/ lunes 9 de mayo de 2022

Dignificar la educación y abrir oportunidades para la comunidad sorda

Hay historias de vida que inspiran, motivan y ponen la muestra de que vivir con mejores condiciones, vivir con mayor igualdad y justicia es posible. En la pasada FIL tuve la oportunidad de escuchar a Graciela Rascón, la primera sorda de México en estudiar nivel superior. Su libro es sorprendente, en él describe el apoyo incondicional que recibió de su familia, particularmente de su abuela, que la acompañó para que pudiera desarrollar más habilidades, le enseñó a pronunciar y gesticular cada palabra, y a pesar de que no pudiera escucharse a sí misma lo consiguió, con mucho coraje logró hablar y leer español. No fue el Estado, fue su familia quien hizo la diferencia.

Invisibilizados por el gobierno desde la educación básica, hay casos como el de mi compañero Pedro de San Juan y la comunidad sorda de la Prepa 7 que llegan a preparatoria sin dominar la Lengua de Señas Mexicana, y con grandes deficiencias para leer y escribir en español, pues en la primaria y secundaria el sistema les acreditó las materias sin realmente preocuparse por atenderlos dignamente y transmitirles de manera adecuada los conocimientos. Porque no tuvieron la oportunidad de tener una familia como la de Graciela, ni los recursos económicos para pagar un intérprete o una escuela adecuada a sus necesidades. Cuando no hay inclusión se ensanchan las terribles desigualdades.

Las grandes transformaciones inician con un cambio, por ello me llena de alegría escuchar y aprovecho para agradecer al rector general de la UdeG, el Dr. Ricardo Villanueva Lomelí, quien el pasado viernes decidió aceptar la propuesta que la FEU realizó el año pasado en el CGU, la cual busca garantizar que un estudiante sordo tenga las mismas condiciones para estudiar la preparatoria y licenciatura como cualquier otro alumno en Jalisco. La deuda con la comunidad sorda es profunda, privar a las y los sordos de la educación superior los limita a poder mejorar su calidad de vida.

El reto no es menor, en primer término es necesario construir un consenso para armonizar un estándar en la Lengua de Señas Mexicana, ya que no está homologada; en segundo término hace falta formar intérpretes de LSM, que además de hablarla, tengan la habilidad docente para acompañar a los sordos en formación, no es cosa menor pero cuando sea una realidad esto cambiará cientos si no es que miles de vidas alrededor del estado de Jalisco, no solo impactará para mejorar la vida y desarrollo de los sordos, sino también de sus familias. Cabe destacar que la Universidad de Guadalajara pondrá el ejemplo a nivel nacional de lo que en esencia es la razón de ser de las universidades, pensar y trabajar para resolver los grandes retos que enfrenta el país. Acabar con las desigualdades es un reto silencioso pero que carcome la vida de muchas personas.

¿Quién más sino la Universidad de Guadalajara? Quien es ejemplo a nivel nacional gracias a su red universitaria que lleva la educación superior a los rincones del estado de Jalisco y a quienes menos tienen. Ahora es turno de demostrar que también podemos garantizar y brindar educación digna y de acuerdo a sus necesidades a la comunidad sorda.

Estas decisiones que significan cambios enormes, son la razón por la que estoy orgulloso de pertenecer a la UdeG, y si bien, como presidente de la FEU no podré ver graduada a la primera generación de intérpretes de LSM formados en la UdeG, si podré tener la certeza que la FEU fuimos un instrumento útil para ayudar a dignificar la educación y apoyar a la comunidad sorda, eso es parte del ADN de nuestra organización, defender los derechos de las y los estudiantes.

* Presidente de la FEU

Twitter. @JavierArmentaMX

Hay historias de vida que inspiran, motivan y ponen la muestra de que vivir con mejores condiciones, vivir con mayor igualdad y justicia es posible. En la pasada FIL tuve la oportunidad de escuchar a Graciela Rascón, la primera sorda de México en estudiar nivel superior. Su libro es sorprendente, en él describe el apoyo incondicional que recibió de su familia, particularmente de su abuela, que la acompañó para que pudiera desarrollar más habilidades, le enseñó a pronunciar y gesticular cada palabra, y a pesar de que no pudiera escucharse a sí misma lo consiguió, con mucho coraje logró hablar y leer español. No fue el Estado, fue su familia quien hizo la diferencia.

Invisibilizados por el gobierno desde la educación básica, hay casos como el de mi compañero Pedro de San Juan y la comunidad sorda de la Prepa 7 que llegan a preparatoria sin dominar la Lengua de Señas Mexicana, y con grandes deficiencias para leer y escribir en español, pues en la primaria y secundaria el sistema les acreditó las materias sin realmente preocuparse por atenderlos dignamente y transmitirles de manera adecuada los conocimientos. Porque no tuvieron la oportunidad de tener una familia como la de Graciela, ni los recursos económicos para pagar un intérprete o una escuela adecuada a sus necesidades. Cuando no hay inclusión se ensanchan las terribles desigualdades.

Las grandes transformaciones inician con un cambio, por ello me llena de alegría escuchar y aprovecho para agradecer al rector general de la UdeG, el Dr. Ricardo Villanueva Lomelí, quien el pasado viernes decidió aceptar la propuesta que la FEU realizó el año pasado en el CGU, la cual busca garantizar que un estudiante sordo tenga las mismas condiciones para estudiar la preparatoria y licenciatura como cualquier otro alumno en Jalisco. La deuda con la comunidad sorda es profunda, privar a las y los sordos de la educación superior los limita a poder mejorar su calidad de vida.

El reto no es menor, en primer término es necesario construir un consenso para armonizar un estándar en la Lengua de Señas Mexicana, ya que no está homologada; en segundo término hace falta formar intérpretes de LSM, que además de hablarla, tengan la habilidad docente para acompañar a los sordos en formación, no es cosa menor pero cuando sea una realidad esto cambiará cientos si no es que miles de vidas alrededor del estado de Jalisco, no solo impactará para mejorar la vida y desarrollo de los sordos, sino también de sus familias. Cabe destacar que la Universidad de Guadalajara pondrá el ejemplo a nivel nacional de lo que en esencia es la razón de ser de las universidades, pensar y trabajar para resolver los grandes retos que enfrenta el país. Acabar con las desigualdades es un reto silencioso pero que carcome la vida de muchas personas.

¿Quién más sino la Universidad de Guadalajara? Quien es ejemplo a nivel nacional gracias a su red universitaria que lleva la educación superior a los rincones del estado de Jalisco y a quienes menos tienen. Ahora es turno de demostrar que también podemos garantizar y brindar educación digna y de acuerdo a sus necesidades a la comunidad sorda.

Estas decisiones que significan cambios enormes, son la razón por la que estoy orgulloso de pertenecer a la UdeG, y si bien, como presidente de la FEU no podré ver graduada a la primera generación de intérpretes de LSM formados en la UdeG, si podré tener la certeza que la FEU fuimos un instrumento útil para ayudar a dignificar la educación y apoyar a la comunidad sorda, eso es parte del ADN de nuestra organización, defender los derechos de las y los estudiantes.

* Presidente de la FEU

Twitter. @JavierArmentaMX