En este mes de septiembre festejamos tradicionalmente el aniversario de la Independencia de México, evocando el recuerdo de dos hombres, Hidalgo y Morelos, sacerdotes de oficio, que dieron la vida en aras de iniciar el proceso tendiente a liberar a México del yugo español.
Ambos llevaron a cabo, coordinadamente, dos pronunciamientos que sirvieron de base para iniciar dicho proceso. Miguel Hidalgo dictó en Guadalajara el Decreto para abolir la esclavitud el 6 de diciembre de 1810, esencialmente con los siguientes lineamientos: "1.-Abolición de la esclavitud otorgando a los dueños de esclavos un término de diez días para liberar a sus esclavos, so pena de muerte a quien trasgreda este artículo. 2.-Abolir los tributos y exacciones que pesaban sobre los indígenas y castas. 3.-Abolir el uso de "papel sellado" en negocios".
Morelos, por su parte, nos dejó sus "Sentimientos de la Nación", declarando, en esencia: "Que los estados mudan costumbres y por consiguiente la Patria no será del todo libre mientras no se reforme el gobierno, abatiendo al tiránico e igualmente echando fuera de nuestro suelo al enemigo. Que como la buena ley es superior a todo hombre, las que dicte el Congreso deben ser tales que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, de tal suerte que se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, alejando la ignorancia, la rapiña y el hurto".
Hoy podemos ver y constatar que muchos de estos postulados no se han cumplido a pesar de la supuesta consolidación de la Independencia en 1821, el Imperio de Agustín de Iturbide, la invasión de los gringos a mediados del siglo XIX, la invasión de los franceses en 1862, el Imperio de Maximiliano en 1863 y la dictadura de Porfirio Díaz de 1876 a 1911.
Madero fue nuestro presidente en 1911 y de ahí en adelante los revolucionarios se fueron matando unos a otros hasta que llegó Lázaro Cárdenas en 1934 a poner orden, propiciando que con el general Manuel Ávila Camacho se acabara el período de los presidentes militares para dar paso a los civiles con Miguel Alemán en 1946, abogado de profesión.
Con los civiles en la presidencia hasta llegar a la época actual con Enrique Peña Nieto, la corrupción ha sido el eje que ha movido la estructura del poder a través de un partido político que inició hace casi un siglo enarbolando la bandera de la democracia y la justicia social que aún desconocemos.
En todo este proceso, desde 1810 hasta la fecha, nuestros vecinos gringos han intervenido de varias maneras para propiciar que a través de tanto tiempo transcurrido todavía no logremos nuestra auténtica y verdadera independencia, pues siempre se las han ingeniado para llevarse nuestras riquezas, esclavizando a los braceros mexicanos, interviniendo en el nombramiento de nuestros presidentes e involucrándonos en su sistema económico y político a su conveniencia, siempre considerándonos como su patio trasero, con simulaciones e hipocresía, y la novedad, para colmo de la infamia que ahora pretenden la construcción de un muro pagado por nosotros. ¡Sí Chuy y tus calzonsotes!
Donald Trump, el actual presidente vecino, vino a terminar con la simulación de los presidentes que le precedieron, para mostrar la cara real del gobierno de EUA hacia México en toda nuestra historia, hablando claro, actuando sin tapujos y poniendo en evidencia a nuestro presidente Enrique Peña Nieto como prototipo de corrupción y falta de valores para defender nuestro país.
Esa es la auténtica historia de la supuesta independencia que no hemos logrado y que paradójicamente celebramos cada septiembre de todos los años, cuando rendimos culto a los sacerdotes que idealizaron la Independencia de México y que después de más de dos siglos no hemos sabido hacerla realidad.
Resumo: ¡Vivan Hidalgo, Morelos y todos los héroes que lucharon por darnos Patria, libertad e Independencia!, ¡Y que vivan también los anhelos de las nuevas generaciones de mexicanos por lograr, al fin, la verdadera independencia de México!
*Doctor en Ciencias. Universidad de Guadalajara.
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