/ miércoles 18 de enero de 2023

Los Hechos | La Lucha Eterna entre el Sexo y el Amor


Sin importar el paso del tiempo y la supuesta evolución de la raza humana, el sexo y el amor siguen protagonizando uno de los enfrentamientos básicos dentro de lo que conocemos como la Dialéctica Histórica.

Resulta pues interesante advertir que modas van y modas vienen, la ciencia avanza y la filosofía supuestamente también. Pero los hombres y las mujeres continúan enfrascados entre estas dos vertientes que confunden a gran número de congéneres y siguen siendo motivo de enredos y profundas desavenencias, muchas de las cuales desgraciadamente terminan en el drama y en la tragedia.

¿Qué es el Amor? Pues de acuerdo con lo predicado por el mayor exponente del tema en le historia de la humanidad Jesús el Nazareno, el Amor es la piedad, el cariño, la compasión y el respeto por nuestros semejantes; la ausencia de odio y de agresión; la paz y la convivencia; el destierro de la avaricia, la violencia y la ambición.

¿Y qué es el Sexo? Pues la atracción física, erótica, de una persona hacia la otra; el deseo de acariciar y de copular. El instinto básico para la reproducción de los seres vivientes.

Resulta entonces que en principio, pero también a fin de cuentas, el Sexo nada tendría que ver con el Amor. Aunque la idea sería que se pudieran complementar.

El Sexo es una característica del Hombre cono animal. Es instinto y también es emotividad. El amor es algo intelectual, racional, pero igualmente es una cuestión de emotividad.

Ambas cosas deberían coexistir con mayor armonía, pensando en que la Humanidad podría redimirse. Pero lo que pasa es lo contrario, pues debido a la confusión existente y a la falta de imperio del raciocinio, el sexo suele dar al traste con el amor. El diablo dondequiera mete su cola.

Una pareja invadida por el amor vive felizmente hasta que la fuerza desmedida y descontrolada del sexo da al traste con esa unidad. Las relaciones extramaritales son cosa archi conocidas.

Están igualmente las violaciones, que convierten al agresor en criminal y al agredido o la agredida, en víctimas y en personas afectadas tal vez de por vida.

El amor por el contrario, es la fuente de todo lo bueno que podemos imaginar y que podemos hacer.

La dialéctica a veces es cruel, porque hay ocasiones y hasta temporadas, que se inclina más hacia el lado de lo malo que de lo bueno.

Por lo que pensando en ello, no estaría de más una toma de conciencia para establecer y respetar reglas que vean por el imperio del amor, que a todos conviene; y por el control del sexo, que tiene mucho de bueno, pero que debe ser inteligentemente administrado.

La dialéctica no tiene fin. Pero se vale intentar su manejo.


Sin importar el paso del tiempo y la supuesta evolución de la raza humana, el sexo y el amor siguen protagonizando uno de los enfrentamientos básicos dentro de lo que conocemos como la Dialéctica Histórica.

Resulta pues interesante advertir que modas van y modas vienen, la ciencia avanza y la filosofía supuestamente también. Pero los hombres y las mujeres continúan enfrascados entre estas dos vertientes que confunden a gran número de congéneres y siguen siendo motivo de enredos y profundas desavenencias, muchas de las cuales desgraciadamente terminan en el drama y en la tragedia.

¿Qué es el Amor? Pues de acuerdo con lo predicado por el mayor exponente del tema en le historia de la humanidad Jesús el Nazareno, el Amor es la piedad, el cariño, la compasión y el respeto por nuestros semejantes; la ausencia de odio y de agresión; la paz y la convivencia; el destierro de la avaricia, la violencia y la ambición.

¿Y qué es el Sexo? Pues la atracción física, erótica, de una persona hacia la otra; el deseo de acariciar y de copular. El instinto básico para la reproducción de los seres vivientes.

Resulta entonces que en principio, pero también a fin de cuentas, el Sexo nada tendría que ver con el Amor. Aunque la idea sería que se pudieran complementar.

El Sexo es una característica del Hombre cono animal. Es instinto y también es emotividad. El amor es algo intelectual, racional, pero igualmente es una cuestión de emotividad.

Ambas cosas deberían coexistir con mayor armonía, pensando en que la Humanidad podría redimirse. Pero lo que pasa es lo contrario, pues debido a la confusión existente y a la falta de imperio del raciocinio, el sexo suele dar al traste con el amor. El diablo dondequiera mete su cola.

Una pareja invadida por el amor vive felizmente hasta que la fuerza desmedida y descontrolada del sexo da al traste con esa unidad. Las relaciones extramaritales son cosa archi conocidas.

Están igualmente las violaciones, que convierten al agresor en criminal y al agredido o la agredida, en víctimas y en personas afectadas tal vez de por vida.

El amor por el contrario, es la fuente de todo lo bueno que podemos imaginar y que podemos hacer.

La dialéctica a veces es cruel, porque hay ocasiones y hasta temporadas, que se inclina más hacia el lado de lo malo que de lo bueno.

Por lo que pensando en ello, no estaría de más una toma de conciencia para establecer y respetar reglas que vean por el imperio del amor, que a todos conviene; y por el control del sexo, que tiene mucho de bueno, pero que debe ser inteligentemente administrado.

La dialéctica no tiene fin. Pero se vale intentar su manejo.