/ miércoles 9 de junio de 2021

Reconciliación

Lo de hoy no son los partidos ni los candidatos que son postulados para algún cargo de elección popular. Lo de hoy es la ciudadanía, que en la jornada electoral de este domingo volvió a salir a las urnas para expresarse y mandar un mensaje claro a las clases gobernante y política.

Nadie en su sano juicio puede negar que los partidos políticos y los candidatos son actores fundamentales de cualquier elección; sin embargo, es la ciudadanía y su participación en las elecciones la que hace la verdadera fiesta de la democracia, no los candidatos ni los partidos políticos, algunos de los cuales persisten en la añeja práctica del madruguete electoral, que consiste en proclamarse ganadores antes de tiempo.

Luis Carlos Ugalde, presidente del Instituto Federal Electoral entre 2003 y 2007, escribió sobre el tema en los siguientes términos: “Madrugar la noche de las elecciones es la estrategia dominante de todos, porque si actúas con responsabilidad y esperas los resultados oficiales pagas los costos de parecer derrotado (porque los competidores saldrán a autoproclamarse)”.

La tarde-noche del domingo 6 de junio, dirigentes de los partidos políticos “salieron a proclamarse ganadores en 11 de los 15 estados donde se renovó la gubernatura con base en los resultados de sus encuestas de salida”, consigna una nota del diario El Economista.

Más allá de estas proclamaciones o madruguetes, lo cierto es que el pasado domingo hubo un claro ganador: la democracia mexicana. Lo digo porque en la más reciente de las elecciones de nuestro país votaron los jóvenes, los adultos y los ancianos de ambos sexos, y a través del voto de cada uno de ellos manifestaron su apoyo al candidato que logró convencerles con sus propuestas de campaña.

Podemos calificar la participación ciudadana de este 6 de junio como ejemplar, todo un hecho electoral en la historia de nuestro país, sin casos de violencia que lamentar, salvo incidentes aislados en 10 estados de la República. La Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos Electorales (FEDE) de la FGR, informó que sólo se presentaron 76 denuncias que dieron pie a la apertura de carpetas de investigación.

Lo que ahora sigue es la reconciliación y la preservación de la paz social en nuestro país, lo que se logrará sólo si los actores políticos son capaces de aceptar los resultados electorales. Si no es así, lo ideal es que toda controversia e inconformidad en materia electoral se resuelva a través de los canales legales. El Tribunal Electoral se ha declarado listo para resolver cualquier impugnación en la elección de la Cámara de Diputados y de las gubernaturas que se disputaron este domingo en las entidades federativas. Aquí las palabras de Felipe Fuentes, magistrado Electoral (TEPJF): “Tenemos el reto más grande de la historia de las elecciones en México: 15 gobernaturas, más de 21 mil cargos de elección en juego, elecciones concurrentes en las 32 entidades de la República, 30 congresos locales renovándose, un gran numero de ayuntamientos que están en juego, una elección compleja, fuerte, estamos hablando de que los expertos calcularon más de 28 mil asuntos que podrían ingresar al Tribunal electoral, así que nos preparamos”.

Respecto a la polarización que se vivió a lo largo de la desgastante campaña electoral, con ataques, acusaciones y descalificaciones de un partido y del otro, me permito señalar la urgencia e importancia de la reconciliación como una medida para calmar los ánimos, resolver los efectos negativos del encono y la división, restañar las heridas abiertas y reconstruir puentes de diálogo para derribar muros.

Entiendo que en algunos casos las acusaciones fueron altamente hirientes, pero por amor a México conviene buscar las coincidencias más que identificar las diferencias. Los partidos y actores políticos están obligados a trabajar en políticas de acercamiento, así como en encontrar coincidencias en sus proyectos y plataformas.

Los candidatos que resulten ganadores -del partido político que usted quiera- deben tener presente que el fin del encono y la polarización es urgente, y que la reconciliación es elemental por bien de México. Los políticos que han de gobernarnos deben aceptar que la reconciliación representa uno de los mayores desafíos que deben afrontar en lo sucesivo, y que de ello dependerá la paz social y que sus acciones de gobierno sean capaces de cumplir con las altas responsabilidades que los electores les han confiado.

