/ viernes 15 de junio de 2018

El proceso electoral federal del 1 de julio de 2018

Segunda de cuatro partes


La democracia contemporánea más antigua es la norteamericana con poco menos de 250 años.

Y un factor indeseable del sistema político mexicano de muy respetable filiación plural a diferencia de los Estados Unidos de América en donde no se da el salto convenenciero de republicanos a demócratas y viceversa admitiendo la vulnerabilidad de un modelo cuyas diferencias son más aparentes que reales y el rechazo de la comunidad internacional a las políticas erráticas del presidente Donald Trump.

En ese sentido reconociendo la verticalidad ideológica de buena parte de los políticos norteamericanos siendo la Biblioteca del Congreso la que cuenta con el mayor número de libros tanto en forma de ejemplares físicos como digitales. Aunque no concuerdo con todas las diferentes orientaciones en el mejor de los casos auténticas y sinceras; en lo personal me identifico con el centro político progresista como aval de los mejores gobiernos postrevolucionarios valorando las ventajas de un comercio internacional con el ideario de que sea más justo y equitativo entre los diferentes países: desarrollados, medios y rezagados.

Subrayo que la política moderna requiere del trabajo en equipo aunque percibo como poco adecuado el cambio constante de partidos y como prácticas non sanctas las alianzas entre organizaciones doctrinariamente distintas como el PAN y el PRD pareciéndome que dejan una sensación de confusión y de ser coaliciones forzadas más que racionales y sensatas.

El actual candidato del PRI José Antonio Meade es una persona preparada, capaz y exento de cualquier mancha de corrupción en un mundo en el cual lo único que cuenta son los resultados; su paso por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, canciller y titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores así como en la Secretaría de Desarrollo Social fue sencillamente intachable cuyas acciones más destacadas son el mejor aval de su candidatura a la Presidencia de la República.

Con todo respeto a Ricardo Anaya quien es un político muy competente, hubiera preferido al doctor Juan Ramón de la Fuente Ramírez como candidato del PRD, el PAN y MC. Como Rector de la Universidad Nacional elevó significativamente el nivel académico de la Máxima Casa de Estudios obra cumbre y cúspide del presidente Miguel Alemán Valdés pensando en el porvenir de la juventud mexicana. Demeritada al abismo su calidad educativa durante la gestión de Pablo González Casanova después del movimiento estudiantil de 1968, relajada la disciplina sin tocar ni meter en cintura a los reprobables porros dicho de manera más clara delincuentes nunca universitarios ejemplares que hacían y deshacían a su antojo pintando bardas, convocando a frecuentes huelgas, asaltando a estudiantes y maestros honorables convertidas por un buen trecho de tiempo las bellas instalaciones de Ciudad Universitaria paradigma arquitectónico del modernismo mexicano del siglo XX en tierra de nadie, justificando con sus fechorías y desmanes que nuestro país debía renunciar a sus más avanzadas instituciones de Derecho Social creadas por la Revolución Mexicana para encaminarse hacia la construcción del socialismo.

Por fortuna hasta ahora su esencia se mantiene intacta en los Artículos 3, 27 y 123 de los que fueron sus autores Francisco José Múgica y Heriberto Jara Corona en nuestra Carta Magna de 1917 promulgada gracias al talento y rectitud de los legisladores del Congreso Constituyente de Querétaro. Los referidos individuos o porros que a veces dejaban meses sin clases a los muchachos y destruyen los Centros de investigación lo que al final de los años setentas llevó al escritor, poeta y ensayista en 1990 Premio Nobel de Literatura Octavio Paz a afirmar en alusión a su Alma Mater en el libro “El ogro filantrópico” que de la otrora prestigiada UNAM: Universidad Nacional Autónoma de México entonces sólo egresaban semiletrados que ninguna empresa seria les daba trabajo. Contrastante la anterior situación con las contribuciones al pensamiento universal de muchos otros profesionistas y postgraduados egresados de la UNAM.


