/ jueves 6 de julio de 2023

La reforma contra las mujeres

La reforma electoral aprobada por Enrique Alfaro y “mayoriteada” por su aliado el PRIAN es un golpe más contra los derechos políticos de todas y todos en Jalisco. Esta reforma, que en resumen, bajo la máscara de una “mayor representación” condena a las militantes de los partidos tradicionales a ser candidatas en municipios que no pueden ganar y abre la puerta a las cúpulas partidistas para asignar las candidaturas a dedo, representa un retroceso en la lucha por los derechos políticos de las mujeres. Resulta lamentable que, una vez más, se ponga en riesgo un derecho universal en aras de intereses políticos y estrategias para hacer un triste intento de repartir candidaturas entre cuates… candidaturas que no van a ganar porque el pueblo ya se hartó de este desgobierno naranja y de sus secuaces.

En primer lugar, es preocupante que la reforma tenga candados para evitar candidaturas femeninas en los municipios más poblados. Aunque se plantea la formación de bloques de candidatas en los 20 municipios de mayor población, esto se basa en criterios arbitrarios basados en quién ganó las elecciones anteriores, algo que a todas luces es injusto y discriminatorio porque este no debe ser el factor determinante para la participación en la política, sino la voluntad de representar al pueblo.

Además, la propuesta plantea la posibilidad de que estos bloques de candidatas estén compuestos de manera desigual, con tan solo dos mujeres y ocho hombres. Esto deja de lado la equidad y la justicia que tanto cacarean los promotores de esta reforma, y convierte al sistema electoral en una víctima de viles manipulaciones que van a darle en la torre a los principios de igualdad; y por si fuera poco, tampoco las candidaturas a los distritos, lo cual representa una omisión preocupante que limita la presencia femenina en el Congreso del Estado. Sin embargo, esta reforma muestra una clara indiferencia hacia este aspecto crucial de la representación política.

Lo que es más que evidente es que Enrique Alfaro ya sacó el cobre y dejó clara su falta de compromiso con las mujeres de Jalisco. Sus acciones contradicen sus discursos de igualdad y equidad, y parecen indicar que utiliza a estas palabras, y, peor tantito, a las militantes y simpatizantes de su partido, para obtener beneficios políticos, sin importar el impacto negativo que esto tiene en quienes luchan por tener una voz en la política.

No podemos permitir que se les niegue la oportunidad de liderar municipios y distritos importantes debido a criterios discriminatorios y opacos, y es por eso que, desde una Cuarta Transformación inclusiva y que sabe de la importancia de todas las manos y todas las voces, exigimos que, en Jalisco, el derecho electoral garantice que todas y todos podamos ser votados, sin manipulaciones ni discriminación.

Es necesario recordar que la presencia de las mujeres en la política no solo es una cuestión de justicia, sino también de eficacia y representatividad. Ellas

aportan perspectivas únicas y enriquecedoras a la toma de decisiones, y su liderazgo es fundamental para construir una sociedad más justa e inclusiva.

Desde MORENA, no permitiremos que se den pasos atrás en esta lucha que es de todas y todos los jaliscienses, porque donde le quitan derechos a unas se abre la puerta para que todas y todos seamos vulnerables en nuestras garantías individuales. Es por eso que, reitero, si es necesario vamos a ir al Tribunal Electoral para impugnar esta burda “reforma de ley” y lograr que el sistema político jalisciense siga garantizando la igualdad de oportunidades para todas las personas, sin importar su género, y la representatividad de las mujeres como una herramienta valiosa en el Jalisco del presente y del futuro.

Es hora de tener un Gobierno en Jalisco que escuche a todas las voces, sin excepción ponga fin a estas políticas discriminatorias. No queremos simulaciones ni medias tintas. Queremos un cambio real que permita a las mujeres acceder a cargos de liderazgo y tener una representación equitativa en la toma de decisiones. Así es que, lo que nos quiten a la fuerza, lo ganaremos con la razón y en el corazón.

