Llama mucho la atención las críticas que algunos perdedores del sistema están haciendo a AMLO sobre su decisión de no usar el avión presidencial. Los criticones ardidos en su ego opinan que no es costeable vender el avión que costó más de doscientos millones de dólares, pues como está diseñado para oficinas y habitaciones, ninguna línea aérea se interesaría en comprarlo o lo adquiriría a la mitad del precio.
El problema de estos criticones destructivos es que no proponen nada para resolver el asunto, pues se limitan a lanzar la piedra y esconder la mano. No nos aclaran si prefieren que AMLO se suba "a huevo" al superavión como una solución "costeable" o se conserve como un monumento histórico en recuerdo a la pendejez de los expresidentes.
A estos seguidores de "Toño Meade", nunca se les ocurriría pensar en que resultaría más costeable vender el avión a mitad del precio y con esos cien millones de dólares, que no es poco, apoyar a nuestros indígenas más jodidos que viven en lo mas recóndito de nuestras sierras más altas, huyendo de nosotros los mexicanitos "civilizados", como tampoco pueden concebir que el nuevo presidente de México se quiera conducir como una persona común y sencilla que no requiere "Pinos" para habitar ni de aviones de lujo para andar de "volado" recorriendo el mundo a placer, como otros lo han hecho en nuestro perjuicio.
Estos mismos personajes que nada más critican a lo pendejo, son los mismos que se oponen a que las secretarías de Estado se cambien a la provincia, argumentando que resultaría muy caro su traslado, sin pensar que de lo que se trata es acercar los servicios al verdadero pueblo como parte de un auténtico federalismo y desalojar de "chilangos" a la gran capital que más temprano que tarde se hundirá o sucumbirá víctima de los terremotos que la asechan constantemente. Eso precisamente es lo que a la postre resultaría más caro en todos los sentidos. Se trata, pues, esencialmente, de un acto de humanidad, independientemente de lo económico.
Tampoco se trata de cambiar a todas las secretarías en un sexenio, pero podría comenzar el programa de descentralización poco a poco para ir viendo resultados sobre la marcha.
Pero siguiendo con el tema del famoso avión presidencial concebido por Calderón y consentido por Peña, hay que considerar que Andrés Manuel pretende también acabar con los "aviadores" que tanto merman el presupuesto y que mucho han dañado a nuestro país, incrustados como diputados y senadores, jueces, magistrados y ministros, así como altos funcionarios federales, estatales y municipales. La desaparición de esta enorme y letal "fuerza aérea" maligna, seguramente ahorrará muchos recursos que podrán encauzarse positivamente a otras áreas de necesidad.
Así pues, en este tema del avión presidencial, a continuación me permito proponer las siguientes opciones alternativas:
1).- Que el avión presidencial se conserve como museo de los desmanes más espectaculares que los expresidentes han cometido desde Guadalupe Victoria hasta nuestros días, para no olvidarnos de ellos y no cometer los mismos errores.
2).-Que se conserve para utilizarse en casos de emergencias y desastres, como transporte de ayuda a damnificados.
3).-Que se obsequie el avión al presidente Enrique Peña Nieto, para que el primero de diciembre próximo se traslade a algún país lo más alejado posible de México, con la condición de que nunca jamás regrese a probar el chorizo de Toluca.
4).-Que el avión se ofrezca en venta a Carlos Slim, nuestro millonario autóctono favorito, a un precio razonablemente justo para los mexicanos, aplicando el producto de la venta bajo el principio esencial de AMLO: "Primero los pobres".
Resumo:
Limpiemos todo el país de traidores y aviadores,
y de odiosos criticones, sin criterio ni razones,
que tratan de ensuciarlo todo, incluyendo sus calzones.
dalan16@hotmail.com *Doctor en Ciencias. Universidad de Guadalajara.
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