando todavía tres meses de la temporada de lluvias con los ciclones anunciados para octubre y noviembre. Hay que recordar que el año pasado, por estas fechas, el nivel del lago sólo había subido 66 centímetros.

Las cifras optimistas que tenemos a la vista nos hacen reflexionar que lo que no logra el hombre con los proyectos hidráulicos desastrosos y fraudulentos de Arcediano y El Zapotillo, lo está haciendo la naturaleza con las abundantes lluvias que traen los ciclones y las lágrimas de tristeza que vertimos los que amamos al Lago de Chapala y nos duele su muerte paulatina.

Mientras esto sucede, la propia naturaleza nos muestra otros caminos con el jalón de orejas de las inundaciones en la Zona Metropolitana de Guadalajara cada vez mas desastrosas en Atemajac, Plaza Patria, Plaza del Sol, Arcos del Milenio, Calzada Independencias, Federalismo, El Dean, Barranquitas, túneles urbanos de las principales avenidas y otros lugares peligrosos, donde los niveles de agua alcanzan cada vez mas altura y los torrentes mayor intensidad.

Como habitante del Fraccionamiento Lomas de Atemajac construido en las cercanías del Río Atemajac en Zapopan, que las autoridades han querido transformarlo en arroyo sin conseguirlo, fui testigo recientemente de una tremenda inundación en el cruce de Avenida Patria, Enrique Díaz de León y Federalismo, que no había existido precedente en los cuarenta años que llevo viviendo ahí. El día 30 de agosto pasado, en el lugar penetró no solamente a las casas ubicadas por la Avenida Patria como ocurre con frecuencia, sino que el torrente se extendió varias manzanas rumbo a la parte alta hacia la Colonia Constitución, llevándose la corriente como cien metros de malla ciclónica que rodea el canal en esa confluencia.

El asunto se agravó no sólo por la corriente que viene de Los Colomos por Avenida Patria, sino también por la gran cantidad de agua que bajó de la Colonia Constitución por Díaz de León, lo que provocó que las dos avenidas de agua confluyeran en ese cruce ampliando los límites de la inundación nunca antes vistos. Dentro de la gravedad del problema no hubo perdidas humanas, pero sí cuantiosos daños.

Además, ahora los daños alcanzaron a la Plaza Atemajac, inundando a varios bancos ahí instalados, habiendo observado personalmente que eran las 10 de la mañana en día hábil y los empleados bancarios estaban fuera de las oficinas esperando que los obreros sacaran la gran cantidad de lodo de su interior y cuidando la seguridad de los billetes. La inundación abarcó hasta la gran tienda comercial.

Es justo mencionar que el personal del SIAPA, municipales y bomberos, estuvieron atentos a intervenir para evitar daños mayores, además de que cada vecino hizo lo suyo para sacar el lodo y agua de sus casas, con muebles afectados.

Se hizo patente, además, la necesidad que existe desde hace muchos años, de que el gobierno realice obras que presten más seguridad a la comunidad del lugar, pues el riesgo de pérdidas de vidas es evidente a través de muchas tragedias ocurridas en todos los años que hemos vividos ahí, lo que se recuerda constantemente con las cruces que aparecen a lo largo de la Avenida Patria, como símbolo de la irresponsabilidad de todas las autoridades que han pasado sin resolver a fondo este problema.

Las eternas promesas de la autoridad son en el sentido de que van a entubar el río Atemajac hasta la barranca, sin buscar soluciones para captar esa gran cantidad de agua potabilizándola en beneficio de toda la gente de la zona metropolitana. Para decirlo con un sentido más científico: -La suprema autoridad no ha podido sacar el buey de la barranca.

En el plan de no sólo criticar sino proponer alguna solución, hay que decir que desde hace muchos años existe una pequeña represa de agua en el parque Avila Camacho, enfrente de Plaza Patria, donde hoy existe un lago que se utiliza para la recreación de paseos en canoa de remos por la gente que acude al lugar, con una vegetación muy mal cuidada que produce la cría y reproducción de zancudos, con un curioso barco de concreto que hace muchos años se utilizaba para la venta de boletos a los usuarios del lugar para navegar por el pequeño lago.

