/ miércoles 29 de agosto de 2018

La propaganda de Enrique Peña Nieto

David Aréchiga Landeros



Miles de millones de pesos se ha gastado el actual presidente Enrique Peña Nieto para promover su imagen desde que fue candidato, y ya como presidente aumentó el gasto en ese rubro impulsando sus reformas que se hicieron famosas en todo el mundo por haber resultado inútiles.

Cuánto dinero del erario gastado en su defensa ante el conflicto de intereses de la "Casa Blanca", utilizando a su esposa para tratar de defender lo indefendible.

Y qué decir sobre el monto de los gastos en propaganda para lograr la "verdad histórica" sobre los estudiantes normalistas desaparecidos en Ayotzinapa.

Y siguen los gastos carísimos en propaganda para justificar las agresiones y muertos en manifestaciones de los maestros de la CNTE y los despidos de los profesores por negarse a ser evaluados antes de ser capacitados.

A base de propaganda millonaria, Enrique Peña Nieto trató de justificar que los miles de muertos en este sexenio fueron producto de la guerra entre narcos, sin explicar por qué no se combate con éxito a la delincuencia organizada, afectando sus recursos financieros y no sólo encerrando a unos cuantos en una celda.

El señor Presidente ha gastado mucho de nuestros impuestos en propaganda para convencer a periodistas y pueblo en general, para que aplaudamos sus "aciertos", sin comprender que si hubo alguno para eso están los gobernantes, pues para eso se vota por ellos, para que hagan bien las cosas como servidores públicos con altísimos sueldos.

El Presidente llega al colmo de sus desatinos al molestarse porque no le aplaudimos y expresar públicamente su frase del sexenio: "Lo bueno también cuenta y hay que contarlo", lo que hace patente su egolatría que raya en la enfermedad, al confundir sus errores con aciertos. Como decía mi abuela: “Dime de qué presumes y te diré lo que eres".

Pero lo que está ocurriendo ahora mismo ya llega al absurdo, pues habiendo sufrido una derrota estruendosa y rotunda el pasado primero de julio, en la que el PRI, su partido, quedó en tercer lugar, muy rezagado, constituyendo la derrota más desastrosa en toda la historia del partido, Peña Nieto todavía continúa haciendo propaganda sobre su último informe de Gobierno, anunciando sus "logros" fantasiosos que el pueblo no reconoce desde el momento en que votó en su contra.

Si el señor Presidente tuviera una pequeña reserva de vergüenza, aprovecharía el último informe de Gobierno para confesar y aceptar todos los graves errores cometidos durante su sexenio, y disculparse por ello.

Esta acción que mucho se le agradecería y aplaudiría si donara la "Casa Blanca" de Chapultepec para fines sociales, dejando en prisión a sus "amigos": los Duarte, Moreira, Losoya, Gordillo, Deschamps y demás líderes sindicales corruptos.

Con motivo del nuevo Tratado México-Estados Unidos, sin la participación de Canadá, Enrique Peña Nieto va a cacarear el huevo con nueva propaganda, sin mencionar que al final de cuentas Donald Trump se salió con la suya para exhibir a nuestro Gobierno por los bajos salarios a sus trabajadores buscando negociar con Canadá un acuerdo aparte entre iguales. Lo malo también cuenta y hay que contarlo.

Nuestro Presidente nunca podrá justificar la razón por la cual no cumplió sus principales promesas de campaña consistentes en terminar con la violencia y lograr la paz para el pueblo de México, pues termina su mandato con más muertos y desaparecidos que los que nos dejó Calderón, con una deuda pública incrementada, pero lo que esperamos aplaudirle y agradecerle es que con sus acciones y omisiones nos trajo a otro partido con nuevas ideas y una esperanza de que a todos nos vaya mejor durante los próximos seis años.

Dicen las malas lenguas que en diciembre Enrique Peña Nieto se irá a vivir a Londres porque teme que alguien de nuestro pueblo le quiera aplicar el "ojo por ojo y diente por diente", pero como decía mi abuela: “¿A dónde vas que más valgas?

Resumo:

Yo le digo a Peña Nieto, por favor, no nos estorbe,

ya no gaste en propaganda,

mejor deje presupuesto para ayudar a los pobres

que son más de la mitad y que muchos ya no comen.

Y váyase para Londres, si es que allá lo soportan,

a buscar una esperanza.

Mire bien alrededor y cuídese, por favor,

de Jack el destripador,

que puede resucitar para cobrar la venganza.


