/ miércoles 7 de septiembre de 2022

“Hablemos de Paz”

La madre Teresa de Calcuta ganadora del Premio Nobel de la Paz decía que “La Paz y la guerra empiezan en el hogar, que si de verdad queremos que haya paz en el mundo empecemos por amarnos unos a otros en el seno de nuestras propias familias” una afirmación que reitera que la familia es la célula de la sociedad y que si las células metafóricamente hablando están contaminadas con el cáncer de la violencia, difícilmente conseguiremos construir La Paz social.

Por otro lado, etimológicamente hablando La Paz es tranquilidad y en ausencia de ésta encontramos la violencia, el dolor y la guerra. Situaciones que desafortunadamente en el mundo se han normalizado y lastimosamente también nos estamos acostumbrando a los distintos tipos de violencia desde la intrafamiliar hasta las guerras entre países para muestra la guerra por la invasión Rusa a Ucrania.

Hablar de Paz pareciera que es sólo tema de conversación cuando se trata de las guerras entre países, sin embargo, la cultura de la Paz es un tema que debe tratarse desde lo micro, es decir debe observarse desde la tranquilidad que debiera existir en las familias, en los barrios y en los entornos escolares, laborales y de ciudad, donde se garantice por el Estado el respeto de los derechos humanos.

Si bien es cierto que la familia es el núcleo de la sociedad, en las ciudades de manera colaborativa deberíamos trabajar conjuntamente gobierno y ciudadanía para construir ciudades de Paz entre todos, tal cual lo expresa atinadamente mi amigo Odino Faccia candidato a Premio Nobel de la Paz 2022; “La paz es un proceso dinámico, colectivo, participativo, evolutivo en el que se promueve el diálogo y la gestión de los conflictos con espíritu de entendimiento y cooperación mutua”

Todas y todos tenemos la gran responsabilidad de promover el diálogo ante cualquier diferencia por mínima que sea, dejando de lado los sentimientos de ego, resentimiento y de poder, cuántas veces nos hemos enterado de conflictos familiares, vecinales o de tránsito que terminan en tragedia por anteponer el individualismo instintivo de la ley de la selva donde el más fuerte es el que aparentemente sobrevive, cuando en realidad el más sabio, flexible y prudente siempre al final del camino trae como resultado un resultado favorable para todas las partes involucradas.

Por parte de los gobiernos se deben promover políticas públicas que permitan a la sociedad tener tranquilidad y esto se logra fomentando las libertades, respetando los derechos humanos y garantizando el estado de derecho, donde a cada ciudadana o ciudadanos, niñas o niños puedan convivir y construir sociedad desde las distintas formaciones culturales.

La pregunta en esta ocasión para el lector es, para ti ¿Qué es la cultura de la Paz y cómo puedes contribuir desde tu persona a vivir en una ciudad de paz?

Twitter.- @ORmzCastellanos

Facebook.- @ramirezcastellanos.oscar

Instagram.- @oscaramirezcastellanos

La madre Teresa de Calcuta ganadora del Premio Nobel de la Paz decía que “La Paz y la guerra empiezan en el hogar, que si de verdad queremos que haya paz en el mundo empecemos por amarnos unos a otros en el seno de nuestras propias familias” una afirmación que reitera que la familia es la célula de la sociedad y que si las células metafóricamente hablando están contaminadas con el cáncer de la violencia, difícilmente conseguiremos construir La Paz social.

Por otro lado, etimológicamente hablando La Paz es tranquilidad y en ausencia de ésta encontramos la violencia, el dolor y la guerra. Situaciones que desafortunadamente en el mundo se han normalizado y lastimosamente también nos estamos acostumbrando a los distintos tipos de violencia desde la intrafamiliar hasta las guerras entre países para muestra la guerra por la invasión Rusa a Ucrania.

Hablar de Paz pareciera que es sólo tema de conversación cuando se trata de las guerras entre países, sin embargo, la cultura de la Paz es un tema que debe tratarse desde lo micro, es decir debe observarse desde la tranquilidad que debiera existir en las familias, en los barrios y en los entornos escolares, laborales y de ciudad, donde se garantice por el Estado el respeto de los derechos humanos.

Si bien es cierto que la familia es el núcleo de la sociedad, en las ciudades de manera colaborativa deberíamos trabajar conjuntamente gobierno y ciudadanía para construir ciudades de Paz entre todos, tal cual lo expresa atinadamente mi amigo Odino Faccia candidato a Premio Nobel de la Paz 2022; “La paz es un proceso dinámico, colectivo, participativo, evolutivo en el que se promueve el diálogo y la gestión de los conflictos con espíritu de entendimiento y cooperación mutua”

Todas y todos tenemos la gran responsabilidad de promover el diálogo ante cualquier diferencia por mínima que sea, dejando de lado los sentimientos de ego, resentimiento y de poder, cuántas veces nos hemos enterado de conflictos familiares, vecinales o de tránsito que terminan en tragedia por anteponer el individualismo instintivo de la ley de la selva donde el más fuerte es el que aparentemente sobrevive, cuando en realidad el más sabio, flexible y prudente siempre al final del camino trae como resultado un resultado favorable para todas las partes involucradas.

Por parte de los gobiernos se deben promover políticas públicas que permitan a la sociedad tener tranquilidad y esto se logra fomentando las libertades, respetando los derechos humanos y garantizando el estado de derecho, donde a cada ciudadana o ciudadanos, niñas o niños puedan convivir y construir sociedad desde las distintas formaciones culturales.

La pregunta en esta ocasión para el lector es, para ti ¿Qué es la cultura de la Paz y cómo puedes contribuir desde tu persona a vivir en una ciudad de paz?

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