/ jueves 14 de enero de 2021

Cotos, el despojo urbano

Probablemente el Área Metropolitana de Guadalajara se ha convertido en el epicentro de los fraccionamientos amurallados o “cotos” en los cuales se vende, con éxito mercadotécnico, una cuestionable sensación de seguridad.

Aún más, existen regiones donde esos polígonos urbanos delimitados tienen mayor acentuación en el poder adquisitivo de un municipio a otro. Así por ejemplo en el poniente de Zapopan, las condiciones infraestructurales y calidad de vida en general son muy superiores a una gran fracción de vivienda proletaria asentada principalmente al sur de Tlajomulco y en algunos puntos del municipio de Tonalá.

Comparar los fraccionamientos privados de Puerta de Hierro, Valle Real, Puerta Plata, Virreyes, resultan muestras frente a otros como Cimas del Sol, Belcanto, Mirador, Villa Fontana Acua o Senderos del Real nos ilustra de la tremenda desigualdad en nuestro país, pero materializada en el hábitat al que acceden, con sus privilegios y deficiencias, unos frente a otros ciudadanos.

Uno de los investigadores con mayor bagaje académico ha sido el profesor de la Universidad Autónoma de Querétaro, de origen alemán, Bernd Pfannenstein quien ha señalado en diversos foros nacionales e internacionales que “ se necesitan desarrollos de calidad, caminables, vivibles y abiertos…” ya que “… cada vez privatizamos más la ciudad: segregamos y separamos con muros, estamos creando un sistema urbano muy disfuncional” señaló el candidato a doctor Pfannenstein a la reportera Rosa Elvira Vargas del diario La Jornada y quien publicó también las cifras de reconversión de nuestra ciudad en una de las de mayor crecimiento en ciudades privatizadas, aún cuando también se identifican a la zona metropolitana de Monterrey y de Querétaro como las siguientes en el crecimiento de este fenómeno en nuestro país de la siguiente manera: Guadalajara en 2016, 2,973 urbanizaciones cerradas que aumentaron a 3,593 en 2018; con lo cual se incrementó en 620.

En tanto Monterrey aumentó en 320 al pasar de 1,127 en 2016 a 1,447 en 2018. Mientras la zona metropolitana de Querétaro pasó de 1,508 a 2,147 en el lapso de 2016 a 2018.

No sobra aclarar la referencia que arrojan los datos anteriores: ejercicio académico con los estudiantes de la clase Repensar la Desintegración Socio-Urbana: La Geografía Urbana como herramienta para la funcionalidad de los sistemas urbanos en México, Licenciatura de Geografía Ambiental, Facultad de Ciencias Naturales, todas de la Universidad Autónoma de Querétaro y su Maestro Bernd Pfannenstein.

Con lo cual se identifica el crecimiento de la desigualdad urbana como una cuestión que debe estudiarse en todos los ámbitos epistemológicos de la educación superior en nuestro país, donde las universidades públicas y privadas deben aportar más para evitar una realidad en la que insistimos: “vivir detrás de bardas, rejas o plumas y pagar vigilancia privada, ha hecho eclosión como un fenómeno urbano de encierro y cotos que no solo despojan a la población de los espacios públicos, sino que, además, rompen el sentido de comunidad vecinal”, acotó el profesor en diversos foros como ONU Habitat.

Ante lo evidente, los jaliscienses debemos vigilar sobre todo la corroción desde la cual se fragua el despojo, con falsas espectativas de confort y éxito, a la mayoría de trabajadores que han sido víctimas de vivales a los que, pocos, hemos llamado por su nombre: El cártel de la vivienda barata en México.

* Académico del CUAAD de la Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com

Probablemente el Área Metropolitana de Guadalajara se ha convertido en el epicentro de los fraccionamientos amurallados o “cotos” en los cuales se vende, con éxito mercadotécnico, una cuestionable sensación de seguridad.

Aún más, existen regiones donde esos polígonos urbanos delimitados tienen mayor acentuación en el poder adquisitivo de un municipio a otro. Así por ejemplo en el poniente de Zapopan, las condiciones infraestructurales y calidad de vida en general son muy superiores a una gran fracción de vivienda proletaria asentada principalmente al sur de Tlajomulco y en algunos puntos del municipio de Tonalá.

Comparar los fraccionamientos privados de Puerta de Hierro, Valle Real, Puerta Plata, Virreyes, resultan muestras frente a otros como Cimas del Sol, Belcanto, Mirador, Villa Fontana Acua o Senderos del Real nos ilustra de la tremenda desigualdad en nuestro país, pero materializada en el hábitat al que acceden, con sus privilegios y deficiencias, unos frente a otros ciudadanos.

Uno de los investigadores con mayor bagaje académico ha sido el profesor de la Universidad Autónoma de Querétaro, de origen alemán, Bernd Pfannenstein quien ha señalado en diversos foros nacionales e internacionales que “ se necesitan desarrollos de calidad, caminables, vivibles y abiertos…” ya que “… cada vez privatizamos más la ciudad: segregamos y separamos con muros, estamos creando un sistema urbano muy disfuncional” señaló el candidato a doctor Pfannenstein a la reportera Rosa Elvira Vargas del diario La Jornada y quien publicó también las cifras de reconversión de nuestra ciudad en una de las de mayor crecimiento en ciudades privatizadas, aún cuando también se identifican a la zona metropolitana de Monterrey y de Querétaro como las siguientes en el crecimiento de este fenómeno en nuestro país de la siguiente manera: Guadalajara en 2016, 2,973 urbanizaciones cerradas que aumentaron a 3,593 en 2018; con lo cual se incrementó en 620.

En tanto Monterrey aumentó en 320 al pasar de 1,127 en 2016 a 1,447 en 2018. Mientras la zona metropolitana de Querétaro pasó de 1,508 a 2,147 en el lapso de 2016 a 2018.

No sobra aclarar la referencia que arrojan los datos anteriores: ejercicio académico con los estudiantes de la clase Repensar la Desintegración Socio-Urbana: La Geografía Urbana como herramienta para la funcionalidad de los sistemas urbanos en México, Licenciatura de Geografía Ambiental, Facultad de Ciencias Naturales, todas de la Universidad Autónoma de Querétaro y su Maestro Bernd Pfannenstein.

Con lo cual se identifica el crecimiento de la desigualdad urbana como una cuestión que debe estudiarse en todos los ámbitos epistemológicos de la educación superior en nuestro país, donde las universidades públicas y privadas deben aportar más para evitar una realidad en la que insistimos: “vivir detrás de bardas, rejas o plumas y pagar vigilancia privada, ha hecho eclosión como un fenómeno urbano de encierro y cotos que no solo despojan a la población de los espacios públicos, sino que, además, rompen el sentido de comunidad vecinal”, acotó el profesor en diversos foros como ONU Habitat.

Ante lo evidente, los jaliscienses debemos vigilar sobre todo la corroción desde la cual se fragua el despojo, con falsas espectativas de confort y éxito, a la mayoría de trabajadores que han sido víctimas de vivales a los que, pocos, hemos llamado por su nombre: El cártel de la vivienda barata en México.

* Académico del CUAAD de la Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com