*Doctor en Ciencias. Universidad de Guadalajara

arechiga260@gmail.com


David Aréchiga Landeros



Miles de millones de pesos se ha gastado el actual presidente Enrique Peña Nieto para promover su imagen desde que fue candidato, y ya como presidente aumentó el gasto en ese rubro impulsando sus reformas que se hicieron famosas en todo el mundo por haber resultado inútiles.

Cuánto dinero del erario gastado en su defensa ante el conflicto de intereses de la "Casa Blanca", utilizando a su esposa para tratar de defender lo indefendible.

Y qué decir sobre el monto de los gastos en propaganda para lograr la "verdad histórica" sobre los estudiantes normalistas desaparecidos en Ayotzinapa.

Y siguen los gastos carísimos en propaganda para justificar las agresiones y muertos en manifestaciones de los maestros de la CNTE y los despidos de los profesores por negarse a ser evaluados antes de ser capacitados.

A base de propaganda millonaria, Enrique Peña Nieto trató de justificar que los miles de muertos en este sexenio fueron producto de la guerra entre narcos, sin explicar por qué no se combate con éxito a la delincuencia organizada, afectando sus recursos financieros y no sólo encerrando a unos cuantos en una celda.

El señor Presidente ha gastado mucho de nuestros impuestos en propaganda para convencer a periodistas y pueblo en general, para que aplaudamos sus "aciertos", sin comprender que si hubo alguno para eso están los gobernantes, pues para eso se vota por ellos, para que hagan bien las cosas como servidores públicos con altísimos sueldos.

El Presidente llega al colmo de sus desatinos al molestarse porque no le aplaudimos y expresar públicamente su frase del sexenio: "Lo bueno también cuenta y hay que contarlo", lo que hace patente su egolatría que raya en la enfermedad, al confundir sus errores con aciertos. Como decía mi abuela: “Dime de qué presumes y te diré lo que eres".

Pero lo que está ocurriendo ahora mismo ya llega al absurdo, pues habiendo sufrido una derrota estruendosa y rotunda el pasado primero de julio, en la que el PRI, su partido, quedó en tercer lugar, muy rezagado, constituyendo la derrota más desastrosa en toda la historia del partido, Peña Nieto todavía continúa haciendo propaganda sobre su último informe de Gobierno, anunciando sus "logros" fantasiosos que el pueblo no reconoce desde el momento en que votó en su contra.

Si el señor Presidente tuviera una pequeña reserva de vergüenza, aprovecharía el último informe de Gobierno para confesar y aceptar todos los graves errores cometidos durante su sexenio, y disculparse por ello.

Esta acción que mucho se le agradecería y aplaudiría si donara la "Casa Blanca" de Chapultepec para fines sociales, dejando en prisión a sus "amigos": los Duarte, Moreira, Losoya, Gordillo, Deschamps y demás líderes sindicales corruptos.

Con motivo del nuevo Tratado México-Estados Unidos, sin la participación de Canadá, Enrique Peña Nieto va a cacarear el huevo con nueva propaganda, sin mencionar que al final de cuentas Donald Trump se salió con la suya para exhibir a nuestro Gobierno por los bajos salarios a sus trabajadores buscando negociar con Canadá un acuerdo aparte entre iguales. Lo malo también cuenta y hay que contarlo.

Nuestro Presidente nunca podrá justificar la razón por la cual no cumplió sus principales promesas de campaña consistentes en terminar con la violencia y lograr la paz para el pueblo de México, pues termina su mandato con más muertos y desaparecidos que los que nos dejó Calderón, con una deuda pública incrementada, pero lo que esperamos aplaudirle y agradecerle es que con sus acciones y omisiones nos trajo a otro partido con nuevas ideas y una esperanza de que a todos nos vaya mejor durante los próximos seis años.

Dicen las malas lenguas que en diciembre Enrique Peña Nieto se irá a vivir a Londres porque teme que alguien de nuestro pueblo le quiera aplicar el "ojo por ojo y diente por diente", pero como decía mi abuela: “¿A dónde vas que más valgas?

Resumo:

Yo le digo a Peña Nieto, por favor, no nos estorbe,

ya no gaste en propaganda,

mejor deje presupuesto para ayudar a los pobres

que son más de la mitad y que muchos ya no comen.

Y váyase para Londres, si es que allá lo soportan,

a buscar una esperanza.

Mire bien alrededor y cuídese, por favor,

de Jack el destripador,

que puede resucitar para cobrar la venganza.


*Doctor en Ciencias. Universidad de Guadalajara

arechiga260@gmail.com


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