Cada año, decenas de funcionarixs rinden cuentas de las responsabilidades que tienen a su cargo, algunas veces el cambio es tan evidente que marca un antes y un después, una huella tan fuerte que aún después de su gestión, continúa dando frutos. Para ser rector de un centro universitario se requiere mucho liderazgo; cada uno tendrá un sello personal, una forma de trabaja, sus resultados. Hoy quiero dedicar unas líneas para hablar de la líder que transformó CUCEI y tantos otros espacios de la Universidad de Guadalajara, se trata de la Dra. Ruth Padilla.
Hace unos días, durante el informe de Ruth Padilla, era evidente el gran respeto que le tenemos todos los que hemos tenido la dicha de conocerla y ser testigos de su trabajo en la UdeG, su trayectoria es extraordinaria. Hace unas cuantas décadas, cuando los puestos directivos de la universidad se batían entre un mundo de hombres, cuando aún no se atendían los temas de género, cuando imperaba una terrible desigualdad, destacó una mujer que llegó a abrirles el paso a tantas otras. Ruth Padilla fue la primer directora de la Preparatoria Tonalá, siendo la primer mujer en ocupar la dirección de una preparatoria de la UdeG. Fue también la primer directora del SEMS y posteriormente rectora de CUAltos, CUTonalá y CUCEI.
Con un enorme talento en el arte de las palabras y con un carácter que lograba templar las discusiones, hizo valer el lema de la universidad: piensa y trabaja. Quisiera destacar un fragmento del discurso del informe de Ruth Padilla: “Si me preguntaran cuál es logro más importante de mi gestión diría, sin temor a equivocarme, que es el cambio cultural que se ha vivido en el centro universitario con relación a la equidad de género, la erradicación de la violencia y la cultura de paz. Espero que nunca más haya en CUCEI una mujer hostigada, acosada o violentada”. Durante su gestión logró transformar un espacio que arrastraba años de comportamientos que violentaban a las mujeres, puso fin al “buitreo” por mencionar un ejemplo.
Las mujeres que hace años estudiaron en CUCEI, como el caso de mi hermana Ingeniera Biomédica, vivieron en carne propia cómo los hombres las incomodaban en los pasillos, las hostigaban, las acosaban, les gritaban. Ruth consciente de la violencia historica que padecían las mujeres en dicho centro universitario y desafortunadamente normalizadas, desde los primeros días de su gestión cuestionó públicamente a los agresores, aplico la cero tolerancia. Debido a su determinación y compromiso, todos se enteraron de que en CUCEI había llegado una rectora que donde pone el pie, el lugar se transforma y así fue. No fue sencillo, pero ella ya tenía la experiencia de trabajar y dirigir en medio de tantos hombres.
Como rectora implementó una serie de políticas públicas, brigadas de paz dentro y fuera de CUCEI, apoyo psicológico integral, además de actividades culturales. Gracias a sus acciones, CUCEI es hoy un espacio menos violento y eso precisamente ha permitido que crezca el liderazgo de más mujeres estudiantes, para muestra de ello hay que destacar que hoy las tres sociedades de alumnos de ese centro son precididas por mujeres. El caso de CUCEI es un ejemplo de que la ciencia NO tiene género, que cualquier comunidad puede cambiar en positivo, solo falta voluntad.
En unas semanas terminará la gestión de la doctora al frente de CUCEI, cumpliendo a cabalidad la máxima de dejar un espacio igual o mejor que como te lo entregaron. La generación actual y las próximas podrán disfrutar un CUCEI menos violento, vivirán en carne propia una conquista histórica. Evidentemente el caso de CUCEI debe ser replicado en nuestro país, para tratar la violencia se requiere voluntad política, organización estratégica y un fuerte compromiso reflejado en tiempo y presupuesto. La universidad ha demostrado que el cambio es posible, como decía Sócrates: “El secreto del cambio es enfocar toda tu Energía, no en luchar contra lo viejo, sino en construir lo nuevo”.
* Presidente de la FEU
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