Dicha represa se construyó precisamente para amortiguar un poco el gran torrente producido por la fuerza del agua que viene del Parque Los Colomos, donde existe otra pequeña represa con el mismo fin, pero se da el caso de que con las lluvias torrenciales, como la más reciente, dichas represas resultan insuficientes para evitar tragedias que han provocado la muerte de muchas personas en la zona de Atemajac cuando el agua se lleva los cadáveres hasta la Barranca de Huentitán.

Mientras observamos que la autoridad, a través de tantos años no hace nada en serio para captar toda el agua de lluvia que llega a la Zona Metropolitana para asegurar el abastecimiento del vital líquido a sus pobladores, sin la necesidad de ordeñar diariamente al Lago de Chapala, a los neófitos se nos ocurre que pudieran ampliarse las represas en los lugares estratégicos que la naturaleza nos señala en cada temporal de lluvias, para obtener dos beneficios: uno, para evitar los desastres de inundaciones cada vez más perjudiciales con pérdidas de vidas y bienes materiales, y dos, obtener almacenamiento de agua en las represas estratégicas, muy bien hechas, en toda el área metropolitana, que serían los aljibes y tinacos de la gran ciudad, con agua debidamente tratada para el consumo humano.

Desde luego que toda solución tiene sus riesgos, pero consideramos que no existe riesgo mayor que el peligro de que en un futuro esta Zona Metropolitana de Guadalajara, que crece diariamente con nuevos fraccionamientos, legales e ilegales, sin control alguno, tenga que ser abandonada por todos sus habitantes por falta de agua, atentos a la circunstancia de que la producción de lluvia natural en este planeta es limitada y está condenada a sequías cíclicas que no se ha podido evitar, con el agregado de que la población va en aumento sin control alguno.

Ante el tortuguismo crónico de nuestras autoridades, resulta obvio decirles, que para cuando estas sugerencias llegaran a aceptarse, el que esto escribe, ya no estará presente para expresarles por este conducto la odiosa frase: "Se los dije".

arechiga260@gmail.com *Doctor en Ciencias. Universidad de Guadalajara.


Las estadísticas nos muestran que el Lago de Chapala está en plena recuperación y en esta temporada ha ganado arriba de un metro, encontrándose ya a más del sesenta por ciento de su capacidad, faltando todavía tres meses de la temporada de lluvias con los ciclones anunciados para octubre y noviembre. Hay que recordar que el año pasado, por estas fechas, el nivel del lago sólo había subido 66 centímetros.

Las cifras optimistas que tenemos a la vista nos hacen reflexionar que lo que no logra el hombre con los proyectos hidráulicos desastrosos y fraudulentos de Arcediano y El Zapotillo, lo está haciendo la naturaleza con las abundantes lluvias que traen los ciclones y las lágrimas de tristeza que vertimos los que amamos al Lago de Chapala y nos duele su muerte paulatina.

Mientras esto sucede, la propia naturaleza nos muestra otros caminos con el jalón de orejas de las inundaciones en la Zona Metropolitana de Guadalajara cada vez mas desastrosas en Atemajac, Plaza Patria, Plaza del Sol, Arcos del Milenio, Calzada Independencias, Federalismo, El Dean, Barranquitas, túneles urbanos de las principales avenidas y otros lugares peligrosos, donde los niveles de agua alcanzan cada vez mas altura y los torrentes mayor intensidad.

Como habitante del Fraccionamiento Lomas de Atemajac construido en las cercanías del Río Atemajac en Zapopan, que las autoridades han querido transformarlo en arroyo sin conseguirlo, fui testigo recientemente de una tremenda inundación en el cruce de Avenida Patria, Enrique Díaz de León y Federalismo, que no había existido precedente en los cuarenta años que llevo viviendo ahí. El día 30 de agosto pasado, en el lugar penetró no solamente a las casas ubicadas por la Avenida Patria como ocurre con frecuencia, sino que el torrente se extendió varias manzanas rumbo a la parte alta hacia la Colonia Constitución, llevándose la corriente como cien metros de malla ciclónica que rodea el canal en esa confluencia.

El asunto se agravó no sólo por la corriente que viene de Los Colomos por Avenida Patria, sino también por la gran cantidad de agua que bajó de la Colonia Constitución por Díaz de León, lo que provocó que las dos avenidas de agua confluyeran en ese cruce ampliando los límites de la inundación nunca antes vistos. Dentro de la gravedad del problema no hubo perdidas humanas, pero sí cuantiosos daños.

