/ jueves 22 de abril de 2021

Nueva normalidad: ¿sin agua?

El Área Metropolitana de Guadalajara sobrevive en medio de una de las crisis hidráulicas más graves de los últimos 10 años, agravada obviamente, por los estragos de la pandemia a partir de un confinamiento desigual y excluyente. De hecho, muchos analistas se han referido a esta sequía como la peor en Jalisco desde el 2003 y sólo comparable con los registros documentados por la CONAGUA en el 2011 y 2012, no obstante que la temporada crítica apenas inicia y ya tenemos un municipio con sequía extrema y más de 100 que ya experimentan una sequía severa. Esto representa un 82.4% del total del territorio.

En aquel 2011, de acuerdo a lo documentado, debió declararse a 26 municipios en emergencia por sequía, por lo que es predecible el panorama al que se enfrentará la población mayoritariamente asentada en el AMG.

Voces de científicos ya conocidos por décadas de investigación científica sobre este fenómeno, una vez más han señalado la profundidad de nuestro problema entre los cuales se han distinguido por años y décadas el Dr. José Antonio Gómez Reyna del Instituto de Limnología de la U de G y como otro factor de aceleración del agotamiento de nuestros recursos hídricos, cuando hemos extralimitado la explotación de los mantos freáticos al resolver, en muchas regiones del estado, el problema del abasto de agua con la excavación de pozos profundos sin la evaluación de los sistemas regionales comunicados subterráneamente y de los cuales cada parte de ese ciclo vital incluye la masa forestal y, por supuesto, la cultura del racionamiento en el consumo de agua.

En ese tema no sólo debe considerarse la explotación urbana de los pozos sobreexplotados y aguas superficiales para el consumo habitacional sino, además, el control del uso de agua utilizada para el riego de camellones, jardines y, principalmente, clubes deportivos privados donde se utiliza la mayor cantidad de agua para el riego de canchas de tenis.

Frente al problema del consumo irracional en las zonas residenciales de alta plusvalía así como en las zonas populares y marginales que han crecido sin límites en nuestras principales ciudades, se llegó a etiquetar el consumo de agua como la principal causa del agotamiento de la Cuenca Lerma-Chapala-Santiago y, frente a ello, muchos estudios científicos demostraron que la extracción clandestina para irrigar los campos agrícolas ya entonces como la causa principal del agotamiento de esa cuenca donde el Lago de Chapala se ha convertido en vaso regulador y el mejor referente.

Sin embargo, hoy debemos incluir para el abasto de nuestra ciudad capital, la nueva normalidad donde es fundamental una cultura para el aprovechamiento de las abundantes aguas pluviales que nuestra climatología nos prodiga. Así lo ha señalado en sus conclusiones el académico del CUAAD de la U de G Dr. Arturo Gleason al presentar públicamente y desde hace varios años un prototipo de aprovechamiento de aguas pluviales en su propia vivienda con la recaudación del fluido a través de pendientes y sistemas de captación del agua no potable y sus diversos usos cotidianamente, como en inodoros, jardines, patios, autos y hasta ropa. Es decir, todo lo que el agua no potable nos puede servir para evitar su consumo cuando no es necesario utilizarla en el lavado de alimentos, enceres de cocina o para consumo humano.

* Académico del CUAAD de la Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com

El Área Metropolitana de Guadalajara sobrevive en medio de una de las crisis hidráulicas más graves de los últimos 10 años, agravada obviamente, por los estragos de la pandemia a partir de un confinamiento desigual y excluyente. De hecho, muchos analistas se han referido a esta sequía como la peor en Jalisco desde el 2003 y sólo comparable con los registros documentados por la CONAGUA en el 2011 y 2012, no obstante que la temporada crítica apenas inicia y ya tenemos un municipio con sequía extrema y más de 100 que ya experimentan una sequía severa. Esto representa un 82.4% del total del territorio.

En aquel 2011, de acuerdo a lo documentado, debió declararse a 26 municipios en emergencia por sequía, por lo que es predecible el panorama al que se enfrentará la población mayoritariamente asentada en el AMG.

Voces de científicos ya conocidos por décadas de investigación científica sobre este fenómeno, una vez más han señalado la profundidad de nuestro problema entre los cuales se han distinguido por años y décadas el Dr. José Antonio Gómez Reyna del Instituto de Limnología de la U de G y como otro factor de aceleración del agotamiento de nuestros recursos hídricos, cuando hemos extralimitado la explotación de los mantos freáticos al resolver, en muchas regiones del estado, el problema del abasto de agua con la excavación de pozos profundos sin la evaluación de los sistemas regionales comunicados subterráneamente y de los cuales cada parte de ese ciclo vital incluye la masa forestal y, por supuesto, la cultura del racionamiento en el consumo de agua.

En ese tema no sólo debe considerarse la explotación urbana de los pozos sobreexplotados y aguas superficiales para el consumo habitacional sino, además, el control del uso de agua utilizada para el riego de camellones, jardines y, principalmente, clubes deportivos privados donde se utiliza la mayor cantidad de agua para el riego de canchas de tenis.

Frente al problema del consumo irracional en las zonas residenciales de alta plusvalía así como en las zonas populares y marginales que han crecido sin límites en nuestras principales ciudades, se llegó a etiquetar el consumo de agua como la principal causa del agotamiento de la Cuenca Lerma-Chapala-Santiago y, frente a ello, muchos estudios científicos demostraron que la extracción clandestina para irrigar los campos agrícolas ya entonces como la causa principal del agotamiento de esa cuenca donde el Lago de Chapala se ha convertido en vaso regulador y el mejor referente.

Sin embargo, hoy debemos incluir para el abasto de nuestra ciudad capital, la nueva normalidad donde es fundamental una cultura para el aprovechamiento de las abundantes aguas pluviales que nuestra climatología nos prodiga. Así lo ha señalado en sus conclusiones el académico del CUAAD de la U de G Dr. Arturo Gleason al presentar públicamente y desde hace varios años un prototipo de aprovechamiento de aguas pluviales en su propia vivienda con la recaudación del fluido a través de pendientes y sistemas de captación del agua no potable y sus diversos usos cotidianamente, como en inodoros, jardines, patios, autos y hasta ropa. Es decir, todo lo que el agua no potable nos puede servir para evitar su consumo cuando no es necesario utilizarla en el lavado de alimentos, enceres de cocina o para consumo humano.

* Académico del CUAAD de la Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com