/ lunes 20 de julio de 2020

No bajemos la guardia

Desde que el SARS-CoV-2 llegó a México, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell lo adelantó: “será una epidemia larga”; hoy estamos a punto de cumplir los 5 meses desde el primer contagio, rondando los 350 mil casos acumulados, con más de 40 mil muertos y sin un claro rumbo de cuándo terminará la crisis sanitaria en nuestro país.

Lo he dicho en este mismo espacio desde entonces, comparar estrategias, cuidar más las cifras que las propias vidas de las personas y convertir una situación de riesgo nacional en contiendas personales y políticas no es la vía. Podemos no estar completamente de acuerdo con las decisiones del gobierno federal para enfrentar la pandemia, juzgar si fueron tardías, si no siguen una estrategia integral y hasta sentenciar si nos “están mintiendo”, pero si todo eso se hace sin sustento, solo continúa abonando a la desinformación, al incumplimiento de las reglas de sana distancia, de aislamiento social y de la “nueva normalidad”.

No podemos asegurar que los gobiernos de Morena, incluido el federal, lo hicieron mejor que los del PAN o el de MC aquí en Jalisco, o viceversa, pero de algo estoy seguro, nadie ha tomado decisiones en función de buscar más muertes. Soy partidario de pensar que las personas actuamos y tomamos decisiones con la información, alcances y limitaciones que tenemos a nuestro alcance, esto incluye cualquier tipo de recurso: económico, humano, de conocimiento y habilidades, etc., y ante algo tan incierto como un nuevo virus las decisiones pueden no ser tan acertadas conforme al avance de éste.

Lo que hoy nos toca como ciudadanía es ser responsables, es, independientemente de si somos adeptos del partido rojo, azul, verde o naranja, actuar en congruencia con lo que exigimos. Si queremos menos muertes y contagios depende de un trabajo conjunto, entre las estrategias de los gobiernos, las medidas sanitarias que se han implementado en todo el mundo y el respeto y responsabilidad de nosotros para asumir el sentido común sin esperar a que cualquier autoridad lo exija.

No sabemos cuando va a terminar esta pandemia y mientras no exista una vacuna probada y aprobada esto puede prolongarse años, como el resto de las pandemias a lo largo de la historia lo demuestra. Después de estos cinco meses creo que todas las autoridades hemos demostrado querer lo mejor para todas y todos, el sistema de salud ha resistido la curva más pronunciada, pero bajar la guardia -como lo estamos haciendo- podría revertir el descenso. Sí, la reactivación económica es necesaria, sí, reabrir los negocios en las ciudades es fundamental para miles de familias, pero asistamos y usemos los servicios con responsabilidad, obedeciendo las normas y, sobre todo, cuidándonos en lo individual para cuidarnos en lo colectivo.

Desde que el SARS-CoV-2 llegó a México, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell lo adelantó: “será una epidemia larga”; hoy estamos a punto de cumplir los 5 meses desde el primer contagio, rondando los 350 mil casos acumulados, con más de 40 mil muertos y sin un claro rumbo de cuándo terminará la crisis sanitaria en nuestro país.

Lo he dicho en este mismo espacio desde entonces, comparar estrategias, cuidar más las cifras que las propias vidas de las personas y convertir una situación de riesgo nacional en contiendas personales y políticas no es la vía. Podemos no estar completamente de acuerdo con las decisiones del gobierno federal para enfrentar la pandemia, juzgar si fueron tardías, si no siguen una estrategia integral y hasta sentenciar si nos “están mintiendo”, pero si todo eso se hace sin sustento, solo continúa abonando a la desinformación, al incumplimiento de las reglas de sana distancia, de aislamiento social y de la “nueva normalidad”.

No podemos asegurar que los gobiernos de Morena, incluido el federal, lo hicieron mejor que los del PAN o el de MC aquí en Jalisco, o viceversa, pero de algo estoy seguro, nadie ha tomado decisiones en función de buscar más muertes. Soy partidario de pensar que las personas actuamos y tomamos decisiones con la información, alcances y limitaciones que tenemos a nuestro alcance, esto incluye cualquier tipo de recurso: económico, humano, de conocimiento y habilidades, etc., y ante algo tan incierto como un nuevo virus las decisiones pueden no ser tan acertadas conforme al avance de éste.

Lo que hoy nos toca como ciudadanía es ser responsables, es, independientemente de si somos adeptos del partido rojo, azul, verde o naranja, actuar en congruencia con lo que exigimos. Si queremos menos muertes y contagios depende de un trabajo conjunto, entre las estrategias de los gobiernos, las medidas sanitarias que se han implementado en todo el mundo y el respeto y responsabilidad de nosotros para asumir el sentido común sin esperar a que cualquier autoridad lo exija.

No sabemos cuando va a terminar esta pandemia y mientras no exista una vacuna probada y aprobada esto puede prolongarse años, como el resto de las pandemias a lo largo de la historia lo demuestra. Después de estos cinco meses creo que todas las autoridades hemos demostrado querer lo mejor para todas y todos, el sistema de salud ha resistido la curva más pronunciada, pero bajar la guardia -como lo estamos haciendo- podría revertir el descenso. Sí, la reactivación económica es necesaria, sí, reabrir los negocios en las ciudades es fundamental para miles de familias, pero asistamos y usemos los servicios con responsabilidad, obedeciendo las normas y, sobre todo, cuidándonos en lo individual para cuidarnos en lo colectivo.