*Catedrático e Investigador Universitario de la UNIVA



Segunda de cuatro partes


La democracia contemporánea más antigua es la norteamericana con poco menos de 250 años.

Y un factor indeseable del sistema político mexicano de muy respetable filiación plural a diferencia de los Estados Unidos de América en donde no se da el salto convenenciero de republicanos a demócratas y viceversa admitiendo la vulnerabilidad de un modelo cuyas diferencias son más aparentes que reales y el rechazo de la comunidad internacional a las políticas erráticas del presidente Donald Trump.

En ese sentido reconociendo la verticalidad ideológica de buena parte de los políticos norteamericanos siendo la Biblioteca del Congreso la que cuenta con el mayor número de libros tanto en forma de ejemplares físicos como digitales. Aunque no concuerdo con todas las diferentes orientaciones en el mejor de los casos auténticas y sinceras; en lo personal me identifico con el centro político progresista como aval de los mejores gobiernos postrevolucionarios valorando las ventajas de un comercio internacional con el ideario de que sea más justo y equitativo entre los diferentes países: desarrollados, medios y rezagados.

Subrayo que la política moderna requiere del trabajo en equipo aunque percibo como poco adecuado el cambio constante de partidos y como prácticas non sanctas las alianzas entre organizaciones doctrinariamente distintas como el PAN y el PRD pareciéndome que dejan una sensación de confusión y de ser coaliciones forzadas más que racionales y sensatas.

El actual candidato del PRI José Antonio Meade es una persona preparada, capaz y exento de cualquier mancha de corrupción en un mundo en el cual lo único que cuenta son los resultados; su paso por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, canciller y titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores así como en la Secretaría de Desarrollo Social fue sencillamente intachable cuyas acciones más destacadas son el mejor aval de su candidatura a la Presidencia de la República.

Con todo respeto a Ricardo Anaya quien es un político muy competente, hubiera preferido al doctor Juan Ramón de la Fuente Ramírez como candidato del PRD, el PAN y MC. Como Rector de la Universidad Nacional elevó significativamente el nivel académico de la Máxima Casa de Estudios obra cumbre y cúspide del presidente Miguel Alemán Valdés pensando en el porvenir de la juventud mexicana. Demeritada al abismo su calidad educativa durante la gestión de Pablo González Casanova después del movimiento estudiantil de 1968, relajada la disciplina sin tocar ni meter en cintura a los reprobables porros dicho de manera más clara delincuentes nunca universitarios ejemplares que hacían y deshacían a su antojo pintando bardas, convocando a frecuentes huelgas, asaltando a estudiantes y maestros honorables convertidas por un buen trecho de tiempo las bellas instalaciones de Ciudad Universitaria paradigma arquitectónico del modernismo mexicano del siglo XX en tierra de nadie, justificando con sus fechorías y desmanes que nuestro país debía renunciar a sus más avanzadas instituciones de Derecho Social creadas por la Revolución Mexicana para encaminarse hacia la construcción del socialismo.

Por fortuna hasta ahora su esencia se mantiene intacta en los Artículos 3, 27 y 123 de los que fueron sus autores Francisco José Múgica y Heriberto Jara Corona en nuestra Carta Magna de 1917 promulgada gracias al talento y rectitud de los legisladores del Congreso Constituyente de Querétaro. Los referidos individuos o porros que a veces dejaban meses sin clases a los muchachos y destruyen los Centros de investigación lo que al final de los años setentas llevó al escritor, poeta y ensayista en 1990 Premio Nobel de Literatura Octavio Paz a afirmar en alusión a su Alma Mater en el libro “El ogro filantrópico” que de la otrora prestigiada UNAM: Universidad Nacional Autónoma de México entonces sólo egresaban semiletrados que ninguna empresa seria les daba trabajo. Contrastante la anterior situación con las contribuciones al pensamiento universal de muchos otros profesionistas y postgraduados egresados de la UNAM.


*Catedrático e Investigador Universitario de la UNIVA



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