Redes sociales: @DrCarlosLomeliB

La reforma electoral aprobada por Enrique Alfaro y “mayoriteada” por su aliado el PRIAN es un golpe más contra los derechos políticos de todas y todos en Jalisco. Esta reforma, que en resumen, bajo la máscara de una “mayor representación” condena a las militantes de los partidos tradicionales a ser candidatas en municipios que no pueden ganar y abre la puerta a las cúpulas partidistas para asignar las candidaturas a dedo, representa un retroceso en la lucha por los derechos políticos de las mujeres. Resulta lamentable que, una vez más, se ponga en riesgo un derecho universal en aras de intereses políticos y estrategias para hacer un triste intento de repartir candidaturas entre cuates… candidaturas que no van a ganar porque el pueblo ya se hartó de este desgobierno naranja y de sus secuaces.

En primer lugar, es preocupante que la reforma tenga candados para evitar candidaturas femeninas en los municipios más poblados. Aunque se plantea la formación de bloques de candidatas en los 20 municipios de mayor población, esto se basa en criterios arbitrarios basados en quién ganó las elecciones anteriores, algo que a todas luces es injusto y discriminatorio porque este no debe ser el factor determinante para la participación en la política, sino la voluntad de representar al pueblo.

Además, la propuesta plantea la posibilidad de que estos bloques de candidatas estén compuestos de manera desigual, con tan solo dos mujeres y ocho hombres. Esto deja de lado la equidad y la justicia que tanto cacarean los promotores de esta reforma, y convierte al sistema electoral en una víctima de viles manipulaciones que van a darle en la torre a los principios de igualdad; y por si fuera poco, tampoco las candidaturas a los distritos, lo cual representa una omisión preocupante que limita la presencia femenina en el Congreso del Estado. Sin embargo, esta reforma muestra una clara indiferencia hacia este aspecto crucial de la representación política.

Lo que es más que evidente es que Enrique Alfaro ya sacó el cobre y dejó clara su falta de compromiso con las mujeres de Jalisco. Sus acciones contradicen sus discursos de igualdad y equidad, y parecen indicar que utiliza a estas palabras, y, peor tantito, a las militantes y simpatizantes de su partido, para obtener beneficios políticos, sin importar el impacto negativo que esto tiene en quienes luchan por tener una voz en la política.

No podemos permitir que se les niegue la oportunidad de liderar municipios y distritos importantes debido a criterios discriminatorios y opacos, y es por eso que, desde una Cuarta Transformación inclusiva y que sabe de la importancia de todas las manos y todas las voces, exigimos que, en Jalisco, el derecho electoral garantice que todas y todos podamos ser votados, sin manipulaciones ni discriminación.

Es necesario recordar que la presencia de las mujeres en la política no solo es una cuestión de justicia, sino también de eficacia y representatividad. Ellas

aportan perspectivas únicas y enriquecedoras a la toma de decisiones, y su liderazgo es fundamental para construir una sociedad más justa e inclusiva.

Desde MORENA, no permitiremos que se den pasos atrás en esta lucha que es de todas y todos los jaliscienses, porque donde le quitan derechos a unas se abre la puerta para que todas y todos seamos vulnerables en nuestras garantías individuales. Es por eso que, reitero, si es necesario vamos a ir al Tribunal Electoral para impugnar esta burda “reforma de ley” y lograr que el sistema político jalisciense siga garantizando la igualdad de oportunidades para todas las personas, sin importar su género, y la representatividad de las mujeres como una herramienta valiosa en el Jalisco del presente y del futuro.

Es hora de tener un Gobierno en Jalisco que escuche a todas las voces, sin excepción ponga fin a estas políticas discriminatorias. No queremos simulaciones ni medias tintas. Queremos un cambio real que permita a las mujeres acceder a cargos de liderazgo y tener una representación equitativa en la toma de decisiones. Así es que, lo que nos quiten a la fuerza, lo ganaremos con la razón y en el corazón.

Redes sociales: @DrCarlosLomeliB