/ jueves 3 de diciembre de 2020

Accidentes viales, trágicos como el Covid

De acuerdo a las cifras publicadas por el Instituto de Información Estadística y Geografía en Jalisco (IIEG), si bien disminuyeron en el año 2017, los siguientes 3 años fueron tan trágicos como lo cobrado, o casi, por la pandemia del Coronavirus.

De 2017 a 2018, según el IIEG, los accidentes de tránsito en el país aumentaron en un 2% hasta llegar a casi 25 mil y, señala también, su disminución en ese año de 2017, aún cuando los accidentes viales se constituyeron como una de las principales causas de mortalidad, principalmente entre los jóvenes de entre 15 y 19 años de edad.

Sin embargo, es notable la ubicación de Jalisco como el estado con mayor índice de letalidad por accidentes de tránsito en 1 año con 351, seguido por Sinaloa con 278, Chihuahua 270, y Nuevo León con 229. En un concierto en el cual Colima registró sólo 22 y se colocó como el estado con menor índice fatal en sus accidentes de tránsito. Dificil no recordar el tránsito de la impecable infraestructura carretera de Colima hacia Jalisco al pasar del municipio de Manzanillo al de Cihuatlán luego del Río Marabasco donde, para algunos observadores, equivale a pasar de la ciudad de San Diego USA a Tijuana México, por la tremenda diferencia de infraestructura vial, señalización, planeación urbana y, por supuesto, la marcada degradación económica que se observa a lo largo de la cabecera municipal de Cihuatlán y los poblados de Barra de Navidad y Melaque a pesar de ser considerados destinos turísticos en la Costa Sur de Jalisco.

El dato de referencia oficial, nos permite observar que en el crecimiento de víctimas de tránsito terrestre por año de ocurrencia en Jalisco entre 2010-2019, la cifra disminuye de 7,067 a 6,185 heridos y 511 muertos en el 2010. Con 398 en el 2018 y en accidentes de tránsito en un periodo cuya gráfica tiende al aplanamiento pero no disminuye notablemente, si consideramos que son vidas humanas donde las causas son previsibles.

Para la OMS es destacable la incorporación de las características de la seguridad vial en la utilización de la tierra, la planificación urbana y la planificación del transporte; el diseño de carreteras más seguras y la exigencia de auditorías independientes en materia de seguridad vial para los nuevos proyectos de construcción; el mejoramiento de las características de seguridad de los vehículos; el fomento del transporte público; el control eficaz de la velocidad a cargo de la policía y mediante el uso de medidas de descongestión del tráfico; el establecimiento y observancia de leyes armonizadas a escala internacional que exijan el uso del cinturón de seguridad, del casco y de los sistemas de retención para niños; la fijación e imposición de límites de alcoholemia a los conductores; y el mejoramiento de la atención que reciben las víctimas de los accidentes de tránsito.

Lo anterior nos dota de cifras para tomar en cuenta lo previsible en nuestras ciudades, en comparación con lo que pareciera ser otra tragedia irremediable. No sólo porque el Coronavirus es un problema sanitario mundial, sino porque nuestras autoridades y la exigencia elevada de nosotros los ciudadanos, está el prever y evitar el creciente número de accidentes en el caótico tráfico vehicular del Área Metropolitana de Guadalajara y otras ciudades de Jalisco.

* Académico del CUAAD de la Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com

De acuerdo a las cifras publicadas por el Instituto de Información Estadística y Geografía en Jalisco (IIEG), si bien disminuyeron en el año 2017, los siguientes 3 años fueron tan trágicos como lo cobrado, o casi, por la pandemia del Coronavirus.

De 2017 a 2018, según el IIEG, los accidentes de tránsito en el país aumentaron en un 2% hasta llegar a casi 25 mil y, señala también, su disminución en ese año de 2017, aún cuando los accidentes viales se constituyeron como una de las principales causas de mortalidad, principalmente entre los jóvenes de entre 15 y 19 años de edad.

Sin embargo, es notable la ubicación de Jalisco como el estado con mayor índice de letalidad por accidentes de tránsito en 1 año con 351, seguido por Sinaloa con 278, Chihuahua 270, y Nuevo León con 229. En un concierto en el cual Colima registró sólo 22 y se colocó como el estado con menor índice fatal en sus accidentes de tránsito. Dificil no recordar el tránsito de la impecable infraestructura carretera de Colima hacia Jalisco al pasar del municipio de Manzanillo al de Cihuatlán luego del Río Marabasco donde, para algunos observadores, equivale a pasar de la ciudad de San Diego USA a Tijuana México, por la tremenda diferencia de infraestructura vial, señalización, planeación urbana y, por supuesto, la marcada degradación económica que se observa a lo largo de la cabecera municipal de Cihuatlán y los poblados de Barra de Navidad y Melaque a pesar de ser considerados destinos turísticos en la Costa Sur de Jalisco.

El dato de referencia oficial, nos permite observar que en el crecimiento de víctimas de tránsito terrestre por año de ocurrencia en Jalisco entre 2010-2019, la cifra disminuye de 7,067 a 6,185 heridos y 511 muertos en el 2010. Con 398 en el 2018 y en accidentes de tránsito en un periodo cuya gráfica tiende al aplanamiento pero no disminuye notablemente, si consideramos que son vidas humanas donde las causas son previsibles.

Para la OMS es destacable la incorporación de las características de la seguridad vial en la utilización de la tierra, la planificación urbana y la planificación del transporte; el diseño de carreteras más seguras y la exigencia de auditorías independientes en materia de seguridad vial para los nuevos proyectos de construcción; el mejoramiento de las características de seguridad de los vehículos; el fomento del transporte público; el control eficaz de la velocidad a cargo de la policía y mediante el uso de medidas de descongestión del tráfico; el establecimiento y observancia de leyes armonizadas a escala internacional que exijan el uso del cinturón de seguridad, del casco y de los sistemas de retención para niños; la fijación e imposición de límites de alcoholemia a los conductores; y el mejoramiento de la atención que reciben las víctimas de los accidentes de tránsito.

Lo anterior nos dota de cifras para tomar en cuenta lo previsible en nuestras ciudades, en comparación con lo que pareciera ser otra tragedia irremediable. No sólo porque el Coronavirus es un problema sanitario mundial, sino porque nuestras autoridades y la exigencia elevada de nosotros los ciudadanos, está el prever y evitar el creciente número de accidentes en el caótico tráfico vehicular del Área Metropolitana de Guadalajara y otras ciudades de Jalisco.

* Académico del CUAAD de la Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com