/ martes 2 de octubre de 2018

De todo un poco / 1968-2018. Vuelven los viejitos al poder

El movimiento Estudiantil de 1968 en México, tuvo como esencia exigir oportunidades para los jóvenes de aquella época en todos los ámbitos de la vida social, económica y política del país, que se había concentrado entonces en la gente madura enquistada en el único partido poderoso nacido después de la Revolución Mexicana de 1910, basado en los conceptos de democracia y justicia social que nunca logró alcanzar plenamente.

En términos generales el movimiento Estudiantil de 1968 logró sus propósitos, ya que después de ese año, terminando los sexenios de Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo, llegaron los sexenios de los jóvenes Miguel De la Madrid Hurtado, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León, quienes culminaron el siglo XX imponiendo el sistema neoliberal, ajustándose al entorno económico internacional, sobre todo al de Estados Unidos, país donde se formaron como economistas de postgrado bajo el lema de "Pocos ricos y muchos pobres", como esencia del capitalismo salvaje.

Hay que aceptar que muchos jóvenes de la época, como el que esto escribe, que en 1968 cursaba el segundo año de Derecho en la Universidad de Guadalajara egresando en 1971, al terminar la carrera tuvimos la oportunidad de ocupar cargos de dirección que antes estaban destinados a personas de la tercera edad, y fuimos testigos del buen desempeño de algunos jóvenes y de otros que se inclinaron por la corrupción e impunidad, incluyendo los panistas del siglo XXI que integraron la docena trágica como principio de una degeneración cuyas consecuencias negativas estamos padeciendo ante tanta corrupción y violencia.

Como cereza del pastel, en 2012, Enrique Peña Nieto, un político muy joven, cucarachita del partido desde su adolescencia, llegó a la presidencia con la etiqueta del "nuevo PRI", con un desempeño vergonzoso que se está convirtiendo en el epílogo del propio partido, acabando y llevándose entre las patas a la perfección de la dictadura que tanta fama alcanzara a nivel internacional en otros tiempos.

Esto quiere decir que la oportunidad de los jóvenes recibida después del 2 de octubre de 1968 no fue debidamente aprovechada para lograr gobiernos capaces de alcanzar a formar un país con menos desigualdades y más justicia social, mucho menos una democracia que apenas empieza a despertar.

Como consecuencia, en este próximo sexenio veremos gobernar nuevamente a los viejitos, la gran mayoría de la tercera edad, comenzando por don Andrés Manuel, apoyado por un gabinete que en conjunto acumulan varios siglos de experiencia indiscutible.

Estamos ahora inmersos en otra filosofía diferente al de la "Mafia del poder", los "fifis", los "Riki, rikín, canallín", los "casitas blancas", "La gran estafa de Pemex", "Desarrollo Social Electoral", la "Verdad histórica de Ayotzinapa" y la impunidad de exgobernadores corruptos a punto de quedar libres.

Se acabó para siempre la ideología de aquellos dinosaurios que pensaron en que "La Olimpiada va a cualquier precio", "Arriba y adelante", "Tenemos que acostumbrarnos a administrar la abundancia", "La corrupción somos todos", "Ni los veo ni los oigo", "Bienestar para tu familia y no traigo cash", "Comes y te vas", "Haiga sido como haiga sido" y "Que viva la casa blanca aunque no aplaudan".

Los jóvenes de antaño, ahora en la cuarta edad, nos sentimos bien representados por nuestros iguales bajo los nuevos conceptos de "Soy pez pero no lagarto", "Amor y paz", "Perdón y olvido", "Corazoncito" y "Primero los pobres".

Bienvenido sea el nuevo gobierno de los viejitos, este moderno Consejo de Ancianos que desde los aztecas dio buen resultado, como siguen vigentes los huicholes, tarahumaras, mayos, mayas, lacandones y el viejo comandante Marcos allá en Chiapas, entre otros.

Hay que considerar la importancia de los viejos dichos en las costumbres de los pueblos, que nos indican: "Más sabe el diablo por viejo que por diablo", "Más vale maña que fuerza" y "Después de vejez viruelas" (Bueno... este último como que no aplica... perdón).

Resumo: "Viejos los cerros y todavía... sobreviven". "No me echen montón". ´"La corrupción es el principal problema de México". "Yo soy jonronero y no me ponchan", "Soy pitcher y me los poncho", "Nadie me robará una base". "Juntos haremos Historia y batearemos jonrón" y "Abajo los que no pichan ni cachan ni dejan batear. Y arriba los pobres".

