/ lunes 30 de noviembre de 2020

Una centuria dos quinquenios

La Revolución Mexicana aglutinó las rencillas entre las distintas facciones, donde se manifestaron de manera radical. Es por ello que el país distaba mucho de estar unificado, para evitar una ruptura entre ellas, se decidió convocar a una convención, de tal forma que Venustiano Carranza “El Varón de Cuatro Ciénegas” como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y encargado del Poder Ejecutivo llamó a los gobernadores, generales e individuos con mando regional de tropa a que concurrieran. La sede de esta convención, inicialmente fue la ciudad de México. Posteriormente se trasladó a la ciudad de Aguascalientes, enclavada en las áreas de influencia de los distintos grupos en pugna, villistas y zapatistas que se les conocería como (Convencionalistas) en contra de los carrancistas (Constitucionalistas).

Se iniciaron los debates el 10 de octubre de 1914, en el Teatro Morelos de Aguascalientes, y duraron hasta el 13 de noviembre de ese año.

Una de las tantas acciones que se dieron dentro del recinto fue cuando en una mesa de madera se cubrió con un mantel de terciopelo oscuro, y sobre ella el lábaro patrio en donde se abocaron a estampar su firma todos los miembros de la directiva en señal del compromiso las decisiones emanadas de las asambleas.

La convención se declaró con el carácter de “Soberana” por lo que se nombre Presidente provisional (interino) al General Eulalio Gutiérrez.

El gobierno de Venustiano Carranza no aceptó someterse a los dictados de esta convención, ni le reconoció su carácter soberano, lo que si hicieron los zapatistas y villistas. Lo anterior aumentó la tensión entre los distintos grupos revolucionarios, hasta que fue imposible llegar a un arreglo.

La convención no ayudó a Carranza a suavizar las diferencias con los revolucionarios Villa y Zapata; de hecho, le resultó contraproducente. Villa supo aprovechar muy bien la convención para sí, aunque es cierto que Zapata estaba sólidamente establecido como líder revolucionario en el Sur y Centro. La ruptura de la convención por parte del Gobierno hizo que entre Zapata y Villa se consolidara una alianza que se formalizaría en el Pacto e Xochimilco, donde unirían sus fuerzas, para esto y con días de antelación Carranza abandonaría la capital y se desplazó a Veracruz.

Los convencionalistas se trasladaron a la ciudad de México, donde siguieron sesionando y posteriormente en Cuernavaca y meses más tarde en Toluca, bajo la misma premisa; trataron de evitar el conflicto y luego quisieron someter a Carranza. El destino manifiesto cargo los dados a favor del triunfo militar de los carrancistas, que estaban comandados por Álvaro Obregón “El manco de Santa Ana”.

En la Soberana Convención de Aguascalientes se desbordaron los desacuerdos y las pasiones hasta desatar una guerra anunciada, donde participaron los jinetes de la revolución en un ir y venir por los campos de batalla.

El objetivo principal de la Soberana Convención de Aguascalientes era unificar los bandos revolucionarios antagónicos, dejando de lado las diferencias para precisar los fines y alcances de la revolución y con ella construir las bases de un país donde reinara la justicia, con tintes de una paz anhelada y por ende su consabida tranquilidad para las generaciones futuras.

Agradezco al Ingeniero Agrónomo José Luis Ortiz García su autorización para publicar las síntesis de la contraportada de su libro “La Soberana Convención de Aguascalientes” a virtud de este mes de la Revolución Mexicana, que el pasado 20 de los corrientes se cumplieron 110 años de esta gesta histórica.

Estimado lector usted tendrá una mejor opinión sobre los alcances, beneficios y demás que se lograron en esta batalla que costaron muchas vidas de nuestros paisanos a los que rendimos un merecido homenaje de agradecimiento por haber dejado los cimientos para dejar un México para nosotros.

* Rector General del Centro Universitario Uteg.

