/ lunes 8 de mayo de 2023

Sistema Nacional de Cuidados: Tiempo para las mujeres


Las mujeres dedicamos el triple del tiempo al tema de cuidado en México, una situación que vivimos día a día todas las mujeres en el país; pero ¿qué es lo que pedimos para que esta brecha que nos pone en desventaja en muchos ámbitos de nuestra sociedad es?

Autonomía económica, las mujeres queremos trabajar, ganar dinero, tener seguridad social, estar en el mercado laboral, ya que nuestro país es el que tiene menor inclusión de las mujeres en el mercado del trabajo. Pero para poder llegar a eso, tenemos que “sacrificar” nuestras otras “obligaciones” esto para que nuestras niñas y niños, nuestros adultos mayores, personas con discapacidad, personas enfermas etc., estén bien cuidado y seguros. El cuidado es una corresponsabilidad y es un trabajo que nos toca a todas y todos, lo cual no es exclusivo para las mujeres, que por mucho tiempo nos lo han hecho creer.

A nivel nacional se esta trabajando para que este sistema de cuidados sea una verdadera realidad para las miles de mujeres que viven en esa desventaja, ya que además de ser su “obligación” no es remunerado.

Cuando hablamos del sistema de cuidados, hablamos de una verdadera corresponsabilidad dentro de las familias, por que no es un tema insisto exclusivo de las mujeres; es un tema de las familias, del sector privado y con dirección del sector público o de gobierno.

En una realidad utópica, las tareas de cuidados se reparten de manera igualitaria entre hombres y mujeres; se brindan cuidados apropiados enfocados en las diversas necesidades de las personas; se cuida colectivamente –es decir, la sociedad, el sector público y el sector privado se involucran en el cuidado– y los derechos de los cuidadores y cuidadoras están garantizados.

Es por eso que este sistema de cuidados se debe ser encaminado hacia el reconocimiento de lo que ya hacemos en lo privado y que nos permita trabajar con el objetivo de una independencia económica que nos brinde libertad y sobre todo tiempo para poder realizar otras tareas que precisamente no son tareas de cuidados, las mujeres lo que queremos es tiempo para también poder desarrollar nuestras capacidades, aptitudes y habilidades en otros ámbitos de nuestra sociedad, desde el sector público ocupando espacios de representación, o en el sector privado ocupando puestos de alto rango y decisión.

En países como México, la creación de un Sistema Nacional de Cuidados representaría un impacto positivo en el cierre de brechas sociales y de género. Y, además, aportaría al mercado laboral y la movilidad social de la población.

Y aunque las realidades de las mujeres mexicanas son diversas, lo cierto es que como grupo poblacional, compartimos una sola: la sobrecarga laboral de trabajo en casa –cuidados y quehaceres– afecta significativamente nuestro papel en el mercado laboral. Además, al tener tanto tiempo ocupado a este trabajo sin paga y los trabajos que sí son remunerados, las mujeres nos quedamos sin tiempo para el ocio y el desarrollo cultural, educativo o profesional.

Repensar, replantear y reorganizar el trabajo de los cuidados implica transformar estas realidades.


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Facebook Liliana Olea Frías

Instagram @lilioleafrias

Twitter @LiliOleaFrias


Las mujeres dedicamos el triple del tiempo al tema de cuidado en México, una situación que vivimos día a día todas las mujeres en el país; pero ¿qué es lo que pedimos para que esta brecha que nos pone en desventaja en muchos ámbitos de nuestra sociedad es?

Autonomía económica, las mujeres queremos trabajar, ganar dinero, tener seguridad social, estar en el mercado laboral, ya que nuestro país es el que tiene menor inclusión de las mujeres en el mercado del trabajo. Pero para poder llegar a eso, tenemos que “sacrificar” nuestras otras “obligaciones” esto para que nuestras niñas y niños, nuestros adultos mayores, personas con discapacidad, personas enfermas etc., estén bien cuidado y seguros. El cuidado es una corresponsabilidad y es un trabajo que nos toca a todas y todos, lo cual no es exclusivo para las mujeres, que por mucho tiempo nos lo han hecho creer.

A nivel nacional se esta trabajando para que este sistema de cuidados sea una verdadera realidad para las miles de mujeres que viven en esa desventaja, ya que además de ser su “obligación” no es remunerado.

Cuando hablamos del sistema de cuidados, hablamos de una verdadera corresponsabilidad dentro de las familias, por que no es un tema insisto exclusivo de las mujeres; es un tema de las familias, del sector privado y con dirección del sector público o de gobierno.

En una realidad utópica, las tareas de cuidados se reparten de manera igualitaria entre hombres y mujeres; se brindan cuidados apropiados enfocados en las diversas necesidades de las personas; se cuida colectivamente –es decir, la sociedad, el sector público y el sector privado se involucran en el cuidado– y los derechos de los cuidadores y cuidadoras están garantizados.

Es por eso que este sistema de cuidados se debe ser encaminado hacia el reconocimiento de lo que ya hacemos en lo privado y que nos permita trabajar con el objetivo de una independencia económica que nos brinde libertad y sobre todo tiempo para poder realizar otras tareas que precisamente no son tareas de cuidados, las mujeres lo que queremos es tiempo para también poder desarrollar nuestras capacidades, aptitudes y habilidades en otros ámbitos de nuestra sociedad, desde el sector público ocupando espacios de representación, o en el sector privado ocupando puestos de alto rango y decisión.

En países como México, la creación de un Sistema Nacional de Cuidados representaría un impacto positivo en el cierre de brechas sociales y de género. Y, además, aportaría al mercado laboral y la movilidad social de la población.

Y aunque las realidades de las mujeres mexicanas son diversas, lo cierto es que como grupo poblacional, compartimos una sola: la sobrecarga laboral de trabajo en casa –cuidados y quehaceres– afecta significativamente nuestro papel en el mercado laboral. Además, al tener tanto tiempo ocupado a este trabajo sin paga y los trabajos que sí son remunerados, las mujeres nos quedamos sin tiempo para el ocio y el desarrollo cultural, educativo o profesional.

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