*Doctor en Ciencias. Universidad de Guadalajara.

arechiga260@gmail.com

El movimiento Estudiantil de 1968 en México, tuvo como esencia exigir oportunidades para los jóvenes de aquella época en todos los ámbitos de la vida social, económica y política del país, que se había concentrado entonces en la gente madura enquistada en el único partido poderoso nacido después de la Revolución Mexicana de 1910, basado en los conceptos de democracia y justicia social que nunca logró alcanzar plenamente.

En términos generales el movimiento Estudiantil de 1968 logró sus propósitos, ya que después de ese año, terminando los sexenios de Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo, llegaron los sexenios de los jóvenes Miguel De la Madrid Hurtado, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León, quienes culminaron el siglo XX imponiendo el sistema neoliberal, ajustándose al entorno económico internacional, sobre todo al de Estados Unidos, país donde se formaron como economistas de postgrado bajo el lema de "Pocos ricos y muchos pobres", como esencia del capitalismo salvaje.

Hay que aceptar que muchos jóvenes de la época, como el que esto escribe, que en 1968 cursaba el segundo año de Derecho en la Universidad de Guadalajara egresando en 1971, al terminar la carrera tuvimos la oportunidad de ocupar cargos de dirección que antes estaban destinados a personas de la tercera edad, y fuimos testigos del buen desempeño de algunos jóvenes y de otros que se inclinaron por la corrupción e impunidad, incluyendo los panistas del siglo XXI que integraron la docena trágica como principio de una degeneración cuyas consecuencias negativas estamos padeciendo ante tanta corrupción y violencia.

Como cereza del pastel, en 2012, Enrique Peña Nieto, un político muy joven, cucarachita del partido desde su adolescencia, llegó a la presidencia con la etiqueta del "nuevo PRI", con un desempeño vergonzoso que se está convirtiendo en el epílogo del propio partido, acabando y llevándose entre las patas a la perfección de la dictadura que tanta fama alcanzara a nivel internacional en otros tiempos.

Esto quiere decir que la oportunidad de los jóvenes recibida después del 2 de octubre de 1968 no fue debidamente aprovechada para lograr gobiernos capaces de alcanzar a formar un país con menos desigualdades y más justicia social, mucho menos una democracia que apenas empieza a despertar.

Como consecuencia, en este próximo sexenio veremos gobernar nuevamente a los viejitos, la gran mayoría de la tercera edad, comenzando por don Andrés Manuel, apoyado por un gabinete que en conjunto acumulan varios siglos de experiencia indiscutible.

Estamos ahora inmersos en otra filosofía diferente al de la "Mafia del poder", los "fifis", los "Riki, rikín, canallín", los "casitas blancas", "La gran estafa de Pemex", "Desarrollo Social Electoral", la "Verdad histórica de Ayotzinapa" y la impunidad de exgobernadores corruptos a punto de quedar libres.

Se acabó para siempre la ideología de aquellos dinosaurios que pensaron en que "La Olimpiada va a cualquier precio", "Arriba y adelante", "Tenemos que acostumbrarnos a administrar la abundancia", "La corrupción somos todos", "Ni los veo ni los oigo", "Bienestar para tu familia y no traigo cash", "Comes y te vas", "Haiga sido como haiga sido" y "Que viva la casa blanca aunque no aplaudan".

Los jóvenes de antaño, ahora en la cuarta edad, nos sentimos bien representados por nuestros iguales bajo los nuevos conceptos de "Soy pez pero no lagarto", "Amor y paz", "Perdón y olvido", "Corazoncito" y "Primero los pobres".

Bienvenido sea el nuevo gobierno de los viejitos, este moderno Consejo de Ancianos que desde los aztecas dio buen resultado, como siguen vigentes los huicholes, tarahumaras, mayos, mayas, lacandones y el viejo comandante Marcos allá en Chiapas, entre otros.

Hay que considerar la importancia de los viejos dichos en las costumbres de los pueblos, que nos indican: "Más sabe el diablo por viejo que por diablo", "Más vale maña que fuerza" y "Después de vejez viruelas" (Bueno... este último como que no aplica... perdón).

Resumo: "Viejos los cerros y todavía... sobreviven". "No me echen montón". ´"La corrupción es el principal problema de México". "Yo soy jonronero y no me ponchan", "Soy pitcher y me los poncho", "Nadie me robará una base". "Juntos haremos Historia y batearemos jonrón" y "Abajo los que no pichan ni cachan ni dejan batear. Y arriba los pobres".

*Doctor en Ciencias. Universidad de Guadalajara.

arechiga260@gmail.com

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