/ viernes 10 de julio de 2020

Poncitlán en el Epicentro

San Pedro Itzican en el municipio de Poncitlán, se ha convertido en el epicentro de las enfermedades renales al presentar la mayor tasa de enfermos en el mundo e, inevitablemente, llevar al estado de Jalisco a ocupar el 7º lugar nacional en defunciones por enfermedad renal crónica, con una tasa de mortalidad de 8.61 por cada 100 mil habitantes de acuerdo a datos publicados por diferentes medios y registrados por la Secretaría de Salud estatal, las cuales son reforzadas por los testimonios de pacientes que, en esa región llevan hasta 10 años con ese padecimiento endémico en los pobladores ribereños de la gran Laguna de Chapala.

Estos lamentables hechos han sido difundidos por diversas organizaciones civiles, entre las cuales se distingue el activismo de Ana Torres Guerrero y de Enrique Lira Coronado, quienes han denunciado a las empresas cercanas como Celanese, en las inmediaciones de Ocotlán, a la cual le atribuyen descargas peligrosas junto a otras grandes empresas a las cuales se les ha comprobado el depósito de plaguicidas y mercurio sin considerar los metales pesados agregados a lo largo de la cuenca más grande de México en donde el destino final es, desde hace décadas, el Lago de Chapala hasta haberlo convertido en un depósito de aguas negras en donde, hasta hace poco, aún teníamos poblaciones completas viviendo de la pesca y, por supuesto, llevando agua limpia o tratable hasta las miles de viviendas que lo siguen haciendo a pesar de los altos niveles de contaminación y las enfermedades presentadas como consecuencia.

Tan sólo en el municipio de Poncitlán, se han censado más de 10, 500 casas, de las cuales 637 no disponen de agua entubada de la red pública y 349 no tienen drenaje. El caso extremo lo ha registrado el CONEVAL donde aparecen 22 viviendas carentes de agua entubada de la red pública igual que 20 viviendas más en el poblado de Mezcala y 50 en el de Agua Caliente.

Este dato de la pobreza extrema presente en esos poblados ribereños, nos conduce a suponer el número de mexicanos recurrentemente consumidores del agua de nuestras aguas superficiales. Ante ese panorama es de reflexionar la conclusión del activista comunitario Enrique Lira de la Confederación Nacional de Militares y Profesionistas General Marcelino García Barragán, al hacer referencia del estudio hecho por el laboratorio K. Prime Inc., de Estados Unidos, en la laguna y en sus pozos de abastecimiento en los cuales se detectó la presencia de 10 metales pesados; con otra reflexión inevitable: ¿por qué si todos los municipios de la rtibera tienen contacto directo con la laguna de Chapala, Poncitlán es el más afectado? A lo cual respondió el especialista Lira que el “… agua contaminada en la red pública, la hay en 90 municipios de Jalisco, pero el peor es Poncitlán. La segunda causa es la falta de saneamiento de aguas residuales, lo hay en toda la cuenca, pero el peor municipio es Poncitlán”.

Los estudios reiterados de los limnólogos de la Universidad de Guadalajara sobre la Cuenca Lerma-Chapala-Santiago-Pacífico han demostrado que la restauración de esta, la cuenca más grande de México, debe ser considerada un asunto de seguridad nacional, ya que están en juego no sólo las pesquerias de decenas de municipios ribereños sino lo más importante, la vida de la segunda generación de mexicanos sobrevivientes que aún permanecen ahí.

Académico del CUAAD de la Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com

San Pedro Itzican en el municipio de Poncitlán, se ha convertido en el epicentro de las enfermedades renales al presentar la mayor tasa de enfermos en el mundo e, inevitablemente, llevar al estado de Jalisco a ocupar el 7º lugar nacional en defunciones por enfermedad renal crónica, con una tasa de mortalidad de 8.61 por cada 100 mil habitantes de acuerdo a datos publicados por diferentes medios y registrados por la Secretaría de Salud estatal, las cuales son reforzadas por los testimonios de pacientes que, en esa región llevan hasta 10 años con ese padecimiento endémico en los pobladores ribereños de la gran Laguna de Chapala.

Estos lamentables hechos han sido difundidos por diversas organizaciones civiles, entre las cuales se distingue el activismo de Ana Torres Guerrero y de Enrique Lira Coronado, quienes han denunciado a las empresas cercanas como Celanese, en las inmediaciones de Ocotlán, a la cual le atribuyen descargas peligrosas junto a otras grandes empresas a las cuales se les ha comprobado el depósito de plaguicidas y mercurio sin considerar los metales pesados agregados a lo largo de la cuenca más grande de México en donde el destino final es, desde hace décadas, el Lago de Chapala hasta haberlo convertido en un depósito de aguas negras en donde, hasta hace poco, aún teníamos poblaciones completas viviendo de la pesca y, por supuesto, llevando agua limpia o tratable hasta las miles de viviendas que lo siguen haciendo a pesar de los altos niveles de contaminación y las enfermedades presentadas como consecuencia.

Tan sólo en el municipio de Poncitlán, se han censado más de 10, 500 casas, de las cuales 637 no disponen de agua entubada de la red pública y 349 no tienen drenaje. El caso extremo lo ha registrado el CONEVAL donde aparecen 22 viviendas carentes de agua entubada de la red pública igual que 20 viviendas más en el poblado de Mezcala y 50 en el de Agua Caliente.

Este dato de la pobreza extrema presente en esos poblados ribereños, nos conduce a suponer el número de mexicanos recurrentemente consumidores del agua de nuestras aguas superficiales. Ante ese panorama es de reflexionar la conclusión del activista comunitario Enrique Lira de la Confederación Nacional de Militares y Profesionistas General Marcelino García Barragán, al hacer referencia del estudio hecho por el laboratorio K. Prime Inc., de Estados Unidos, en la laguna y en sus pozos de abastecimiento en los cuales se detectó la presencia de 10 metales pesados; con otra reflexión inevitable: ¿por qué si todos los municipios de la rtibera tienen contacto directo con la laguna de Chapala, Poncitlán es el más afectado? A lo cual respondió el especialista Lira que el “… agua contaminada en la red pública, la hay en 90 municipios de Jalisco, pero el peor es Poncitlán. La segunda causa es la falta de saneamiento de aguas residuales, lo hay en toda la cuenca, pero el peor municipio es Poncitlán”.

Los estudios reiterados de los limnólogos de la Universidad de Guadalajara sobre la Cuenca Lerma-Chapala-Santiago-Pacífico han demostrado que la restauración de esta, la cuenca más grande de México, debe ser considerada un asunto de seguridad nacional, ya que están en juego no sólo las pesquerias de decenas de municipios ribereños sino lo más importante, la vida de la segunda generación de mexicanos sobrevivientes que aún permanecen ahí.

Académico del CUAAD de la Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com