/ sábado 6 de abril de 2019

Trabajo doméstico: la necesidad de adaptar la arquitectura

El hecho consumado en el cual las trabajadoras domésticas han permanecido invisibles por tanto tiempo en nuestro país, implica el análisis constitucional y el cambio, en congruencia, con el progreso humanitario y sacaría de la ignominia el trato recibido por este sector laboral abnegado y víctima, incluso, de la trata de personas plenamente localizable en cualquier fraccionamiento en el que, como alguna vez sucedió en el parque Rubén Darío de Providencia, fueron tratadas como “mugrosas ignorantes” por parte de ciertas familias con interés de evitar sus reuniones como mexicanas con derechos.

No obstante, si consideramos en Jalisco que hay más de 82 mil mujeres dedicadas a cocinar, limpiar, cuidar niños, atender enfermos, cuidar ancianos y mascotas incluido lavar y planchar ropa ajena, encontraremos como una práctica común el trabajo cotidiano sin prestaciones por más de 50 horas a la semana a veces incluidos los domingos y días festivos, debiendo en ocasiones muy comunes, pernoctar en el centro de trabajo aún con la atención a todos los miembros de una familia.

En casos extremos se ha documentado que viven encerradas las personas en el “cuarto de servicio” respirando la emanación tóxica del gas metano de un boiler, como sucedido, cobró la vida de 3 trabajadoras domésticas en Zapopan. Y es hasta ahora que escuchamos la voz del estado nacional reclamar y crear el marco jurídico laboral que exima la existencia de ciudadanos de primera como los patrones, y de segunda como los trabajadores domésticos pobres.

Sin embargo, no será suficiente acceder a la obligatoriedad de la seguridad social para la atención médica a través del IMSS y el acceso al beneficio crediticio para una vivienda por medio del INFONAVIT sino, sobre todo, la construcción en el imaginario social de la inexistencia perene de una realidad insultante como el semi exclavismo lacerante aún presente no sólo en los fraccionamientos exclusivos de Jalisco, sino en todos aquellos en donde abundan las mujeres dispuestas a soportar estas vejaciones como la única alternativa para sobrevivir.

Los informes reflejan la incapacidad de la autoridad institucional y de la sociedad en su conjunto de ignorar el trabajo doméstico como debe ser: un trabajo digno que a partir del 21 de marzo el Senado de la República ha presentado el sustento legislativo para modificar la Ley Federal del Trabajo e incluir en el capítulo 13 el trabajo doméstico, aún cuando desde el pasado 5 de diciembre de 2018 la suprema corte de justicia había declarado la inconstitucionalidad de mantener a los trabajadores (hombres y mujeres) fuera de la norma derivada de la Ley Federal del Trabajo, particularmente la referida al IMSS y a otras prestaciones derivadas.

El informe aclara la intención de superar la oprobiosa condición discriminatoria al señalar en algún lugar del espacio público que “… se busca muchacha de rancho”, con el propósito inherente de prevenir la ignorancia y la pobreza en regiones mexicanas donde se han arraigado a pesar de todos los hechos reivindicativos y pregonados en cada cambio sexenal.

Por supuesto, se trata no sólo de un acuerdo del congreso de la unión que seguramente será bien visto, sino lo más importante, lograr entre todos superar los lastres históricos atados a nuestra sociedad incluido el programa habitacional necesario para enseñar a las nuevas generaciones en la Universidad de Guadalajara y todas las escuelas de arquitectura del país.


* ACADÉMICO CUAAD DE LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

carlosm_orozco@hotmail.com

El hecho consumado en el cual las trabajadoras domésticas han permanecido invisibles por tanto tiempo en nuestro país, implica el análisis constitucional y el cambio, en congruencia, con el progreso humanitario y sacaría de la ignominia el trato recibido por este sector laboral abnegado y víctima, incluso, de la trata de personas plenamente localizable en cualquier fraccionamiento en el que, como alguna vez sucedió en el parque Rubén Darío de Providencia, fueron tratadas como “mugrosas ignorantes” por parte de ciertas familias con interés de evitar sus reuniones como mexicanas con derechos.

No obstante, si consideramos en Jalisco que hay más de 82 mil mujeres dedicadas a cocinar, limpiar, cuidar niños, atender enfermos, cuidar ancianos y mascotas incluido lavar y planchar ropa ajena, encontraremos como una práctica común el trabajo cotidiano sin prestaciones por más de 50 horas a la semana a veces incluidos los domingos y días festivos, debiendo en ocasiones muy comunes, pernoctar en el centro de trabajo aún con la atención a todos los miembros de una familia.

En casos extremos se ha documentado que viven encerradas las personas en el “cuarto de servicio” respirando la emanación tóxica del gas metano de un boiler, como sucedido, cobró la vida de 3 trabajadoras domésticas en Zapopan. Y es hasta ahora que escuchamos la voz del estado nacional reclamar y crear el marco jurídico laboral que exima la existencia de ciudadanos de primera como los patrones, y de segunda como los trabajadores domésticos pobres.

Sin embargo, no será suficiente acceder a la obligatoriedad de la seguridad social para la atención médica a través del IMSS y el acceso al beneficio crediticio para una vivienda por medio del INFONAVIT sino, sobre todo, la construcción en el imaginario social de la inexistencia perene de una realidad insultante como el semi exclavismo lacerante aún presente no sólo en los fraccionamientos exclusivos de Jalisco, sino en todos aquellos en donde abundan las mujeres dispuestas a soportar estas vejaciones como la única alternativa para sobrevivir.

Los informes reflejan la incapacidad de la autoridad institucional y de la sociedad en su conjunto de ignorar el trabajo doméstico como debe ser: un trabajo digno que a partir del 21 de marzo el Senado de la República ha presentado el sustento legislativo para modificar la Ley Federal del Trabajo e incluir en el capítulo 13 el trabajo doméstico, aún cuando desde el pasado 5 de diciembre de 2018 la suprema corte de justicia había declarado la inconstitucionalidad de mantener a los trabajadores (hombres y mujeres) fuera de la norma derivada de la Ley Federal del Trabajo, particularmente la referida al IMSS y a otras prestaciones derivadas.

El informe aclara la intención de superar la oprobiosa condición discriminatoria al señalar en algún lugar del espacio público que “… se busca muchacha de rancho”, con el propósito inherente de prevenir la ignorancia y la pobreza en regiones mexicanas donde se han arraigado a pesar de todos los hechos reivindicativos y pregonados en cada cambio sexenal.

Por supuesto, se trata no sólo de un acuerdo del congreso de la unión que seguramente será bien visto, sino lo más importante, lograr entre todos superar los lastres históricos atados a nuestra sociedad incluido el programa habitacional necesario para enseñar a las nuevas generaciones en la Universidad de Guadalajara y todas las escuelas de arquitectura del país.


* ACADÉMICO CUAAD DE LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

carlosm_orozco@hotmail.com