E mail. joseroque@uteg.edu.mx

La Revolución Mexicana aglutinó las rencillas entre las distintas facciones, donde se manifestaron de manera radical. Es por ello que el país distaba mucho de estar unificado, para evitar una ruptura entre ellas, se decidió convocar a una convención, de tal forma que Venustiano Carranza “El Varón de Cuatro Ciénegas” como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y encargado del Poder Ejecutivo llamó a los gobernadores, generales e individuos con mando regional de tropa a que concurrieran. La sede de esta convención, inicialmente fue la ciudad de México. Posteriormente se trasladó a la ciudad de Aguascalientes, enclavada en las áreas de influencia de los distintos grupos en pugna, villistas y zapatistas que se les conocería como (Convencionalistas) en contra de los carrancistas (Constitucionalistas).

Se iniciaron los debates el 10 de octubre de 1914, en el Teatro Morelos de Aguascalientes, y duraron hasta el 13 de noviembre de ese año.

Una de las tantas acciones que se dieron dentro del recinto fue cuando en una mesa de madera se cubrió con un mantel de terciopelo oscuro, y sobre ella el lábaro patrio en donde se abocaron a estampar su firma todos los miembros de la directiva en señal del compromiso las decisiones emanadas de las asambleas.

La convención se declaró con el carácter de “Soberana” por lo que se nombre Presidente provisional (interino) al General Eulalio Gutiérrez.

El gobierno de Venustiano Carranza no aceptó someterse a los dictados de esta convención, ni le reconoció su carácter soberano, lo que si hicieron los zapatistas y villistas. Lo anterior aumentó la tensión entre los distintos grupos revolucionarios, hasta que fue imposible llegar a un arreglo.

La convención no ayudó a Carranza a suavizar las diferencias con los revolucionarios Villa y Zapata; de hecho, le resultó contraproducente. Villa supo aprovechar muy bien la convención para sí, aunque es cierto que Zapata estaba sólidamente establecido como líder revolucionario en el Sur y Centro. La ruptura de la convención por parte del Gobierno hizo que entre Zapata y Villa se consolidara una alianza que se formalizaría en el Pacto e Xochimilco, donde unirían sus fuerzas, para esto y con días de antelación Carranza abandonaría la capital y se desplazó a Veracruz.

Los convencionalistas se trasladaron a la ciudad de México, donde siguieron sesionando y posteriormente en Cuernavaca y meses más tarde en Toluca, bajo la misma premisa; trataron de evitar el conflicto y luego quisieron someter a Carranza. El destino manifiesto cargo los dados a favor del triunfo militar de los carrancistas, que estaban comandados por Álvaro Obregón “El manco de Santa Ana”.

En la Soberana Convención de Aguascalientes se desbordaron los desacuerdos y las pasiones hasta desatar una guerra anunciada, donde participaron los jinetes de la revolución en un ir y venir por los campos de batalla.

El objetivo principal de la Soberana Convención de Aguascalientes era unificar los bandos revolucionarios antagónicos, dejando de lado las diferencias para precisar los fines y alcances de la revolución y con ella construir las bases de un país donde reinara la justicia, con tintes de una paz anhelada y por ende su consabida tranquilidad para las generaciones futuras.

Agradezco al Ingeniero Agrónomo José Luis Ortiz García su autorización para publicar las síntesis de la contraportada de su libro “La Soberana Convención de Aguascalientes” a virtud de este mes de la Revolución Mexicana, que el pasado 20 de los corrientes se cumplieron 110 años de esta gesta histórica.

Estimado lector usted tendrá una mejor opinión sobre los alcances, beneficios y demás que se lograron en esta batalla que costaron muchas vidas de nuestros paisanos a los que rendimos un merecido homenaje de agradecimiento por haber dejado los cimientos para dejar un México para nosotros.

* Rector General del Centro Universitario Uteg.

E mail. joseroque@uteg.edu.mx