/ jueves 19 de noviembre de 2020

Inseguridad vial en la cúspide

Independientemente del trágico y penoso accidente registrado en la carretera de cuota Tepic-Guadalajara donde perdieron la vida 14 personas, es de llamar la atención el incumplimiento de todos los gobiernos de la República, incluído el actual, incapaces de consecuentar el precepto constitucional de proteger primero la vida de los ciudadanos usuarios de nuestras carreteras en las cuales, por enésima vez, igual que en el sexenio pasado en la maxipista del Sol camino a Acapulco o, reiteradamente, en las carreteras de cuota de Jalisco y Nayarit, donde se ha permitido la circulación de transporte pesado y articulado como el participante en la tragedia de hace pocos días.

Es decir, pareciera mayor la crisis sanitaria con el agregado de una ansiedad generalizada que no distingue entre las víctimas y los causantes o, en ocasiones, víctimas propiciatorias como el chofer de esa pipa de gas también fallecido en ese lamentable accidente carretero.

Me refiero a la omisión constante de la autoridad federal para, de una vez por todas, introducir una norma de mayor seguridad para la circulación del tráfico pesado en todas las carreteras del país. No hablo sólo del transporte reticulado y con exceso de peso, sino, las normas que algunas legislaturas locales han logrado aprobar para garantizar una mayor seguridad vial en su territorio.

Por ejemplo, estados como San Luis Potosí que obligan en todas sus carreteras a la circulación con luces encendidas, o la norma que obliga al conductor en carreteras del estado de Colima a circular por el acotamiento lateral para facilitar a los vehículos más rápidos, rebasar siempre con seguridad y por el lado izquierdo.

Otros estados, como Jalisco, han logrado establecer horarios en el Área Metropolitana de Guadalajara para que todo el transporte pesado, incluído el reticulado, considerado el de mayor peligro, envergadura y peso ingresen a determinadas horas y tiempo. Sin embargo, y no obstante la lógica disminución del tráfico vehicular en toda la ciudad como consecuencia de la pandemia y el confinamiento sanitario, ha resultado sorprendente el aumento de los accidentes viales que, de acuerdo a datos oficiales, son presentados por las instituciones de emergencia y salud como el IMSS que registra un incremento del 4.4% de ingresos a sus nosocomios por lesiones graves, las cuales representan más del 11% del total de sus ingresos hospitalarios.

En síntesis y no obstante el encontrar vialidades despejadas por la emergencia sanitaria, en opinión del Dr. Rodrigo Huesca Pérez de esa misma institución, “… lo más importante es permanecer en casa durante esta emergencia, pero si fuese indispensable salir, sugirió respetar las señales de tránsito, los límites de velocidad, no usar el celular mientras se conduce, utilizar el cinturón de seguridad y revisar el vehículo”.

Lo anterior toma una trascendencia vital cuando analizamos las cifras demostrativas de que 8 mil personas han muerto este año en choques o atropelladas, lo cual significa un ascenso en 11 estados, incluído Jalisco, pese al confinamiento.

Sólo en Guadalajara, según la Secretaría de Vialidad del Estado, se arrestó a una cantidad 50% superior por motivos de consumo de alcohol sólo en la primera semana de esa cuarentena y, por lo visto y de acuerdo a las autoridades en el resto del país, esto ha sido una constante en todo el territorio nacional con personas que han confundido el confinamiento voluntario con vacaciones.

* Académico del CUAAD de la Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com

Independientemente del trágico y penoso accidente registrado en la carretera de cuota Tepic-Guadalajara donde perdieron la vida 14 personas, es de llamar la atención el incumplimiento de todos los gobiernos de la República, incluído el actual, incapaces de consecuentar el precepto constitucional de proteger primero la vida de los ciudadanos usuarios de nuestras carreteras en las cuales, por enésima vez, igual que en el sexenio pasado en la maxipista del Sol camino a Acapulco o, reiteradamente, en las carreteras de cuota de Jalisco y Nayarit, donde se ha permitido la circulación de transporte pesado y articulado como el participante en la tragedia de hace pocos días.

Es decir, pareciera mayor la crisis sanitaria con el agregado de una ansiedad generalizada que no distingue entre las víctimas y los causantes o, en ocasiones, víctimas propiciatorias como el chofer de esa pipa de gas también fallecido en ese lamentable accidente carretero.

Me refiero a la omisión constante de la autoridad federal para, de una vez por todas, introducir una norma de mayor seguridad para la circulación del tráfico pesado en todas las carreteras del país. No hablo sólo del transporte reticulado y con exceso de peso, sino, las normas que algunas legislaturas locales han logrado aprobar para garantizar una mayor seguridad vial en su territorio.

Por ejemplo, estados como San Luis Potosí que obligan en todas sus carreteras a la circulación con luces encendidas, o la norma que obliga al conductor en carreteras del estado de Colima a circular por el acotamiento lateral para facilitar a los vehículos más rápidos, rebasar siempre con seguridad y por el lado izquierdo.

Otros estados, como Jalisco, han logrado establecer horarios en el Área Metropolitana de Guadalajara para que todo el transporte pesado, incluído el reticulado, considerado el de mayor peligro, envergadura y peso ingresen a determinadas horas y tiempo. Sin embargo, y no obstante la lógica disminución del tráfico vehicular en toda la ciudad como consecuencia de la pandemia y el confinamiento sanitario, ha resultado sorprendente el aumento de los accidentes viales que, de acuerdo a datos oficiales, son presentados por las instituciones de emergencia y salud como el IMSS que registra un incremento del 4.4% de ingresos a sus nosocomios por lesiones graves, las cuales representan más del 11% del total de sus ingresos hospitalarios.

En síntesis y no obstante el encontrar vialidades despejadas por la emergencia sanitaria, en opinión del Dr. Rodrigo Huesca Pérez de esa misma institución, “… lo más importante es permanecer en casa durante esta emergencia, pero si fuese indispensable salir, sugirió respetar las señales de tránsito, los límites de velocidad, no usar el celular mientras se conduce, utilizar el cinturón de seguridad y revisar el vehículo”.

Lo anterior toma una trascendencia vital cuando analizamos las cifras demostrativas de que 8 mil personas han muerto este año en choques o atropelladas, lo cual significa un ascenso en 11 estados, incluído Jalisco, pese al confinamiento.

Sólo en Guadalajara, según la Secretaría de Vialidad del Estado, se arrestó a una cantidad 50% superior por motivos de consumo de alcohol sólo en la primera semana de esa cuarentena y, por lo visto y de acuerdo a las autoridades en el resto del país, esto ha sido una constante en todo el territorio nacional con personas que han confundido el confinamiento voluntario con vacaciones.

* Académico del CUAAD de la Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com