Twitter: @armayacastro

Lo de hoy no son los partidos ni los candidatos que son postulados para algún cargo de elección popular. Lo de hoy es la ciudadanía, que en la jornada electoral de este domingo volvió a salir a las urnas para expresarse y mandar un mensaje claro a las clases gobernante y política.

Nadie en su sano juicio puede negar que los partidos políticos y los candidatos son actores fundamentales de cualquier elección; sin embargo, es la ciudadanía y su participación en las elecciones la que hace la verdadera fiesta de la democracia, no los candidatos ni los partidos políticos, algunos de los cuales persisten en la añeja práctica del madruguete electoral, que consiste en proclamarse ganadores antes de tiempo.

Luis Carlos Ugalde, presidente del Instituto Federal Electoral entre 2003 y 2007, escribió sobre el tema en los siguientes términos: “Madrugar la noche de las elecciones es la estrategia dominante de todos, porque si actúas con responsabilidad y esperas los resultados oficiales pagas los costos de parecer derrotado (porque los competidores saldrán a autoproclamarse)”.

La tarde-noche del domingo 6 de junio, dirigentes de los partidos políticos “salieron a proclamarse ganadores en 11 de los 15 estados donde se renovó la gubernatura con base en los resultados de sus encuestas de salida”, consigna una nota del diario El Economista.

Más allá de estas proclamaciones o madruguetes, lo cierto es que el pasado domingo hubo un claro ganador: la democracia mexicana. Lo digo porque en la más reciente de las elecciones de nuestro país votaron los jóvenes, los adultos y los ancianos de ambos sexos, y a través del voto de cada uno de ellos manifestaron su apoyo al candidato que logró convencerles con sus propuestas de campaña.

Podemos calificar la participación ciudadana de este 6 de junio como ejemplar, todo un hecho electoral en la historia de nuestro país, sin casos de violencia que lamentar, salvo incidentes aislados en 10 estados de la República. La Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos Electorales (FEDE) de la FGR, informó que sólo se presentaron 76 denuncias que dieron pie a la apertura de carpetas de investigación.

Lo que ahora sigue es la reconciliación y la preservación de la paz social en nuestro país, lo que se logrará sólo si los actores políticos son capaces de aceptar los resultados electorales. Si no es así, lo ideal es que toda controversia e inconformidad en materia electoral se resuelva a través de los canales legales. El Tribunal Electoral se ha declarado listo para resolver cualquier impugnación en la elección de la Cámara de Diputados y de las gubernaturas que se disputaron este domingo en las entidades federativas. Aquí las palabras de Felipe Fuentes, magistrado Electoral (TEPJF): “Tenemos el reto más grande de la historia de las elecciones en México: 15 gobernaturas, más de 21 mil cargos de elección en juego, elecciones concurrentes en las 32 entidades de la República, 30 congresos locales renovándose, un gran numero de ayuntamientos que están en juego, una elección compleja, fuerte, estamos hablando de que los expertos calcularon más de 28 mil asuntos que podrían ingresar al Tribunal electoral, así que nos preparamos”.

Respecto a la polarización que se vivió a lo largo de la desgastante campaña electoral, con ataques, acusaciones y descalificaciones de un partido y del otro, me permito señalar la urgencia e importancia de la reconciliación como una medida para calmar los ánimos, resolver los efectos negativos del encono y la división, restañar las heridas abiertas y reconstruir puentes de diálogo para derribar muros.

Entiendo que en algunos casos las acusaciones fueron altamente hirientes, pero por amor a México conviene buscar las coincidencias más que identificar las diferencias. Los partidos y actores políticos están obligados a trabajar en políticas de acercamiento, así como en encontrar coincidencias en sus proyectos y plataformas.

Los candidatos que resulten ganadores -del partido político que usted quiera- deben tener presente que el fin del encono y la polarización es urgente, y que la reconciliación es elemental por bien de México. Los políticos que han de gobernarnos deben aceptar que la reconciliación representa uno de los mayores desafíos que deben afrontar en lo sucesivo, y que de ello dependerá la paz social y que sus acciones de gobierno sean capaces de cumplir con las altas responsabilidades que los electores les han confiado.

Twitter: @armayacastro