/ jueves 20 de enero de 2022

Ciudad sin parques

La versión de “Guadalajara ciudad de las rosas” quedó décadas atrás a partir de un crecimiento exponencial y una conurbación en la cual, más allá de los límites jurídicos del Área Metropolitana de Guadalajara, lo cierto es que nuestra ciudad no tiene fronteras para pasar del pueblo mágico de Tlaquepaque a la capital política del Estado, Guadalajara, o de la sede de una de las procesiones más grandes de América en Zapopan a la tierra del barro más noble del país en Tonalá y ahora el municipio con mayor crecimiento poblacional de Jalisco, Tlajomulco.

Todos juntos en una megalópolis de más de 6 millones de habitantes pero con evidentes diferencias urbanas que van desde la baja calidad del transporte público, la ineficiencia de sus policías, la limitada recolección de basura pero sobre todo la relatividad en la existencia y calidad de sus parques urbanos.

En la planeación del desarrollo urbano nunca han estado ausentes las áreas verdes y, por lo tanto, los parques públicos sin embargo, ha sido una decisión política de cada ayuntamiento el destino final de sus grandes áreas públicas, cuando no han sido utilizadas para otros fines públicos o, peor aún para entregarse a la privatización en decisiones erróneas y evidentes corruptelas.

No es necesario ser experto para darse cuenta de los pocos parques en regiones marginadas de cada municipio. No encontramos áreas verdes públicas en las colonias populares y marginadas como el sector libertad en Guadalajara; el primer cuadro y Santa Fé en Tlajomulco; el centro histórico de Tlaquepaque; los fraccionamientos marginales en Tonalá y el impresionante número de cotos privados y excluyentes del resto de la población en el poniente de Zapopan.

Subyacen presionados por la mancha urbana los parques emblemáticos de nuestra ciudad como el Parque Agua Azul, el Bosque de los Colomos, el parque Morelos, el Metropolitano, el parque de la Solidaridad, el González Gallo y algunas reservas suburbanas como el parque Montenegro y el amenazado Bosque de la Primavera.

Así resulta una buena noticia que, en este caso, el gobierno municipal de Guadalajara haya planeado desde el año pasado rehabilitar 8 de cada 10 parques. Sobre todo si consideramos que el municipio tapatío cuenta con 350 parques. Intención iniciada por la anterior administración de la cual aún debemos evaluar los resultados con la esperanza de que los recursos invertidos en nuestra ciudad sean transparentes y se reflejen, algún día, en la calidad del aire. Porque, generalmente, inflar costos solo se ha reflejado en la dimensión limitada de los servicios urbanos y la opacidad con la que resultan mucho mas elevados los presupuestos de lo originalmente declarado a la opinión pública.

Por una ciudad verde, aunque estemos lejos de ciudades mayormente arboladas en el mundo como Moscú, Vancouver, Buenos Aires o Sidney, de algo sirve para mejorar la calidad de vida de los sufridos tapatío, sobre todo si consideramos que muy pronto de Acatlán a Colotlán y de Zapotlanejo a Tequila seguramente seremos una sola ciudad.

* Académico de la Universidad de Guadalajara.

@CarlosOrozcoSa

La versión de “Guadalajara ciudad de las rosas” quedó décadas atrás a partir de un crecimiento exponencial y una conurbación en la cual, más allá de los límites jurídicos del Área Metropolitana de Guadalajara, lo cierto es que nuestra ciudad no tiene fronteras para pasar del pueblo mágico de Tlaquepaque a la capital política del Estado, Guadalajara, o de la sede de una de las procesiones más grandes de América en Zapopan a la tierra del barro más noble del país en Tonalá y ahora el municipio con mayor crecimiento poblacional de Jalisco, Tlajomulco.

Todos juntos en una megalópolis de más de 6 millones de habitantes pero con evidentes diferencias urbanas que van desde la baja calidad del transporte público, la ineficiencia de sus policías, la limitada recolección de basura pero sobre todo la relatividad en la existencia y calidad de sus parques urbanos.

En la planeación del desarrollo urbano nunca han estado ausentes las áreas verdes y, por lo tanto, los parques públicos sin embargo, ha sido una decisión política de cada ayuntamiento el destino final de sus grandes áreas públicas, cuando no han sido utilizadas para otros fines públicos o, peor aún para entregarse a la privatización en decisiones erróneas y evidentes corruptelas.

No es necesario ser experto para darse cuenta de los pocos parques en regiones marginadas de cada municipio. No encontramos áreas verdes públicas en las colonias populares y marginadas como el sector libertad en Guadalajara; el primer cuadro y Santa Fé en Tlajomulco; el centro histórico de Tlaquepaque; los fraccionamientos marginales en Tonalá y el impresionante número de cotos privados y excluyentes del resto de la población en el poniente de Zapopan.

Subyacen presionados por la mancha urbana los parques emblemáticos de nuestra ciudad como el Parque Agua Azul, el Bosque de los Colomos, el parque Morelos, el Metropolitano, el parque de la Solidaridad, el González Gallo y algunas reservas suburbanas como el parque Montenegro y el amenazado Bosque de la Primavera.

Así resulta una buena noticia que, en este caso, el gobierno municipal de Guadalajara haya planeado desde el año pasado rehabilitar 8 de cada 10 parques. Sobre todo si consideramos que el municipio tapatío cuenta con 350 parques. Intención iniciada por la anterior administración de la cual aún debemos evaluar los resultados con la esperanza de que los recursos invertidos en nuestra ciudad sean transparentes y se reflejen, algún día, en la calidad del aire. Porque, generalmente, inflar costos solo se ha reflejado en la dimensión limitada de los servicios urbanos y la opacidad con la que resultan mucho mas elevados los presupuestos de lo originalmente declarado a la opinión pública.

Por una ciudad verde, aunque estemos lejos de ciudades mayormente arboladas en el mundo como Moscú, Vancouver, Buenos Aires o Sidney, de algo sirve para mejorar la calidad de vida de los sufridos tapatío, sobre todo si consideramos que muy pronto de Acatlán a Colotlán y de Zapotlanejo a Tequila seguramente seremos una sola ciudad.

* Académico de la Universidad de Guadalajara.

@CarlosOrozcoSa