Además, ahora los daños alcanzaron a la Plaza Atemajac, inundando a varios bancos ahí instalados, habiendo observado personalmente que eran las 10 de la mañana en día hábil y los empleados bancarios estaban fuera de las oficinas esperando que los obreros sacaran la gran cantidad de lodo de su interior y cuidando la seguridad de los billetes. La inundación abarcó hasta la gran tienda comercial.

Es justo mencionar que el personal del SIAPA, municipales y bomberos, estuvieron atentos a intervenir para evitar daños mayores, además de que cada vecino hizo lo suyo para sacar el lodo y agua de sus casas, con muebles afectados.

Se hizo patente, además, la necesidad que existe desde hace muchos años, de que el gobierno realice obras que presten más seguridad a la comunidad del lugar, pues el riesgo de pérdidas de vidas es evidente a través de muchas tragedias ocurridas en todos los años que hemos vividos ahí, lo que se recuerda constantemente con las cruces que aparecen a lo largo de la Avenida Patria, como símbolo de la irresponsabilidad de todas las autoridades que han pasado sin resolver a fondo este problema.

Las eternas promesas de la autoridad son en el sentido de que van a entubar el río Atemajac hasta la barranca, sin buscar soluciones para captar esa gran cantidad de agua potabilizándola en beneficio de toda la gente de la zona metropolitana. Para decirlo con un sentido más científico: -La suprema autoridad no ha podido sacar el buey de la barranca.

En el plan de no sólo criticar sino proponer alguna solución, hay que decir que desde hace muchos años existe una pequeña represa de agua en el parque Avila Camacho, enfrente de Plaza Patria, donde hoy existe un lago que se utiliza para la recreación de paseos en canoa de remos por la gente que acude al lugar, con una vegetación muy mal cuidada que produce la cría y reproducción de zancudos, con un curioso barco de concreto que hace muchos años se utilizaba para la venta de boletos a los usuarios del lugar para navegar por el pequeño lago.

Dicha represa se construyó precisamente para amortiguar un poco el gran torrente producido por la fuerza del agua que viene del Parque Los Colomos, donde existe otra pequeña represa con el mismo fin, pero se da el caso de que con las lluvias torrenciales, como la más reciente, dichas represas resultan insuficientes para evitar tragedias que han provocado la muerte de muchas personas en la zona de Atemajac cuando el agua se lleva los cadáveres hasta la Barranca de Huentitán.

Mientras observamos que la autoridad, a través de tantos años no hace nada en serio para captar toda el agua de lluvia que llega a la Zona Metropolitana para asegurar el abastecimiento del vital líquido a sus pobladores, sin la necesidad de ordeñar diariamente al Lago de Chapala, a los neófitos se nos ocurre que pudieran ampliarse las represas en los lugares estratégicos que la naturaleza nos señala en cada temporal de lluvias, para obtener dos beneficios: uno, para evitar los desastres de inundaciones cada vez más perjudiciales con pérdidas de vidas y bienes materiales, y dos, obtener almacenamiento de agua en las represas estratégicas, muy bien hechas, en toda el área metropolitana, que serían los aljibes y tinacos de la gran ciudad, con agua debidamente tratada para el consumo humano.

Desde luego que toda solución tiene sus riesgos, pero consideramos que no existe riesgo mayor que el peligro de que en un futuro esta Zona Metropolitana de Guadalajara, que crece diariamente con nuevos fraccionamientos, legales e ilegales, sin control alguno, tenga que ser abandonada por todos sus habitantes por falta de agua, atentos a la circunstancia de que la producción de lluvia natural en este planeta es limitada y está condenada a sequías cíclicas que no se ha podido evitar, con el agregado de que la población va en aumento sin control alguno.

Ante el tortuguismo crónico de nuestras autoridades, resulta obvio decirles, que para cuando estas sugerencias llegaran a aceptarse, el que esto escribe, ya no estará presente para expresarles por este conducto la odiosa frase: "Se los dije".

arechiga260@gmail.com *Doctor en Ciencias. Universidad de Guadalajara.


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