/ jueves 12 de mayo de 2022

Y a nosotras, ¿quién nos busca?

No cabe duda que hemos vivido estas últimas semanas con un nudo en la garganta, una sensación de impotencia y terror al ver inundados los medios de comunicación y las redes sociales con noticias y afiches de personas desaparecidas, específicamente mujeres; otras noticias (que no se sienten como victoria) que relatan el encuentro de quienes se encontraban desaparecidas, la mayoría de ellas sin vida.

¿Por qué es importante la focalización en la ola exponencial de violencia contra las mujeres en México? Por la forma diferenciada en que la opinión pública, los medios de comunicación y las mismas autoridades manejan los casos y la comunicación sobre el tema.

Cuando ocurrió la terrible noticia de María Fernanda, desaparecida en Nuevo León y encontrada días después muerta en una casa, los señalamientos de que ella estaba acompañada voluntariamente por su agresor no se hicieron esperar. Ni qué decir del caso de Debanhi, plagado de historias tergiversadas, de una privacidad nula para la familia y una indolencia por parte de ciertos medios de comunicación y autoridades en el manejo de la información privada. En Jalisco, en el mismo momento en que buscábamos a Debanhi, Quimberly Anay también se encontraba desaparecida, encontraron su cuerpo días después en Tonalá. ¿Qué tienen ellas y todas las mujeres desaparecidas y violentadas en común? La culpa, los señalamientos y la revictimización.

A María Fernanda la culparon por haber salido con su potencial agresor, con Debanhi su caso sobrepasó los límites, donde los medios de comunicación se preocuparon más por sacar la nota roja que por corroborar la información y/o pensar cómo afectarían a sus familiares. Fue tanta la sobreexposición de Debanhi que hicieron público lo que contenía su bolsa; ella traía preservativos y solo por eso fue tachada de escort. ¿Si lo hubiera sido, eso justifica que no haya podido regresar a su casa sana y salva? Quimberly por su parte salió también a una fiesta, ¿las mujeres no tienen derecho a salir y divertirse?

Actualmente México está en una crisis de desapariciones que cada día se agrava ante la incapacidad y el desinterés del gobierno federal y estatales.

Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas, a cargo de la Secretaría de Gobernación, existen casi 100 mil personas desaparecidas en nuestro país, 24,737 son mujeres. En Jalisco, la cifra es de casi 15 mil; 2,276 son mujeres.

Exigimos fuerte y claro verdad y justicia para las familias víctimas directas y colaterales de esta crisis de inseguridad, ¡exigimos investigaciones y cobertura mediática con perspectiva de género!

* Presidenta del CDE del PAN Jalisco

Twitter. @dianagoma

No cabe duda que hemos vivido estas últimas semanas con un nudo en la garganta, una sensación de impotencia y terror al ver inundados los medios de comunicación y las redes sociales con noticias y afiches de personas desaparecidas, específicamente mujeres; otras noticias (que no se sienten como victoria) que relatan el encuentro de quienes se encontraban desaparecidas, la mayoría de ellas sin vida.

¿Por qué es importante la focalización en la ola exponencial de violencia contra las mujeres en México? Por la forma diferenciada en que la opinión pública, los medios de comunicación y las mismas autoridades manejan los casos y la comunicación sobre el tema.

Cuando ocurrió la terrible noticia de María Fernanda, desaparecida en Nuevo León y encontrada días después muerta en una casa, los señalamientos de que ella estaba acompañada voluntariamente por su agresor no se hicieron esperar. Ni qué decir del caso de Debanhi, plagado de historias tergiversadas, de una privacidad nula para la familia y una indolencia por parte de ciertos medios de comunicación y autoridades en el manejo de la información privada. En Jalisco, en el mismo momento en que buscábamos a Debanhi, Quimberly Anay también se encontraba desaparecida, encontraron su cuerpo días después en Tonalá. ¿Qué tienen ellas y todas las mujeres desaparecidas y violentadas en común? La culpa, los señalamientos y la revictimización.

A María Fernanda la culparon por haber salido con su potencial agresor, con Debanhi su caso sobrepasó los límites, donde los medios de comunicación se preocuparon más por sacar la nota roja que por corroborar la información y/o pensar cómo afectarían a sus familiares. Fue tanta la sobreexposición de Debanhi que hicieron público lo que contenía su bolsa; ella traía preservativos y solo por eso fue tachada de escort. ¿Si lo hubiera sido, eso justifica que no haya podido regresar a su casa sana y salva? Quimberly por su parte salió también a una fiesta, ¿las mujeres no tienen derecho a salir y divertirse?

Actualmente México está en una crisis de desapariciones que cada día se agrava ante la incapacidad y el desinterés del gobierno federal y estatales.

Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas, a cargo de la Secretaría de Gobernación, existen casi 100 mil personas desaparecidas en nuestro país, 24,737 son mujeres. En Jalisco, la cifra es de casi 15 mil; 2,276 son mujeres.

Exigimos fuerte y claro verdad y justicia para las familias víctimas directas y colaterales de esta crisis de inseguridad, ¡exigimos investigaciones y cobertura mediática con perspectiva de género!

* Presidenta del CDE del PAN Jalisco

Twitter. @dianagoma

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