/ lunes 13 de junio de 2022

Internet para todos, ¿Y el combate a la desinformación?

Algunos critican al presidente Andrés Manuel López Obrador por no haber cumplido hasta ahora su compromiso de que haya Internet en todas las comunidades de México. AMLO explicó en la mañanera de este 13 de junio que dicha labor se le ha complicado a su gobierno por la falta de infraestructura.

También se pronunció sobre el rescate de Altán Redes, una empresa que ahora es propiedad de la nación. Con el rescate de esta empresa de telecomunicaciones se podrá “avanzar en el proyecto del gobierno federal para llevar internet gratuito a todos los pueblos del país”, explicó el primer mandatario de la nación.

Es importante dejar en claro que existe un acuerdo para garantizar el acceso a internet gratuito en plazas públicas, escuelas y hospitales de todo el país, contribuyendo a disminuir la desigualdad en el acceso a Internet en México, así como la afectación en el ejercicio del derecho humano a la información.

El optimismo de los funcionarios de la Cuarta Transformación es que el compromiso se consume mediante el rescate de Altán Redes, que opera la Red Compartida de banda ancha 5G y 4.5G LTE, y que por su alta velocidad brinda soluciones a concesionarios y comercializadores.

El rescate de la citada empresa ha sido objeto de críticas por parte de los detractores de AMLO, como le critican casi todo las personas y grupos que perdieron los privilegios del pasado. Lo que sus críticos deben de saber es que el plan Internet para Todos sigue en marcha, y la pretensión es hacerlo realidad a través de la Comisión Federal de Electricidad, cuyo titular, Manuel Bartlett Díaz, ha dicho que la CFE trabaja para dotar de servicios de telefonía móvil y banda ancha con tecnología 4G LTE.

En mi opinión, sería importante trabajar no sólo en la universalidad de Internet, como ha propuesto la UNESCO desde el año 2013, sino ocuparse también de los problemas que giran en torno de la red de redes. Y no me refiero propiamente a los problemas de conexión y de velocidad del Internet, sino a problemas como fake news, rumores falsos, violencia y discurso de odio.

No se trata de implementar acciones en pro de la regulación de Internet, como equivocadamente lo han hecho gobernantes de algunos países del mundo, agraviando con ello la libertad de expresión y el derecho a la información. Lo que se debe hacer es trabajar en el establecimiento de normas que permitan poner fin a los perfiles falsos, creados por cobardes que atacan desde el anonimato, atribuyendo delitos a las personas y lo que se les viene en gana.

Este problema tiene mayor presencia en redes sociales, usadas en algunos casos con propósitos fraudulentos y perversos, como es el calumniar a las personas, sin poder demostrar lo que aseveran. Otros son dados a distribuir publicidad, y algunos más están en la red de redes sólo para robar información de los usuarios.

Se requieren urgentemente acciones de combate a la crisis de desinformación en Internet y redes sociales, un problema del que afortunadamente se están ocupando Facebook y Twitter, esta última red social el nicho favorito de las dañinas campañas de desinformación, orientadas a confundir mucha gente.

Lo importante es que Naciones Unidas ha hecho insistentes llamados a los Estados y empresas de redes sociales para que tomen medidas que coadyuven a frenar, entre otras cosas, el discurso de odio que produce la desinformación malintencionada. Para este organismo internacional, “el discurso de odio constituye una amenaza para los valores democráticos, la estabilidad social y la paz, y las Naciones Unidas deben hacerle frente en todo momento por una cuestión de principios”. Y añade la ONU señalando una gran verdad: “el silencio puede ser una señal de indiferencia al fanatismo y la intolerancia, incluso en los momentos en que la situación se agrava y las personas vulnerables se convierten en víctimas”.


Twitter: @armayacastro





Algunos critican al presidente Andrés Manuel López Obrador por no haber cumplido hasta ahora su compromiso de que haya Internet en todas las comunidades de México. AMLO explicó en la mañanera de este 13 de junio que dicha labor se le ha complicado a su gobierno por la falta de infraestructura.

También se pronunció sobre el rescate de Altán Redes, una empresa que ahora es propiedad de la nación. Con el rescate de esta empresa de telecomunicaciones se podrá “avanzar en el proyecto del gobierno federal para llevar internet gratuito a todos los pueblos del país”, explicó el primer mandatario de la nación.

Es importante dejar en claro que existe un acuerdo para garantizar el acceso a internet gratuito en plazas públicas, escuelas y hospitales de todo el país, contribuyendo a disminuir la desigualdad en el acceso a Internet en México, así como la afectación en el ejercicio del derecho humano a la información.

El optimismo de los funcionarios de la Cuarta Transformación es que el compromiso se consume mediante el rescate de Altán Redes, que opera la Red Compartida de banda ancha 5G y 4.5G LTE, y que por su alta velocidad brinda soluciones a concesionarios y comercializadores.

El rescate de la citada empresa ha sido objeto de críticas por parte de los detractores de AMLO, como le critican casi todo las personas y grupos que perdieron los privilegios del pasado. Lo que sus críticos deben de saber es que el plan Internet para Todos sigue en marcha, y la pretensión es hacerlo realidad a través de la Comisión Federal de Electricidad, cuyo titular, Manuel Bartlett Díaz, ha dicho que la CFE trabaja para dotar de servicios de telefonía móvil y banda ancha con tecnología 4G LTE.

En mi opinión, sería importante trabajar no sólo en la universalidad de Internet, como ha propuesto la UNESCO desde el año 2013, sino ocuparse también de los problemas que giran en torno de la red de redes. Y no me refiero propiamente a los problemas de conexión y de velocidad del Internet, sino a problemas como fake news, rumores falsos, violencia y discurso de odio.

No se trata de implementar acciones en pro de la regulación de Internet, como equivocadamente lo han hecho gobernantes de algunos países del mundo, agraviando con ello la libertad de expresión y el derecho a la información. Lo que se debe hacer es trabajar en el establecimiento de normas que permitan poner fin a los perfiles falsos, creados por cobardes que atacan desde el anonimato, atribuyendo delitos a las personas y lo que se les viene en gana.

Este problema tiene mayor presencia en redes sociales, usadas en algunos casos con propósitos fraudulentos y perversos, como es el calumniar a las personas, sin poder demostrar lo que aseveran. Otros son dados a distribuir publicidad, y algunos más están en la red de redes sólo para robar información de los usuarios.

Se requieren urgentemente acciones de combate a la crisis de desinformación en Internet y redes sociales, un problema del que afortunadamente se están ocupando Facebook y Twitter, esta última red social el nicho favorito de las dañinas campañas de desinformación, orientadas a confundir mucha gente.

Lo importante es que Naciones Unidas ha hecho insistentes llamados a los Estados y empresas de redes sociales para que tomen medidas que coadyuven a frenar, entre otras cosas, el discurso de odio que produce la desinformación malintencionada. Para este organismo internacional, “el discurso de odio constituye una amenaza para los valores democráticos, la estabilidad social y la paz, y las Naciones Unidas deben hacerle frente en todo momento por una cuestión de principios”. Y añade la ONU señalando una gran verdad: “el silencio puede ser una señal de indiferencia al fanatismo y la intolerancia, incluso en los momentos en que la situación se agrava y las personas vulnerables se convierten en víctimas”.


Twitter: @armayacastro